C A P Í T U L O 1.

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CAPÍTULO 1.

Todos los chicos extrañamente evitaban a Shizuka. Cuando caminaba por los pasillos de la preparatoria, todos evitaban mirarla y rehuían cada vez que ella trataba de acercárseles a hablar. Por más que usara faldas cortas y se desabotonara los tres primeros botones de su camisa mostrando el principio de sus senos, ¡ni de reojo la miraban! Eso no era algo nuevo, desde que prácticamente entró a la secundaria eso le sucedía. Shizuka llegó a pensar que alguien la había embrujado porque fea no era. Sus rasgos eran delicados y llenos de feminidad y, aunque no era muy voluptuosa de cuerpo, tenía lo suyo.

— ¡Maldición!—murmuró en voz baja mientras caminaba por el pasillo en dirección a su aburrida clase de historia. No le gustaba eso de que ningún chico se fijara en ella. Se sentía marginada. 

Pero Shizuka estaba muy equivocada porque sí había alguien que la miraba y era Uchiha Itachi, uno de los chicos más atractivos y populares de la Preparatoria Konohagakure, además de futuro heredero del tan renombrado Imperio Uchiha. A él le gustaba mirarla desde lejos, mirar cada centímetro de su ser; desde su respingada nariz hasta sus pequeños pies. A pesar de estar en la preparatoria y a punto de graduarse, Shizuka era muy pequeña en comparación con Itachi y las demás chicas. Le calculaba aproximadamente un metro cincuenta y ocho.

Itachi observó divertido como ella desabotonaba los botones de su camisa, esperando que algún chico se le acercara pero ese día nunca llegaría, solo que Shizuka no lo sabía. Él era el principal culpable de que nadie se fijara en ella. Se encargó de hacerle saber a todos que ella le pertenecía y agregó que mataría a golpes a aquel que le mirara o le hablara de manera indebida. 

Ella le pertenecía, e Itachi cuidaba muy bien lo que era suyo.

(...)

—No puedo creer que te hayas quedado dormida otra vez—le dijo Hanako, su mejor amiga, mirándola reprobatoriamente—. Terminarás sacando nuevamente un cero si sigues haciéndolo. Recuerda lo que te dijo el director, Shizuka.

La susodicha bostezó y se estiró en su asiento. Luego, comenzó a meter sus cosas dentro de la mochila. Aún se sentía un poco adormilada. 

—Historia me da sueño, y no sólo a mí. Creo que a la única que le gusta es a ti. 

Las mejillas de su amiga se sonrojaron levemente al ser descubierta. Hanako era ese tipo de persona que podría ser considerada como una busca problemas y un marimacho, y que le gustara historia era curioso. Además de que se comportaba como una madre con ella, siempre vigilando sus notas y asegurándose de que no hacía nada indebido.

—No soy la única—contestó en un murmullo, para luego fulminarla con la mirada—. Si te atreves a decírselo a alguien estás muerta.

Se rió, recibiendo un golpe por ello.  

(...)

Shizuka entró al baño de las damas para lavarse la cara después de haber recibido un manotazo lleno de mostaza de parte de Hanako. Habían dos chicas dentro que no se voltearon a verla, simplemente la ignoraron y siguieron con lo suyo. 

Abrió el grifo y se inclinó sobre él, pero se detuvo al escuchar su nombre en la conversación de aquellas chicas. Las miró de reojo, frunciendo el ceño.

— ¿Sabes? Aún no puedo superar que en secundaria Itachi-kun haya amenazado a todos los chicos por Shizuka—dijo una de las jóvenes con una voz demasiado fina—. Mira que decirles a todos que ella le pertenecía y que algo grave les pasaría si se le llegaban a acercar...

—Como quisiera pertenecerle a Itachi-kun—dijo la otra chica en un suspiro—. Le ofrecería todo mi ser sin dudar. 

Las dos hicieron un puchero y salieron del baño, aún hablando del tema. Una vez que procesó todo, soltó el aire que estaba conteniendo sin darse cuenta. 

—Así que él es el culpable, ¿eh?—Se inclinó y se limpio el rostro con el agua, para luego secarse con una toalla. 

Conocía a Itachi. Era un chico muy atractivo, y algunas veces se habían topado y tropezado el uno con el otro. Era alguien que no le era indiferente, siendo sincera. Lo único que le molestaba era esa tontería de decirles a todos que ella le pertenecía, como si fuera un mero objeto. Aunque se preguntó cuál era la razón de hacer eso, ¿solo lo había hecho como una broma o lo había hecho porque le gustaba?

— Sea cual sea el caso, yo también puedo jugar ese juego, Itachi-kun. —Sonrió, mirándose en el espejo. Ahora que lo pensaba bien, parecía un juego bastante divertido. 

Sacó su iPhone del bolsillo de su falda y marcó el número de su madre. Si Itachi alejaba a todos los chicos de su alrededor, ella iba a hacer lo mismos con sus locas fanáticas, y se le había ocurrido una idea perfecta para comenzar el juego.

— ¿Digaaa?—contestó su madre, en un bostezo.

—Mamá, necesito un favor tuyo urgentemente. Te mandaré lo que tienes que hacer por mensaje, ¿está bien?—le preguntó, haciendo la voz de niña mimada, a pesar de que sabía que no la necesitaba. 

—Está bien, cariño. Lo que tú desees. Ahora, déjame dormir un poco más. —Y su madre colgó.

¡Qué comience el juego, Uchiha Itachi!

¡Olá, belas! 💕

Espero les guste esta nueva historia que estoy escribiendo. 🙈😋

No olviden votar y comentar, por favor. 🙏😂


Me perteneces, cariño. |Itachi Uchiha|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora