Mi Maldición [SEGUNDA PARTE; EN CURSO]

CAPÍTULO VIII

Evan

Había olvidado que ayer había quedado con Hope a desayunar algo, porque estaba reunido con Soul. Después fui a dónde Peggy y bueno, acordé con Hope en ir a buscarla a tomar un café.

Cuando pasé a buscarla, la ví con unos vaqueros bien ajustados a su figura, una camisa beige con botones que a la vista se había desabrochado una y unos botines negros bien hechos. Hizo un esfuerzo en maquillarse bien, porque estaba hermosa. No era excesivo, por lo que me gustó. Entró al auto y nos saludamos con un beso en la mejilla, lo cual en cierto modo hizo que las mías se calentaran.

Hablamos un poco en el camino. Sobre qué había hecho y lo que hace ahora. Que había estudiado Administración de empresas y ahora solo trabaja siendo la secretaria de una firma de abogados muy importante. No sé por qué todos empezamos a estudiar algo que a la final no terminamos de ejercer. Qué ilógico, ¿no? Lo haces solo porque te gusta pero después terminas haciendo otra cosa. Cómo yo, que me decían que debía estudiar Artes, pero terminé fotografiando sin ir a la universidad. Lo cual en cierto modo me alivia haber tomado esa decisión.

Llegamos al Café y pedí un capuchino doble pero ella pidió café sin azúcar. Nos sentamos en la mesa al fondo con la ventana a nuestro lado dando hacia la avenida principal.

—Así que a la final tú y Junior rompieron — empecé a decir, aunque ya lo sabía desde hace tiempo

—Sí. La verdad, no se iba a dar. Él era algo posesivo y celoso — dice terminando su primer sorbo al café

—Creo que todos lo sabíamos — solté una risita leve

—Pero, ¿él te siguió molestando?

—Por un buen tiempo. Hasta que le planté en cara y me defendí, aunque recibí de regalo un puñetazo ese día — le dije señalado mi costilla izquierda

—¿Y después?

—No lo sé. Creo que me gané su respeto. No es que nos volvimos amigos. Pero él me defendía. Hasta fue mi compañero en el proyecto de fin de año

—Parece que las cosas ha mejorado para bien — bebe su segundo sorbo sin dejar de poner sus ojos en mí

—Sí bueno. También tuve novia — le solté y de repente su sonrisa se desvaneció a una de decepción o tristeza

—Oh, ¿en serio? ¿Evan Brady con novia? — fingió estar sorprendida y feliz, lo veía

—Ja sí.

—¿Y es alguien que conozca?

—No. Tu ya te habías mudado poco antes de que ella llegara.

—¿Y como se llama? Digo, si puedo saber — intentó fingir su sonrisa, pero fue en vano

—Soul. Se llamaba Soul Harmon — con solo decir su nombre me daba una punzada en el estómago

—Qué lindo nombre. Y, ¿ustedes rompieron o qué? — estaba más curiosa por saber

No sabía qué decir. Ni siquiera habíamos roto. Solo que después del accidente, yo me despedí de ella con la esperanza de volver a verla.

—Bueno, algo así. No sé cómo decirlo. Las cosas cambiaron y ella tuvo que volver a irse — me limité a decirle eso

—Oh, ya veo. Y… ¿sales con alguien ahora? — apartó su mirada rápido

—¿A que viene eso? — pregunté

—No, por nada. Solo… olvídalo.

—No, no salgo con nadie. Y creo no estar preparado

—¿De qué?

«Porque temo que pase algo malo y yo salga lastimado o lastime a la otra persona» quise decir eso, pero intenté reprimirlo.

—No lo sé. — suspiré — Quizás solo sean cosas mías

—¿Y por qué no lo intentas? — lanza ese dardo que justamente dió en el blanco.

Me quedé mudo. ¿Acaso ahora le gusto a Hope? Quería no pensar en eso. Quería mucho a Soul, aunque aún no la perdono del todo. Pero si estoy con Hope, siento como si le estuviera fallando a ella. Ojalá pudieran leer mi mente y ver todo lo que no sé decir.

—No quiero hablar de eso, Hope. Es algo complicado. Creo que no lo entenderías — me tomo mi capuchino que ya se había enfriado poquito

—Quizá deba intentarlo. — hizo una breve pausa para lanzar un suspiro — Evan, lamento mucho lo de ese día

Justamente lo que no quería que hablara

—Hope, ya déjalo. Lo que pasó, pasó

—Pero es que aún no dejo mortalizarme con eso

—Lo dejaste claro ese día. Créeme que me costó superarte hasta que al fin lo hice — le dije firme y ella solo baja la cabeza en señal de arrepentimiento

—Tú no tenías idea de lo que había pasado yo. — me dijo con voz bronca

—Claro, porque tú mundo giraba sobre tí… — me interrumpí a mi mismo al ver que cometí un error — Hope, lo siento yo…

—Tú me gustabas, Evan. Y mucho. Pero tenía problemas en casa. Mi padre nos golpeaba a mí y a mi madre cuando estaba borracho o drogado. Sufrí daño psicológico. Tu no eras el único con esos problemas. — tragó saliva y casi llora, pero se contuvo — Por eso nos mudamos. Para alejarnos de él.

—Yo… no sé qué decir. — me quedo boquiabierto y entristecido — Lo lamento, Hope

—No pasa nada. Cómo dijiste, lo que pasó, pasó

No mostró cierto resentimiento hacia mí. Digo, yo no tenía ni idea de lo que ella había pasado. ¿Y yo le gustaba? Sus actitudes decían lo contrario. Por un segundo quise no creerle con lo primero, pero ví sinceridad en ella. ¡Carajos! Ahora sí estoy metido en un paquete.

—Pero no hablemos de eso. — de repente cambio su rostro de triste a como que si no hubiera pasado nada — ¿Cómo están Betty,.Derek y Virgil?

No me esperaba esa pregunta. Ella sabía de mi muy buena amistad con ellos en aquel tiempo. Que nos andábamos juntos de arriba para abajo. Éramos únicos, podría decirse.

—Pues, creo que están bien. No los veo desde hace 7 años. — digo sin mirarla al rostro

—Pero, ¿al menos sabes de ellos? ¿Se tienen comunicación, o…? — deja la pregunta en el aire

—Me reencontré casualmente con Betty hace dos días en Central Park

—¿Ah sí? — pregunta toda sonriente — ¿Y como está ella?

—Bien, supongo. Dirige una empresa de textiles

—Lo que siempre quiso hacer — dice sonriendo

—Sí. Lo que siempre quiso hacer — suspiro

Mi teléfono empieza a sonar. American idiot, un clásico que cualquier amante del rock apreciaría como obra de arte. Era Alice. Por un momento no quise contestar, así que cuelgo la llamada y centro mi atención de nuevo en Hope. Otra vez suena el teléfono. Le digo a Hope que me diera un momento.

—Alice, ahora mismo estoy ocupado — lo primero que le digo al contestar

—Evan, por favor. Tengo que hablar contigo — cuando me llama por mi nombre sé que no es nada bueno

—¿Qué pasa? ¿Está todo bien con Aaron? — fue lo primero que deduje

—Sí, sí, todo bien. — sonaba algo inquieta y preocupada — Por favor, ven al hotel. En serio tengo que hablar contigo. Te espero, no faltes o te visito a tu apartamento — me cuelga en seco

Ni siquiera tuve chance para hablarle. Si no era Aaron… entonces era que Soul le contó de nuestra charla. La verdad he tratado de evitar a mi hermana, pero si no quisiera que entrase a mi apartamento y se quedase ahí hasta que yo hablase, entonces no tenía más opción.