Claudia Mariscal
Mis ojos estaban hinchados de tanto llorar en la noche...Juan se ofreció a llevarme a la escuela, para evitar y asegurarse de que no hablara con Daniel.
-Mis ojos están horribles- dije mientras me miraba en el espejo
-Mmm, ten- me dio unos lentes -Póntelos, y finge que tienes una cruda, no que estuviste llorando por un idiota-
Sonreí ligeramente -Van perfectos-
Bajamos corriendo para desayunar algo ligero y salir a la escuela. Subimos al carro y nos dirigimos a mi escuela -Clau, sé que no me quieres contar nada de lo qué pasó, pero...¿eran algo?-
-Es que no éramos nada, pero tuvimos un encuentro ammm, sexual- musité lo último
-¿Sexual?- me miró de reojo unos segundos -¿Ya no eres virgen?-
-Dedos- mascullé
-¿Dedos?, ¡Ay por Dios!, ¿por qué me dices esto?- humedeció sus labios -Yo lo pregunté, fue mi error-
-Perdón-
-Es que es difícil escuchar decir eso a tú hermana de quince- se frotó la cara con sus manos -Pero quiero que me cuentes todo Clau, soy tú hermano, y es mi deber aconsejarte acerca de los patanes a los que te vas a enfrenar-
Sonreí ligeramente -Por primera vez me mojé con alguien-
-Suele suceder...pero...¿sólo te hace sentir mojada, o igual te hace sentir cosas en el corazón?-
-En ambas partes-
-Alguien te puede mojar mucho allá abajo, pero no permitas que te mojen esos ojos-
Sonreí -Eso fue...-
-¿Extraño pero cierto?-
-Si- dije relajada
-Es mi deber, y de Ernesto...somos tus hermanos mayores, y papá...-
Lo interrumpí - Ya no está-
-¿No piensas hablar esto con Diego?
-No- suspiré -Lo quiero mucho y ha llegado a ser como un segundo padre, pero...no me siento cómoda hablándole de mi sexualidad-
-Bueno...aquí estoy para ti ¿si?-
Sonreí -Lo sé- bajé del carro -Adiós-
Sonrío.
(...)
Llegué al salón, y ya todos estaban en el, caminé rápido para llegar a mi asiento y pasar desapercibida, me senté en el cubículo cuando el profesor entró pidiéndonos sacar todo el material...mientras explicaba yo puse mis codos en el pupitre, tomando con mis manos la cabeza -¡Señorita Mariscal!-
-Umm-
-¿Me está poniendo atención?-
-Si- dije despreocupada
-Quítese los lentes, no puedo ver sus ojos-
-Pero, si estoy poniendo atención...estamos hablando sobre el libro: Como agua para chocolate, puedo decir que yo quería que fuera un amor, pero el destino no dejó que ocurriera-
-Los lentes- me fulminó con la mirada
-Ya sabe como son mis ojos, son grandes, verdes-
-Mariscal, ¡a dirección!-
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El otoño en el que nos conocimos
Teen FictionSexo, lágrimas, risas, amigos, apuestas, problemas, inseguridades, calificaciones...parece ser sólo problemas de adolescencia, no hasta que tienes que decidirte por dos chicos: El chico guapo de tú escuela, o tú amor frustrado de infancia, con el cu...