6. Los finales

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Claudia Mariscal

Hoy es el último día del semestre, después de estar meses atrapada aquí, al fin seré libre. Hoy entregamos nuestro proyecto Daniel y yo, y aunque no me ayudó en nada, no quiero alguna discusión con el Profesor, es lo que menos quiero ahora, sólo quiero salir de aquí.

-Mariscal, Calderón- nos llamó el Profesor para entregar el proyecto. Claramente fui la única que se levantó y lo dejó en el escritorio

-Gracias- dio uno hojeada al trabajo -Tendrán sus calificaciones en la tarde, antes de la salida, en el tablón de anuncios- guardó sus cosas en su portafolio -Felices fiestas chicos, nos vemos el siguiente año-

-Felices fiestas- dijimos todos al unísono. Me apresuré a guardar mis cosas, sólo dos clases más, tenía que llegar a tiempo para ser la primera en ver las calificaciones de historia -¿Muy apurada?-

Reconocía esa voz, esa voz que me hacía temblar -Un poco-

-¿Por qué no le dijiste nada al Profesor?-

-No quiero problemas el último día, no fue nada-

-Si lo fue, yo no te ayudé-

-Daniel, de verdad no fue nada-

-Claudia-

-Si tanto te causa conflicto, ¿por qué no dijiste nada?- Daniel no dijo nada, se puso cabizbaja -Nevermind, tengo que irme-

-¡Espera Claudia!- me jaló del brazo -¿Qué vas a hacer en tus vacaciones?-

-Umm, tengo una fiesta el finde, un torneo el jueves, y pues después de eso...supongo que practicar, leer, umm no sé...tal vez me vaya de vacaciones- musité -¿tú?-

-Nada, mis hermanas no vendrán este año a casa-

-¿Lo siento?- mascullé

-Nah- me soltó de su agarre

-¿Por qué no vienes a mi torneo?-

-¿Te gustaría?-

-¿Why not?- me encogí de hombros

-Claudia, no sé inglés ¿qué es navermin?-

Sonreí ligeramente -Nevermind- recalqué la mala pronunciación de Daniel -Olvídalo-

-Dime-

-Eso- sonreí -Nevermind es olvídalo-

-Ah- sonrió ligeramente -¿y why not?-

-¿Por qué no?-

-¿Me darán permiso de entrar al torneo?-

-Pasa a mi casa el jueves, a las 12- le guiñé el ojo -Adiós Daniel- me dirigí a mis clases-

(...)

-Mariscal, Mariscal...- dije mientras buscaba mi nombre en el tablón -¿Nueve?- No era posible, yo nunca había sacado esa calificación en mi vida. Me dirigí al salón de la maestra -Amm, disculpe-

-¡Adelante!- dijo la maestra desde el interior. Al entrar vi a un chico castaño de espaldas, sabía quién era -¿Qué sucede señorita Mariscal?-

-Tengo una duda acerca de mi calificación- mascullé

-¿Cuál es la duda?-

-¿Por qué nueve?- fruncí el ceño

La maestra sonrió -¿Me estás reclamando un nueve?-

Asentí ligeramente. -Sabe que no soy de esa calificación-

-Aquí su compañero Calderón me está reclamando por reprobarlo-

El otoño en el que nos conocimos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora