Ahí bajo la lluvia se encontraba un rubio teñido de ojos grises, viendo como un chico de dos metros se iba de la playa, aún sin poder creerse que no fuera capaz de captar indirectas
–Horacio si que la tendrá difícil– Dijo soltando una risa para después darle una calada a su cigarrillo, mientras recuerda el pequeño tono de ilusión con el que habló el joven Volkov después de decirle que le agrada a su hermano –Aunque... Alomejor y tampoco tanto– Sonrió con el cigarrillo en la boca
Allí estuvo hasta que se le acabó el cigarrillo, sorprendido de que en ningún momento la lluvia lo apagó como suele ser costumbre, tiró la colilla en un pequeño bote de basura para después irse caminando
–HEY! GUSTABO!– Escucho una voz apenas pisó el camino del pueblo, miró en la dirección donde lo llamaron y sonrió ampliamente
–Hombre! Hola Pablito!– Dijo sonriendo mientras se daban un abrazo –Milagro que te veo, este pueblo es enano y aún así no soy capaz de coincidir contigo hijo puta–
–Ya, lo se, pero estoy hasta la madre con el pinche servicio comunitario y más mi trabajo en el mercajoja no tengo casi tiempo– Dijo el mexicano mientras se frotaba la cara y soltaba un suspiro cansado
–Quien te manda poner un kilo de anchoas en la sopa comunitaria del luau del año pasado?– Dijo el rubio teñido entre risas ganado se en pequeño empujón por parte de su amigo
Después de reír un rato decidieron que lo mejor sería ir a la casa del pelinegro para no seguir bajo la lluvia. Apenas entrar escucharon el grito de una mujer la cual los miraba furiosa
–NI SE LES OCURRA SEGUIR AVANZANDO ESTANDO ASÍ DE MOJADOS!!– Amenazó la mujer levantándose del sofá y quitándose una de sus canchas para demostrar que su amenaza iba en serio
–Hola mamá– Se limito a decir Pablito super nervio y sin moverse de su lugar, mientras Gustabo, a pesar de haberse quedado quitó también, él se estaba aguantando la risa
–Emilio!– Llamó, a lo que al instante salió de su habitación un pequeño niño, moreno de ojos cafés y con su cabello azabache algo largó
–Dime mami– Dijo el niño viendo a su mamá para después ver a su hermano mayor y al mejor amigo de su hermano mayor parados en la puerta
–Trae dos toallas, una para tu hermano y otra para su amigo, por favor cielo– Dijo cambien drásticamente su tono de voz al dirigirse al pequeño, y esté, ni corto ni perezoso fue de inmediato al baño para coger dos toallas y regresar con ellas
Los dos adultos jóvenes tomaron una toalla cada uno y por orden de la mujer trataron de secarse lo mejor posible para evitar mojar la casa, una vez ya secos la mujer fue y abrazo a al pelinegro
–Qué tal te fue en el trabajo hijo?– Dijo la mujer con una cálida sonrisa mientras se separaba de Pablito
–Me fue bien mamá–
–Me alegra– Dijo para después mirar al rubio teñido –Hola Gustabo–
–Hola, muy buenas señora Rosa– Correspondió el saludo
–Enanano!– Se escuchó decir a Pablito mientras abrazaba a su hermanito menor
–Sueltame! Estás frío!– Se quejo Emilio mientras trataba de separarse del abrazo
–Y como ha estado tu madre, Gustabo?– Preguntó alegre la mujer mientras ignoraba la pequeña discusión entre sus dos hijos
–Bastante bien la verdad, un día casi se vuelve loca pensando que perdió su hacha de la suerte, pero a los 5 minutos la encontró–
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Volkov en Stardew Valley (AU Volkacio)
Hayran Kurgu*Portada en progreso, imagen temporal* Viktor Volkov es un joven de 29 años el cual arto de su trabajo de oficina finalmente decidió abrir aquella carta que su difunto abuelo le dió en sus últimos momentos, en esta encontrando el título de propiedad...