Atenea estaba tan enfurecida por lo que acababa de presenciar que rompió el espejo con el que estaba observando la escena y salió de la habitación dando un portazo.
Perseo, Dánae y Medusa llegaron a la casa y Dánae ofreció a Medusa un cambio de ropa, además de ofrecerse a ayudarla a vestirse. Sin embargo, ella se negó, argumentando que ya estaba acostumbrada y que hacerlo sola le reconfortaba ya que esto demostraba que no era del todo una inútil.
Una vez que Medusa se cambió de ropa, los tres se sentaron en la sala y Dánae le ofreció a Medusa una bebida caliente de hierbas y un poco de pan.
—Y dime, ¿Cómo te llamas? —preguntó Dánae.
—Mi nombre es Me... Mera —respondió Medusa.
—Y nosotros somos Dánae y Perseo —añadió Dánae.
—Por su voz, parece muy joven para ser la madre de él —comentó Medusa.
—Sí, me casé y enviudé muy joven —respondió con pesar—. Y dime, ¿vinieron al mercado a hacer recados?
—No, solo vinimos a dar un paseo. Hoy es mi cumpleaños y ellas insistieron en que saliéramos. Desde que los dioses me maldijeron, no he querido salir de mi cuarto —suspiró y comento por lo bajo— Sabía que no tenía que haber salido ---
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Un Monstruo Hermoso
FantasyTodos conocemos la historia de la gorgona Medusa, esta criatura horripilante que oso compararse a los dioses y fue castigada por la diosa Atenea, pero la historia no es tan simple ni escueta, es una historia mucho más larga que esconde muchos secret...