CAPÍTULO IX

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Llego al Hotel Francia dónde se hospedaba Alice. Tuve que excusarme con Hope con que iba a visitar a mi hermana, nos despedimos y le envió sus saludos.

Estaciono el auto casi a la entrada del hotel. Si Alice quería que la viera, es porque quiere disculparse conmigo. Desde que me llamó esa noche no supe más de ella, solo que veía sus post en Instagram presumiendo sus viajes y su prometido.

Le digo al recepcionista que vine a visitar a Alice Brady. Hizo una llamada a la habitación luego me indicó en qué habitación y piso estaba. Piso 4, habitación 5. Nada mal para un hotel con casi cien años de servicio. El pasillo era silencioso aunque se escuchaba algunas conversaciones y uno que otro aparato electrodoméstico que usaban. Llego a la puerta y toco tres veces.

¡Un momento! — sonaba la voz de ella. Se tardó como 5 minutos en salir hasta que al fin abre la puerta.
Tenía puestos unos shorts y una franela blanca que se veía que se la acababa de poner y tenía el cabello todo desordenado. — Evan. No creí que vinieras tan rápido

—Estaba cómo a 2 kilómetros, y sabes cómo soy en el volante — le digo

—Bueno, entra. — Me deja pasar y veo el sofá desordenado y… ¿Aaron tapándose?

—No me digas que… ¡Dios! ¡Alice! — le dije mostrando repugnancia

—No creímos que vendrías tan rápido — se defiende ella

—¿Qué tal, Evan? — dice Aaron con una sonrisa nerviosa

—Aaron — me limito a llamarlo así. Me cae bien, solo que me da cierta repugnancia a las ocurrencias de estos dos tórtolos

—Bueno cariño. Estaré en el cuarto, ¿ok? — dice él alejándose

—Claro corazón de fiera — se despide y se hacen ruidos de fiera. ¡Dios! ¡Perdónalos! Porque no saben lo que hacen

—¿Podrías al menos no hacer eso enfrente de mí? — le digo — Dan asco

—Lo que hace el amor, hermanito mayor — suspira de enamoramiento

—Haciendo a un lado totalmente de eso, ¿me querías hablar de algo urgente? — le digo de mala gana. Cuando estaba punto de hablar, yo levanto el dedo índice para silenciarla — No lo digas. Ya lo sé todo

—Ya… ella te vió, ¿cierto? — dijo con la cabeza agachada

—Sí, nos vimos y hablamos… de lo que tú y ella hicieron a mis espaldas. ¿Pero cómo se te ocurre, Alice? — le dije con la sangre a punto de hervir

—Lo siento. Sé que debí habértelo dicho, pero ella insistía en que no — me dijo con una lágrima saliendo de su ojo

—Pues estuvo mal. Mientras yo creía que ella habría muerto, tú te mantenías comunicada con ella. Jugaron con mis sentimientos, Alice — casi me pongo a llorar también. Intenté reprimirlo pero mis ojos me traicionaron — ¿Tienes idea de cuántas noches pasé sin dormir pensando en ella? ¿De cuánto he llorado por ella? ¿De todas las… las…? — lancé un aire de frustración e impotencia y lloré. Tuve que limpiarlas porque ella tenía los ojos… no, la cara roja.

Podía estar demasiado enojado con ella. Pero era mi hermana. Tuve que cambiar de parecer solo porque no quería que llorara. Me acerco a ella, quién se había puesto de rodillas tapándose el rostro.

—Ya, Alice. Ya no llores, por favor — le digo mientras pone su rostro en mi hombro llorando. — No llores

—Perdóname, Cookie. Nunca fue mi intención hacerlo. Nunca te haría daño así — pues ya lo hizo. Pero eso ya no importaba. La despegó de mi hombro, le despejo el rostro del cabello que la había tapado y le limpié las lágrimas con los dedos. Su piel blanca se había vuelto más rojo. En ese momento no me molestó que me llamara así

—Sé qué te sientes mal, Alice. — termino de limpiarle las lágrimas — Pero estuvo mal que lo hayan hecho sin que yo lo supiera.

Mi hermana podría ser odiosa y fastidiosa. Pero la quería mucho. Enojarme con ella sería como decirle que no me gustan las galletas.

—¿Qué puedo hacer para que me perdones? — inquirió ella. La ayudo a levantarse

—Dos cosas. Uno, no me llames para molestarme todos los días. Dos, si me invitas a almorzar

—Sabes que lo primero no lo cumpliré, ¿verdad? — se ríe

—Ni modo. Me basta con el almuerzo — levanto las manos como señal de rendición

—Hecho. Te quiero Cookie — me abraza

—Y yo a ti, odiosa — la abrazo también

Se separa y fue al cuarto donde estaba Aaron. No sé qué dijeron, pero quise salir cuanto antes al balcón por si empezaban a hacer otra asquerosidad.

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No tardo en terminar de almorzar. Hablé un rato con Aaron y lo que piensan hacer después y luego me despedí de ellos. La ciudad estaba en su hora pico, por lo que tenía cierto nivel de estrés, aunque el tráfico congestionado empezó a disminuir y la calle se despejó.

En ese momento no quise pensar en cualquier otra cosa. Solamente encendí el reproductor del auto y poner las canciones que para mí nunca se fueron. Sonó primero Jesus of Suburbia de Green Day, luego le siguió Boulevard of Broken Dreams, Welcome to My Life, — el cual nunca se apartó de mí — entre otras.

Cuando me doy cuenta, solamente me había perdido en la ciudad dando vueltas con la música. Creo que me dejé tanto llevar que olvidé que tenía que ir al apartamento. Me río hasta de mí mismo, ya que llego al muelle que da al río Hudson. Retrocedo el auto y esta vez sí me dirigía al apartamento.

Durante ese trayecto, pensaba en todo lo que había pasado. En los últimos días y en los últimos 5 años. Me han pasado muchas cosas desde entonces. Tanto para bien como para mal. Siempre he pensado que hay personas pasándola peor que yo, pero joder, era demasiado difícil salir de esta. No lo había mencionado, pero mi vida dependió de antidepresivos hasta ahora. Y la verdad se siente bien, digo, no he abusado de ella.

Luego pensaba en Soul. En todo lo que ha hecho por mi cuando vivía en Casper, en todo lo que ambos sentimos e hicimos… a la final no podía culparla. Ella tenía miedo y temor. ¿Pero de qué? ¿De que quizás la rechazaría? ¿Que me echaría para atrás por ella después de los avances que había hecho? Ahora que lo pienso, quizás fui algo duro con ella. No digo que lo que hizo no haya estado mal.

Solo espero que no esté resentida por cómo la dejé plantada en el café ayer. Luego está Hope… ¿qué puedo decir de ella? Me confesó lo que sentía por mí. Uffff, ya no sé qué pensar. Mi cerebro está que quiere explotar por no tener bien clara las cosas y lo que debería hacer. No sé qué hacer. No lo sé.

Mi Maldición [SEGUNDA PARTE; EN CURSO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora