El número cuatro, dicen que da mala suerte ya que en japonés "cuatro": Shi (四) y "muerte": Shi (死) se pronuncian igual.
Enji miraba atónito a Ochako frente a él, la premonición había finalizado y un sabor agrio se instaló en su boca. Ella mencionó humillación, ira, azul...
Ira.
Quién diría que acababa de mandar a torturar a uno de sus hijos no reclamados. Y es que no siempre mandaba demonios al mundo humano para hacerse de su descendencia, por eso no todos los pecados estaban cubiertos.
Pero bien que los malditos llegaban de todas formas a su lado, amenazando su dominio y mandato del infierno. Debía encontrarlo, someterlo y domarlo de inmediato.
Dentro de la acogedora casita designada a Katsuki, Kirishima e Izuku esperaban ansiosos su regreso. Ya deseaban verlo con sus nuevos rasgos demoníacos.
Ambos estaban sentados en el angosto sillón frente a la TV, aunque no estaban mirando nada realmente, solo estaba para hacer ruido de fondo en el ambiente.
—¡Mi bro se verá muy genial cuando vuelva! — gritaba emocionado en pequeño demonio pelirrojo alzando sus bracitos hacia el rostro de Izuku.
Las mejillas precosas se contrajeron en una linda sonrisa. Tomó a Kirishima y lo abrazó contra su pecho como si de un pequeño peluchito se tratase. Él era su amigo. Había gente en el mundo que lo quería y se preocupaba por él.
—No solo yo ¡Él también se preocupa por tí Izu-chan! —mencionó emocionado el pequeño demonio pelirrojo quien se había tomado la osadía de invadir la mente del príncipe.
Río un poco cuando Izuku infló sus mejillas fingiendo estar ofendido por la irrupción a su cabeza.
Pero quedó en shock cuando una imagen mental aterradora se formó en la mente de su amigo.
—Shoto... Está cerca —susurró Izuku contra el oído del pelirrojo, aunque este ya lo sabía.
Se alejó del peliverde volando hasta posarse en la ventana, cuidando de no mover la cortina nisiquiera un milímetro.
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•DEMON•
FanfictionKatsuki es sentenciado a pudrirse en el infierno eternamente. Allí recibirá su castigo; todos sus pensamientos serán expuestos y jamás volverá a conocer la privacidad. Lejos de enloquecer, decide continuar con su vida. Hasta que un buen día descub...