C A P Í T U L O 5.

7.8K 832 307
                                    

CAPÍTULO 5.

Itachi dejó su iPhone en la mesa, terminando de pedir la pizza sin anchoas, ya que Shizuka era alérgica a estas.

— ¿Con quién irás al baile de graduación?—le preguntó ella, sentándose en el fino sofá de cuero negro mientras el Uchiha se quedó de pie, cruzado de brazos.

Éste la miró divertido.

—Bueno, viendo todo lo que has hecho últimamente... No creo que tenga ni siquiera a alguien con quien bailar—contestó, restándole importancia para incredulidad de Shizuka. ¿Estaría fingiendo o en realidad no le importaba? Eso la hizo fruncir el ceño, ella prácticamente lloraba todos los días porque ningún chico se le acercaba a invitarle al baile.

—O eres raro, o eres un gran mentiroso.

Él enarcó una ceja.

— ¿Soy raro o un mentiroso por darme igual si voy con alguna chica que probablemente sería un chicle y no dejaría de molestarme en toda la noche?

Shizuka sonrió.

—Sí, así es—dijo bromeando. Comprendía lo que quería decir, había visto lo que hacían sus fans y no era algo fácil de aguantar—. La verdad es que yo creo que tampoco iré con nadie. Todos me rehúyen también, por tu culpa.

Se descruzó de brazos y sus ojos brillaron.

— ¿Qué te parece ir juntos, entonces?—sugirió.

Ella lo miró sospechosamente, pero no pudo evitar emocionar en su interior por ello. Su primera invitación al baile, y venía de alguien tan popular como lo era Itachi.

—No lo sé. Usted los hombres son tan engañosos, siempre ocultando un segundo plan...

Eso pareció divertirlo aún más, al punto de hacerlo reír.

—Y dime, ¿no lo son también las mujeres? Me atrevo a decir que vuestros segundos planes siempre son más malévolos que los nuestros.

—Tal vez. —Entrecerró los ojos, para luego sonreír nuevamente—. Está bien. Me encantaría ir contigo. Me lo debes por lo que me has hecho durante todos estos años.

Itachi se inclinó hacia ella, apoyando las manos en el respaldo del sofá, a ambos lados de ella.

—Y tú me lo debes por ser tan bonita—susurró, y seguidamente volvió a su posición inicial.

Shizuka lo fulminó con la mirada, sintiendo sus mejillas calentarse.

—Idiota. —Y entonces recordó algo—. ¿Y dónde están tus padres, por cierto?

—Mi padre se encuentra en el trabajo y mi madre en casa de su mejor amiga—respondió, alejándose y comenzando a subir la escalera, ante la mirada curiosa de ella.

— ¿A dónde vas?

Itachi se giró a verla, con una ceja alzada.

—A cambiarme, ¿por qué? ¿Quieres venir a ayudarme?

Sus mejillas volvieron a enrojecer ante la idea de ayudarlo a cambiarse. Sacudió la cabeza, tratando de borrarla.

— ¡Por supuesto que no, pervertido!—Se cruzó de brazos y volteó la cara, para que no viera su expresión.

—Si yo soy un pervertido, ¿qué serás tú?—murmuró Itachi para sí mismo, pero ella lo escuchó.

— ¡Era un ángel inocente hasta que tú me profanaste!

(...)

Itachi terminaba de cambiarse cuando escuchó sonar el timbre de la casa repetidamente. Seguro sería el repartidor de pizza. Salió de su habitación, acomodándose las mangas de su camisa. Bajó las escaleras, encontrándose con Shizuka, que veía embobada lo que parecía una tonta novela sin darse de cuenta de que tocaban el timbre.

Suspiró y se acercó a abrir la puerta.

No era el repartidor.

Era una chica.

Exactamente una chica con la que se había acostado hace ya bastante tiempo. La reconoció por su extravagante cabello multicolor y ojos verdes, que ahora lo miraban molestos. Agradeció internamente que Shizuka no se hubiera levantado a abrir la puerta.

— ¿Cómo me encontraste?—preguntó bruscamente lo primero que le llegó a la mente. Nunca daba alguna información que hiciera que pudieran contactarlo.

—¡No es muy difícil cuando tu cara aparece en todos los periódicos! —contestó la chica, alzando la voz—. Prometiste llamarme pero nunca lo hiciste, ¡esperé dos semanas!— ¿Hablaba ella en serio? ¿De verdad había esperado que él la llamara?

Itachi quedó aún más sorprendido cuando ella se lanzó a sus brazos, lloriqueando. Él trató de soltarse de su nueva acosadora, pero se había sujetado como si fuera un mono.

Escuchó unos pasos detrás de él.

—Itachi, tengo hambre, ¿por qué duras...?—Shizuka se quedó paralizada al ver la escena. Casi tuvo un tic nervioso, pero al ver la expresión del Uchiha, se dio dé cuenta de que necesitaba ayuda y se la daría con gusto. Tomó aire y comenzó su actuación: — ¡Aléjate de mí macho, zorra!—Tomó del brazo a la joven y la obligó a soltarlo, sin importarle si la lastimaba o no.

— ¿Por qué tendría que alejarme de él, estúpida? —Y trató de abrazarlo otra vez, pero Shizuka se interpuso en su camino.

—Simple, cariño. —Se cruzó de brazos, sabiendo algo que la espantaría—. Porque él es el padre de mi hija y no permitiré que me lo quites. Ahora vete si no quieres salir de aquí sin cabello.

— ¿Q-que?—dijo la joven, sin creerlo.

Itachi sonrió, negando. Aunque agradecía su ayuda.

—Sí, así es. Estoy embarazada de tres meses —asintió repetidamente—. Y ya hasta tiene nombre, el cual es Sayuri, Uchiha Sayuri.

La joven miró a Itachi y luego a Shizuka, para seguidamente salir corriendo con lágrimas en los ojos. Sintió un poco de lástima por ella, pero a la vez se sintió orgullosa al darse de cuenta de que tenía dotes actorales.

— ¡Vaya! ¡Hasta nombre inventaste!—exclamó Itachi, detrás de ella.

Le sonrió.

—Para que veas, Uchiha. Ahora me debes una.

¡Olá, belas! ¡Perdón si tardé con este capítulo! 😊

Díganme si les gustó, por favor. Aprecio mucho los votos y comentarios. 💕



Me perteneces, cariño. |Itachi Uchiha|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora