CAPITULO 18 "INOCENCIA"

70 13 12
                                    

De nuevo estoy herida y alguien se acerca...

Recordar, era torturarme durante el día y la noche. Deje de asistir a clases durante una semana, me sentía débil, como si tuviera un resfriado. Por lo que Sophia me apoyo con la idea de faltar a clases, Allison me dijo que la rebanada de pastel se la comió Isaac y eso me causo gracia, por más que ella insistía en verme y yo también lo necesitaba; pero no tenía cara para ver a alguien a los ojos, me sentía enferma.

Cuando me sentí lista para regresar a clases, lo hice, me levanté temprano y me fui. Durante el día se escuchaban los mormullos comunes, parecía que los estudiantes me pasaban a cámara lenta y mi respiración se detenía.

Durante el entrenamiento, lanzaba las bolas con coraje cada vez que eran bateadas. El profesor me pidió que me calmara y jugara bien, ya que tenemos un juego importante en el mes de febrero y quiere romperla.

Mi relación con Allison seguía siendo un secreto, aunque todos pensaban que éramos unas primas cariñosas y joteras, eso no me molestaba, al contrario, sentía libertad para abrazarla y tomarla de la mano, incluso darle un beso en la mejilla. La que no estaba muy contenta y se podía notar, era Lauren, ella tambien buscaba mi atención de esa manera, atención que no le puedo dar. Los recesos no los compartíamos, bueno, solo algunos cuantos. Allison se la pasaba con Lauren, Hayley y Morgan, eso era lo que yo notaba; pues poco a poco se fue alejando de Abigail y su grupo, excepto en clases, ya que ellas dos compartían butaca.

En cuanto yo, solo soy amiga de Isaac y Érick, los cuales compartimos el receso y la mesa del almuerzo, las horas libres y una que otra clase que nos queremos saltar. Hasta que, salimos de vacaciones y eso me ponía un poco nostálgica, pues no vere mucho a Allison, ya que ella se va a pasar navidad con su abuela paterna y dura todas las vacaciones con ella y regresa hasta el regreso a clases, que son a mediados de enero.

En navidad, mi abuela asistió a la cena, la cual fue un banquete enorme y al aire libre. Era mi primera navidad con mi nueva familia, por cierto, se me olvido mencionar que ya tengo el apellido de mi padre, ya no soy Juliana Richardi si no, que ahora soy Juliana Chevalier. Por lo tanto, ya puedo decir que soy una integrante oficial de la familia, aunque la señora madre de mi padre, me tratara bien e incluso me da obsequios, no entiendo porque el abandono a mi madre y eso me gustaría saberlo.

Mi vida, parecía ir normal, hasta que recordaba mi otra historia. De la cual no me siento orgullosa y mucho menos con ganas de contar, por suerte ese infierno terminaría y el ave fénix desaparecería. Ya estaba en el club, observando lo mismo de siempre, Amelia supervisaba los tragos y yo recargada en la barra.

-No fue tu culpa. -Así de repente lo dijo.

-Lo sé, nada de lo que pasa aquí es mi culpa. -Me retire, dejando a Amelia en su cargo.

Le di muchas vueltas al club antes de irme, no me voy a despedir de este lugar, pues sé, que jamás podre olvidar cada una de las cosas que eh vivido aquí. Al terminar mi jornada, me tuve que ir a la oficina del señor Esteban, según él quiere hablar conmigo, quizás ya se le olvido su macabra acción.

-No sé, por dónde empezar. -Se veía mal, su rostro demacrado. -Tienes que irte, porque lo prometí.

-Así es.

-Bueno, quiero decirte, que, en la vida, no podemos borrar nuestro pasado y mucho menos, las vivencias. Lo que paso con Olivia, fue un aprendizaje que, con el tiempo, entenderás y tendrás agallas. Superando la muerte de esa mujer, podrás superar cualquier cosa en la vida, así que, esto tómalo como una enseñanza.

-Por este tipo de enseñanzas, es que me vuelvo una maldita insensible.

-Eso, eso es en lo que te tienes que convertir. Tener sentimientos solo cohíbe al ser humano, no sirven, no enseñan y mucho menos generas respeto.

-¿Ya me puedo ir? -Era en lo único que pensaba, irme y salir de una vez de esto.

-Recuérdalo, el día que sientas más de lo que piensas, perderás la cabeza y el corazón. -Un silencio se prolongaba en la sala. -Cualquier cosa que necesites, este club tiene las puertas abiertas, para ti, mi ave fénix.

-Gracias, cuídate. -Sé a lo que me refiero, Olivia no era alguien de temer, ella solo fue una víctima más.

Me dio una mochila con dinero y me marche, no aceptaría el dinero, pero solamente yo sé, las horas que perdí este lugar. Estando a fuera del club, esperaba a Rogelio, quien me llevaría a casa, como de costumbre.

-¿No tienes remordimiento? -Gabriela habló.

-¿Por qué tendría remordimiento? -Yo aún seguía recargada en la pared fría.

-Mataste a alguien inocente. -No sabía que pretendía con decirme algo, que ya sé.

-Eso piensas tú, si fuera inocente no la hubiera matado.

-Hijo de puta. -Tiro la bolsa de basura y se dejó ir contra mí.

La gran ventaja de ser alta, la tomé del cuello y la puse contra la pared, -Cuídate, probablemente seas la próxima. -La solté cuando llego Rogelio y me subí a la camioneta.

Durante nuestro trayecto, todo era silencio. Música vintage de la radio de fondo y mi mente puesta en aquel día.

-¿Qué pasa con Gabriela? -Pregunto en el volante.

-Nada, la gente estúpida suele comportarse como su instinto. -Respondí frívola.

Llegamos a la casa y el detuvo la camioneta para que yo bajará. -Te extrañaré.

-Yo también, pero es lo mejor para mí. -El asintió y camine al portón principal, él siempre esperaba hasta que yo entrara a la casa. Pero me regresé. -Rogelio cuídate y cuida al señor Esteban, vigila a Gabriela. No estoy segura si es ella, pero tampoco dudad.

Ahora sí, entre a casa con un peso menos, pero mi mochila repleta de dinero.

-¿Fue lo mejor?

-Claro, todo mi entorno mejoro, pero las mejoras en mi vida me dan miedo.

-¿Por qué?

-Porque no suelen durar.

BLACK AND BLUEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora