3. ¿Qué somos?

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Claudia Mariscal

Estaba esperando a Juan en la entrada de su escuela. Era una escuela muy pequeña. Entonces pasó, el chico que ayer metió sus dedos en mi feminidad, estaba ahí...¿qué rayos hacía aquí?, me escondí tras mi carro, y lo vi con Jessica Valeriano, ¿qué hacía con aquella castaña?, no podía dejar que me vieran. Los seguí escondiéndome carro tras carro, hasta que llegaron al carro de Daniel, clavó un beso en ella, ¡Idiota!, salí corriendo lo más pronto posible, para que no me vieran, llegué agitada a mi lugar de origen, y salió Juan con sus amigos  -¿Podemos irnos ya?- humedecí mis labios

Juan me miró confundido -Si- volteó a ver a sus amigos -Mañana los veo, creo que Claudia me necesita- me tomó de los hombros, y abrió la puerta del carro para mi, se subió del lado del piloto y me miró -¿Qué sucede?- pasó mi cabello tras mi oreja, las lágrimas empezaron a salir          -¡Soy una tonta!-

-¡Ey!, cuéntame todo-

Menee la cabeza -No, te vas a sentir muy decepcionado de mi-

-Jamás- tomó mi mano -Eres mi hermana y te amo-

Sonreí ligeramente -Te agradezco de verdad, pero por favor, no quiero, sólo quiero llegar a casa y bañarme-

-Está bien- me miró a los ojos -No te voy a obligar si no quieres, pero puedo ver en esos ojos verdes que es por un idiota-

Bajé mi mirada. -¿Ves?, tengo razón, Claudia por Dios, eres la chica más hermosa de este pueblo, te lo juro, tienes unos ojos verdes que cautivan a cualquiera, tú cabello rubio que cualquier chica quisiera tener, eres muy inteligente Clau, eres perfecta-

Lo abracé sin pensarlo -Te amo-

Siguió mi gesto -Y yo a ti Clau-

Sonreí, aunque no me pudiera ver. -Bien, vámonos, llegando te bañas, y comes todo el helado que quieras, y puedes ver películas conmigo, veré las que quieras-

Asentí ligeramente -Gracias-

Llegamos a casa, y para nuestra sorpresa, bueno para mi sorpresa...estaba ahí el chico, ¡mierda!, me sumergí en el asiento -¿Clau?- mascullóJuan

-¿mmm?- mi mirada se dirigía al chico afuera de mi casa

-¿Daniel Calderón?-

Lo volteé a ver rápidamente y humedecí mis labios, me faltaba algo húmedo -¿Si?-

-¡Maldita sea!, ¿el capitán de fútbol?-

-¿Si?-

-¡Ay Clau!, ¿quieres ir a otro lado?-

Menee la cabeza -Es mi casa, aparte el no debería de estar aquí-

-De hecho si, ¿quién lo habrá dejado pasar a la privada?- bajó del carro

-Mmm, no tengo ni idea- apreté mis puños, para armarme de valor, al bajar, suspiré y abrí la puerta

-Hola- sonrió Daniel

-Hola- fruncí mis labios

-Hola Juan- le lanzó una sonrisa

-Agh- chasqueó la lengua -Me voy a meter Clau, cualquier cosa aquí estoy, ¿si?- me guiñó el ojo

Asentí ligeramente, y vimos entrar a Juan a la casa -¿No le caigo bien?-

Encogí mis hombros -No sé-

-¿Qué sucede contigo?- frunció el ceño

-¿Cómo entraste?-

-Ya te dije que hago cosas por Luke Davies, hoy vine a verlo y quería verte-

-Mmm- me crucé de hombros

-¿Estás enojada?-

-¿Yo?, pfff no- menee la cabeza -¿Debería?-

-Pues no-

-Entonces no lo estoy- hice una mueca

-Si lo estás, dime de una vez-

Lo miré a los ojos -¿te suena Jessica Valeriano?-

Sonrió ligeramente -¿Nos viste?-

-Lo suficiente para saber que soy un juego para ti-

-No lo eres- me miró a los ojos, y eso hizo que bajara la mirada por incomodidad -No somos nada, ni tú eres mía, ni yo soy tuyo-

Sentía mi cuerpo arder, cómo mi estómago estaba revuelto -¿Soy una noche pérdida para ti?-

-Si- pasó su mano por su hermosa cabellera -¿No creías que ya éramos algo por lo qué pasó ayer no?- humedeció sus labios -Aparte, tú puedes conseguir a cualquier chico, cómo los rubios ricos de aquí, incluso a gente como yo puedes conseguir-

-El problema es que yo no quiero a otros, yo te quiero a ti- lo empujé con mi hombro y abrí la puerta de mi casa, entré corriendo en busca de Juan -¡Juan!- la voz se me cortaba -¡Juan!- ya no pude decir más, las lágrimas salían de mi

-¡Clau!- bajó corriendo -¿Qué pasó?-

Lo abracé -Soy una idiota-

-¿Te hizo creer eso?-

Asentí ligeramente. -Bua Clau, mírate a ti: rubia, ojos verdes, delgada, eres la mejor tenista del condado, la más inteligente de tú escuela, tienes dinero...creo que el que pierde es el-

-Lo quiero, quiero estar con el-

-A veces queremos estar con personas que no tienen ni un poco de interés en nosotros...y está bien, somos humanos, estamos diseñados para amar y sentirnos atraídos, sin embargo...pon dignidad en la situación Clau, ya no lo busques-

-Ya no lo haré-

Y así mi hermano me consoló por aquel sujeto que sólo sabía cómo ir metiéndole los dedos a todas.

El otoño en el que nos conocimos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora