CAPITULO 02 "CAMPO DESCONOCIDO"

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Me digo: "Hazlo, nada puede ser encontrado"

Todo comenzaba de nuevo, el recuerdo de mi abuela aun me hacia un nudo en la garganta, pero trataba de alinearme. Hoy sería un día bastante tenso, al menos para mí, dormir cinco horas diarias era tan común, como ver el mismo canal de televisión todos los días; me había alistado para salir y conversar con Julián mi "padre" aunque no estaba muy convencida de hacerlo, tenía qué, pues lo prometí.

Todavía yo no llegaba y él ya se encontraba sentado en las mesas que estaban afuera de la cafetería, bebiendo una taza de café, se veía paciente y sonrió cuando nos encontramos a una distancia ya más corta. El de inmediato se puso de pie para saludarme y nuevamente tomamos asiento.

-Te pareces mucho a tú madre. -Pues por obvia razón, pero no respondí. Aunque para ser sinceros tengo más parecido con él.

-Gracias. -Fue lo único que supe decir ante dichas palabras. -Pediré un té. -Un joven se acercó y me tomo el pedio, para después retirarse y dejarme sola con este señor.

-No sé por dónde empezar

-Me gustaría que fuera por el principio, pero supongo que sería muy tardado, así que lo más convincente sería que me dijera, ¿Por qué es que me busca? -Mi té había llegado, así que aproveche en beber un sorbo.

-Me llego una carta de Inés, diciéndome que ella estaba muy enferma y que lo más probable es que ella moriría, me dijo que Miranda había tenido una hija mía, solo que ella jamás quiso decírmelo. Yo soy director de una empresa de arquitectos, por lo que tengo mucho trabajo, así que la carta la pude leer hace dos días y estuve pensando durante días si lo más convincente era buscarte y decirte que soy tu padre, aunque sé que has podido sobrevivir sin mí. -Eso era evidente, yo estaba sobreviviendo. -Pero tenía tantas ganas de conocerte, que no me importo cual sería la reacción, así que por eso estoy aquí ahora.

-¿Eso es todo? Después de tantos años. -Esperaba una historia más conmovedora, como el porqué abandono a mi madre u otra cosa.

-No. -Sonrió. -Yo tambien te busqué con el objetivo de saber más de ti, además que, ayer estuve hablando con mi esposa y ella quiere conocerte al igual que Liam, tú hermano menor. -Quería rodear mis ojos, pero eso sería de mala educación. -Claro sí tú quieres conocerlos y si tambien quieres, puedes vivir con nosotros. La casa es grande y tiene un enorme jardín, además tendrás tu propia habitación y tendrás tu espacio.

En realidad, ya tengo mi espacio, mi casa, mi propia habitación, pero el único detalle es que no tenía compañía. -¿Y eso cuando sería? -No es como si me muriera de la curiosidad, pero pensaba mucho en mi conversación de la madrugada con el señor Esteban.

-Si tú quieres, puede ser hoy mismo, solo le aviso a mi esposa que vamos para la casa y prepare la comida. Así podemos recoger tus cosas y hacer tiempo, para que ella organice todo. -El señor hablaba con un gran entusiasmo, como si hubiera ganado la lotería.

-Está bien, podemos ir a recoger mis cosas y después ir a su casa.

El solo sonrió y terminamos de beber, parecía nervioso cada vez que me preguntaba alguna cosa personal. Sobre qué edad tengo, cuanto peso y cuál es mi estatura, porque según él me veo muy alta a mi edad. En fin, le conté que no estaba estudiando y que trabajo en un bar, no me pregunto de qué forma trabajo, pero aun así seguí comentando cosas. Él tambien me hablo de su esposa y su hijo, su nombre es Sophia y tiene treinta años, aunque estudiaron juntos arquitectura es ama de casa, pues se encarga de educar a su hijo de diez años, el cual aún va al colegio y es buenísimo en basquetbol.

Finalmente fuimos por mis cosas al departamento, las cuales no eran muchas, saque una maleta pequeña de ropa y zapatos, junto con una mochila en donde llevaba cosas personales, entre ellas una fotografía de mi madre y mi abuela cuando tenía cinco años; y otra en donde solo estamos mi abuela y yo cuando tenía catorce años, recuerdo que ese día habíamos ido a un muelle cerca de donde ella trabajaba. El señor me ayudo en subir mis cosas a su coche y me invito ir de copiloto, en fin, él puso música que no me disgustaba, pues al menos cantaban, no que en el club solo reproducen sonidos de música electrónica, la casa se encontraba casi en las afueras de la ciudad; pues era como un terreno privado, con mucha seguridad. Después de pasar el portón con seguridad nos adentramos al lugar y en efecto era una casa enorme para mi gusto, el área del jardín un patio con demasiados árboles y césped verde, flores por doquier y en especial un columpio en un enorme árbol. No me asombre, porque ya había visto este tipo de casas, pues con el señor Esteban había visitado demasiados lugares por cuestión de negocios, así que esto para mí era muy común.

BLACK AND BLUEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora