Capitulo 4

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Luego de la película, Lauren y Camila se fueron, no sin antes advertirme ridiculeces sobre cosas que no me van a pasar.

Estaba aburrida, no me apetecía salir.

Justo cuando iba a caminar directo a jugar algún videojuego, la voz de Calle desde el sofá llama mi atención.

— ¿Por qué no tienes un cuarto rojo? — cuestionó mirándome.

Fruncí el ceño —¿Qué?

— Cuando quiera que te vuelvas mi Cristian Grey no quiero que te quejes por no estar preparada — advirtió. No sabía si reírme o preguntarle si estaba bromeando —. No bromeo — habló. Fruncí aún más el ceño.

— ¿Estás loca?

— No, solo te estoy advirtiendo que te prepares para volverte, María José Grey. Que, ¿quién sabe? Tal vez sea más pronto de lo que crees — dijo —. Tranquila, yo te acompañaré a comprar los dildos.

Ahora si que no sabía si reír o preguntarle si había perdido la cabeza.

Opte por la primera opción. Retuve una risa — Estás loca, Daniela. Nunca, simplemente, nunca.

— Nunca digas nunca, Poche — dijo con una sonrisa burlesca. Rodé los ojos y me volteé —. ¡Oye! — me volteé —. Si vas a jugar, déjame jugar una partida a mi — hizo un puchero —. Por favor — volví a rodar los ojos ante su manera de suplicar.

— Calle, la última vez que jugaste dijiste que demandarías al diseñador gráfico del juego porque la Skin que usaste no era “igual de linda” — hice comillas con mis dedos — que tu — finalicé. Ella abrió la boca para hablar pero la interrumpí —. También intentaste lanzar el control contra el suelo solo porque otro tenía una skin más bonita que tu — dije recordando el miedo que pasé al verla intentar tirar aquel control.

— Hey, no es mi culpa que tengas skins tan horripilantes que no le llegan ni a los talones a mi belleza — dijo levantando su mentón elegantemente mientras se cruzaba de brazos y miraba a otro lado. Solté una leve risa —. Prometo no decir nada de la skin. Por favor — siguió suplicando mientras hacía sobresalir su labio inferior en un exagerado puchero.

Rodé los ojos — Está bien. Jugaras una partida — se levantó del sofá y empezó a dar saltitos de felicidad que me hicieron sonreír por lo tierna que se veía. A veces parece una bebé. Irónico, ¿No? La misma chica que se me insinúa y excita cada que respiro puede matarme de ternura cada que quiera.



— ¿Cuándo es mi turno? — intentaba concentrarme pero con Calle preguntando cada tres segundos lo mismo no podía. Cerré los ojos y suspiré intentando calmarme, al abrirlos el menú de Game over es lo único que había en la pantalla.

Volví a suspirar dejando el control de un lado, me pongo de mal humor cuando pierdo por algo externo, y aún más si se trata de una molesta chica a mi lado. Tras varios segundos intentando calmarme, Un peso en mi regazo me hace abrir los ojos, encontrándome con la espalda de Calle y con su castaño cabello cayendo sobre esta. Fruncí el ceño.

Calle se inclinó para tomar el mando al lado mío en el sofá y se acomodó sobre mi, echándose un poco para atrás hasta el punto de que estaba empezando a aplastar mis pechos.

— Calle, ¿Qué mierda haces? — cuestioné intentando buscar que me mire a la cara.

— Quédate tranquila, no me moveré. Solo quiero jugar y tu solo te quejas cada vez que pierdes — dijo presionando un par de botones en el mando para empezar una nueva partida. Fruncí el ceño.

— Eres una idiota, ¿Lo sabes?

— Me lo dices cada que puedes. Por supuesto que lo sé. Y no me voy a quitar de aquí.

Suspiré y opté por abrazar su cintura, tomando mi muñeca izquierda con mi mano derecha para cerrar el agarre mientras apoyaba mi mentón en su hombro para verla jugar. No me quedaba otra opción, y prefiero no discutir ahora.

Sentí como se paralizó un momento ante mis acciones y tragó en seco, cosa que me pareció extraño. Si, era la primera vez que yo expresaba comodidad al tenerla de este modo, pero tampoco es para tanto. Además, quiero aprovechar el hecho de que no se sentó en mis piernas para provocarme, lo cual no es algo qué pasa seguido y hay que celebrarlo. Apoyé el costado de mi cabeza en su hombro para darle una mirada confundida.

— ¿Qué sucede?

— Solo… no creí que accedieras tan fácilmente — dijo en un tono de voz apenas audible. Fruncí el ceño en confusión. Era la primera vez que la veía de este modo.

Volví a poner mi mentón en su hombro — Como sea, solo juega. Quiero ver como te matan cada dos por tres — solté de manera burlesca, haciendo que voltee hacia mi para darme una mala mirada.



Por quinta vez dentro de estos quince minutos, el menú de Game Over se hizo presente en la pantalla. Retuve una risa y Calle notó esto.

— Hey, no te burles — dijo mirándome, apoyé de nuevo el costado de mi rostro en su hombro para conectar mi mirada con la suya. Por encima de mi torso, logré notar como su pecho se hundía levemente, diciendo que tenía una respiración pesada. Ignoré aquello y seguí dándole una mirada burlona.

— ¿Cómo no reírme si llevas estancada en el mismo lugar como diez minutos, Calle? — solté burlonamente. Ella hizo un puchero —. Esta parte es fácil, estás muy distraída — dije —. ¿Qué te tiene tan fuera de tu pequeño cerebro? — cuestioné de manera burlona.

— Oye, mi cerebro seguramente es mucho más grande que el tuyo — dijo aún con su puchero, retuve otra risa —. Y no lo sé — contestó.

Eché mi rostro un poco más hacia el hueco de su cuello, mi mejilla seguía apoyada en su hombro. Logré notar como su cabeza se echaba levemente hacia atrás, acción que me hizo fruncir el ceño.

— ¿Cómo no sabes lo que te distrae, tonta?

— ¡No soy tonta! Cierra la boca ya María José — fruncí aún más el ceño. Tenía una gran oportunidad para insinuarse diciendo algo como ‘Me distrae pensar como hacer que caigas a mi’ o yo que se y la desperdició.

— ¿Estás enferma o algo? — cuestioné. De verdad estaba empezando a actuar raro.

— No, estoy perfecta — dijo.

— Bueno, tomaré esto — dije y le arrebaté el mando de las manos, llevándome una queja de su parte. Mis brazos seguían rodeando su cintura y mi mentón apoyado en su hombro, sin embargo, no se me dificultaba jugar en aquella posición —. Lo pasaré por ti, no me agradezcas.

Frunció los labios pero terminó echando su torso hacia atrás, haciendo que me enderecé por completo y ella quedé con su nuca en mi hombro. Agradezco tener el espaldar del sofá, de lo contrario así si que no podría jugar.

— Oye, olvide decirte algo — habló sin moverse. Solté un ‘uhm’ sin quitar la mirada de la pantalla, indicándole que hablara —. Ayer Paisa me dijo que fueras a la fiesta del próximo fin de semana. Él dice que esperaba verte en la anterior — habló.

— Dile que no iré — dije, ya tenía mis razones.

— ¿Por qué? No es justo. Nunca vas — soltó en reproche —. Hazlo por mi — dijo en un tono tierno.

— Así menos lo voy a hacer.

— Idiota — lo pensé unos segundos. Tal vez si simplemente no bebo, puedo estar tranquila.

— Está bien. Si iré — logré ver su sonrisa por el rabillo del ojo —. Pero solo por Paisa — aclaré y vi como su rostro se tornaba serio.

— Sabía que aceptarías. Me amas — dijo de manera egocéntrica. Negué divertida por su contradicción mientras terminaba de pasar el nivel y le devolvía el mando para que se enderezara y volviera a jugar, volviéndome a poner en la misma posición del inicio.

¿Solo Sexo? (cache gip) +18 [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora