Capitulo 14

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— ¡Ah! Dios… sigue — gimió enredando más sus manos en mi cabello como único punto de soporte y apretando más mi cintura con sus piernas —. Poche…

Junté mis labios con los suyos, penetrandola con mayor fuerza, haciendo que en poco tiempo consiga su punto débil, sacándole un gemido ahogado mientras un espasmo se hacía presente en ella. Me separé de sus labios para poder gemir.

— Cosita… joder… — jadeé al sentir como sus paredes apretaban con fuerza mi miembro y sintiendo como faltaba poco para entrar a mi orgasmo. Tan húmeda y caliente… joder.

— Oh por Dios… ¡Ah! ¡Poche! — un par de golpes más en su punto débil y Calle finalmente se corrió.

Tras un par de estocadas más, no pude aguantar más, me vine, liberándome dentro del condón y quedando ambas inmóviles con respiraciones agitadas y el calor entre nosotras.

Tras unos minutos de recuperación, salí de ella para quitarme, amarrar y tirar el condón que ella me obligó a usar, a la basura al lado de la cama. Me incliné para revisar velozmente la hora.

— Cosita, tienes que moverte ya, son las siete y media — dije recordando que también había quedado en desayunar con Laura.

Se sentó — Bien, esta vez tu cambia las sábanas, y deja de soñar conmigo cosas que puedes hacer en la vida real — rodé los ojos ante todo lo dicho —. Aunque un buen mañanero no está mal.

— Calle, anda a ducharte — me dio una mirada —, y no lo haré contigo.

— Bien — bufó pero no se levantó. Su semblante cambió —. María José… ¿Tú… quieres-…? — fruncí el ceño ante su nerviosismo. Calle no se pone nerviosa con casi nada. Esto es nuevo —. Olvídalo — terminó y se levantó.

La seguí con la mirada aún con el ceño fruncido, me encogí de hombros quitándole importancia.

Dos semanas habían pasado ya, las dos semanas más raras de mi vida, y solo porque mi rutina había cambiado por completo.

Por las mañanas, luego de que Calle iba a trabajar, salía con Laura a cualquier parte, ya sea a desayunar juntas o simplemente pasear.

Luego de aquel beso, solo acordamos en conocernos mejor ya que no llevábamos prácticamente nada de habernos presentado. Aunque he de admitir que si me gustaría besarla de nuevo.

Las sesiones junto a Calle disminuyeron su constancia, pero siguen ahí, alguna que otra vez cuando me siento confundida y estresada con lo que siento, solo le digo y ya se sabe como termina todo.

En las tardes Laura siempre iba a la cafetería y terminábamos saliendo juntas cada que mi turno terminaba, por lo que llegar tarde al departamento se hizo costumbre y ya no tengo que pedirle a Calle que no llame.

Tras unos minutos en los que me dediqué a cambiar las sábanas, Calle salió del baño, se vistió rápidamente y salió de la habitación, seguramente a desayunar. Yo tomé un baño y me preparé para salir.

Al pasar por la sala, Calle pegó su vista en mi, haciendo que me detenga y le de una mirada confusa.

— ¿Vas a desayunar con… ella? — lentamente y algo confundida por su pregunta, asentí —. Oh… entonces, está bien — hice el ademán de caminar a la puerta pero la voz de Calle me detiene —. Poche — suspiró —, ¿Mañana desayunarás conmigo? — cuestionó. Fruncí el ceño ante la extraña pregunta —. Ya sabes, a veces me siento… sola, no lo sé — desvió la mirada.

— Tienes a Paisa, ¿no? — solté sin pensar. Me miró, Su expresión cambió por completo y desvió la mirada de nuevo.

— Olvídalo, tienes razón. Mañana desayunaré con Paisa — dijo en voz baja —. No deberías perder tu tiempo en mi. Laura debe estar esperándote — asentí bobamente al escuchar ese nombre y salí del departamento.

¿Solo Sexo? (cache gip) +18 [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora