Capítulo 1

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Cuando el corazón de Ikaris se rompió, el mundo se cerró para el chico del sol.

No fue sencillo ver a la mujer de su vida en brazos de Dane Whitman, susurrándose mutuamente lo mucho que se amaban después de que él había sido quien pasó cuatro años comprometido con la morocha, apoyándola en sus grandes sueños y las ilusiones que habían planeado vivir juntos desde la universidad. Sersi había sido el amor de su vida, pero él había sido una lección más en la de ella.

No pasa ni un mes, cuando la noticia de que la nueva pareja ya compartía un departamento llega a sus oídos. Entonces, su corazón se rompe por segunda vez, pues Sersi jamás había aceptado siquiera dejar su cepillo de dientes en su casa. Después de un tiempo, el dolor no disminuye, pero las decepciones parecieron tocar a su puerta de una en una.

Sprite, a pesar de ser la mejor amiga de Sersi, es quien permanece a su lado consolándole, diciéndole que todo estará bien y que se pondría mejor con el tiempo, pero éste no parece muy dispuesto a cicatrizar la herida, pues parecía transcurrir más lento de lo normal. La pelirroja es buena compañera y él suele ayudarla con sus tareas más complicadas.

Pero la compañía de Sprite no es suficiente, por lo que Kingo también solía detenerse de vez en cuando por la casa para verificar el estado de su mejor amigo. El castaño no podía creer que después de jurarle su vida a una mujer, ésta le haya dado la espalda de la forma en que hizo, sin embargo, no podía detenerla, no después de educarse por tantos años a respetar las decisiones que ella tomaba y amarla por sobre todas las cosas.

Si Dane era su felicidad, él tenía que hacerse a un lado.

El segundo mes pasó con las constantes visitas de Sprite a su casa, esto con el pretexto de continuar ayudándole con su tarea, pero su trabajo también solía consumirle las tardes, por lo que en algunas ocasiones tenía que enviar un texto a la chica avisando de su indisposición para recibirla.

Por lo menos, la oficina le brindaba un lugar seguro con la carga enorme de trabajo que tenía. La Arquitectura siempre había sido su amor, y Sersi siempre le apoyó en ello, incluso había tomado varias fotos de sus obras para reconocer su arte dentro de su página de Instagram, donde la morocha poseía un montón de seguidores los cuales amaban su ángulo de vista para capturar los buenos momentos.

Las fotos con Ikaris fueron archivadas después de aquel café en el que ella le confesó tener sentimientos por otro hombre. El castaño sintió que su corazón se hizo cenizas desde aquel momento, pero una sonrisa se había formado con la mayor fuerza de su voluntad, indispuesto a romperse frente a la mujer de sus sueños y sus mayores anhelos. No podía hacerla sentir culpable del cambio drástico de sus sentimientos. Ella era libre de elegir a quién amar.

Pero, aun así, dolía no ser él.

Esta mañana el clima de Londres no parecía estar de su lado con las nubes llenando el cielo y las gotas cayendo del mismo contra el cristal del edificio, haciendo que su humor tan solo deseara enterrarse un poco más en las calles de esta ciudad que solo le recordaban a la chica que en estos momentos debía estar sacando fotografías en la cama de su nuevo amante.

Ikaris suspira pesadamente, levantándose de su lugar con pesadez, cogiendo las llaves de su auto y saliendo por la puerta de cristal con el humor por los suelos, cargando sobre su espalda una cruz de la que ni siquiera podía deshacerse sin la necesidad de tirarse por la ventana de un salto.

A estas alturas, no parecía tan mala idea.

—Mindy, desvía todas mis llamadas. Me iré temprano hoy —indica a la secretaria.

—Claro que sí —La chica de cabello rubio asiente. Ella siempre había sido tan buena con él.

Mindy había sido uno de sus mayores apoyos durante este tiempo tan terrible, por lo que la joven comprendía bastante bien cuando su jefe tenía que irse en estas circunstancias. La pobre deseaba hacer más por él, pero en ella no quedaba el curar su corazón, sino en la propia voluntad del castaño y su mal de amores.

Exile [Ikaris]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora