Capítulo 5

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El martes llega, y el grupo de amigos está riendo en casa del arquitecto mientras beben té. Phastos niega con la cabeza al ver las banditas sobre la nariz de Ikaris, al igual que los moratones que se reflejaban debajo de sus ojos. Éste no culpaba a su amigo de lo que había sucedido, pues su nariz sufrió una pequeña consecuencia a cambio de ver a Eros ensangrentado en el suelo.

Druig reía, negando con la cabeza tras las bromas que el anfitrión hacía, mientras que Makkari imitaba sus gestos, aún contenta de sentirse tan a salvo con su novio, quien no perdonaría nunca el que siquiera le rozaran el brazo de forma agresiva, como sucedió aquella noche.

El fin de semana, Ikaris se encargó de llevar a Stella a un paseo para despejarle la mente. Le llevó a los Estudios de Harry Potter, haciéndola pasar una tarde mágica, repleta de sonrisas y varias fotografías que se tomaron juntos. A la castaña pareció habérsele olvidado lo sucedido el día de la fiesta durante, al menos, algunas horas. Su celular se llenó de un montón de imágenes aquel día, pero una de ellas fue lo suficientemente hermosa como para colocarla en su fondo de pantalla del menú principal.

Se trataba de Stella. En la fotografía, ella sujetaba el carrito de la película y volteaba a la cámara con una sonrisa de oreja a oreja, posando con una pierna levantada hacia atrás y sus ojos verdosos dirigidos hacia la cámara. Ikaris capturó el momento perfecto en que su mirada destelló el brillo de la felicidad que le llenaba ser capaz de producir.

Solo él.

Después de un largo recorrido, pararon por cerveza de mantequilla, algunos artículos, como una capa de Gryffindor, una bufanda de la misma casa, una varita, y algunas otras cosas más que encontraron en el lugar. Ikaris salió envuelto con una bufanda de Slytherin alrededor del cuello, comiendo algunas ranas de chocolate de las que Stella le explicó más adelante.

El día de hoy, la joven se encontraba trabajando, por lo que no pudo acompañarlos a esta tarde en casa del castaño. Phastos no repara en carcajearse cada momento que voltea a ver a hombre del mechón, incapaz de sostener esa imagen con las gasas puestas sobre la nariz. A esta altura, la situación de la fiesta no era mas que un chiste del que todos se burlaban en la mesa.

—¿Alguien más ha estado recibiendo textos de Sprite? —Ikaris de pronto desliza el móvil para desbloquearlo e ir a la bandeja de entrada donde tenía varios mensajes de la pelirroja sin contestar.

—La semana pasada me jodió demasiado con saber si estábamos enojados con ella —Druig le imita—. La bloqueé.

¡Cariño! —Makkari le reprende, incapaz de borrar la sonrisa divertida de su rostro.

—También me envió unos cuantos a mí, pero no tuve tiempo de contestarlos —Phastos secunda—. ¿Creen que quiera disculparse? —cuestiona generalmente.

—No me interesa si lo quiere hacer o no —El castaño guarda el celular—. La forma en que insultó a Stella ese día no estuvo bien —Su mirada azulina se encuentra con la de todos.

—Hablando de Stella —Phastos inicia—. Vimos la forma en que te lanzó el celular la otra noche y cómo le rompiste el corazón, así que, ¿qué es lo que tramas, Ikaris?

—Al menos alguien quiso preguntarlo —Druig sonríe, acomodándose ahora en la silla con los brazos cruzados sobre el pecho.

—No tengo nada entre manos —ríe el mayor, dando un sorbo a su taza—. Es muy buena, chicos —Desvía su mirada hacia el traste entre sus manos, como si ahí fuese capaz de encontrar el rostro de la castaña—. Solo... vi lo mucho que lo arruiné —Se encoge de hombros.

Exile [Ikaris]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora