8. Arreglo.

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Sebastián.

La situación es una mierda. No puedo creer que Nat haya venido aquí a hacer un escándalo y culpar a cualquier chica que haya visto cerca de mí. Afortunadamente Lara defendió a Cass, no esperaba me nos de ella y justo ahora tengo que solucionar mis problemas con Nat para dejar todo el drama atrás y tener una vida más tranquila.

—¿Qué haces aquí Nat?

—¿Sabes cuanto estuve esperando un mensaje tuyo? —no respondo—Supongo que no, porque por lo que veo haz estado bien sin mí, ¿eso es lo que quieres?

Ni siquiera me atrevo a verla, porque la conozco y me conozco. Al verla vería la tristeza y lo frágil que es y haría todo lo que fuera para ella estuviera bien, eso incluye volver con ella. Se lo egoísta que suena, pero no quiero volver a eso.

—No puedo seguir con esto, nuestra relación no es buena para ninguno de los dos. Tú te vuelves posesiva conmigo y yo detesto pertenecer a alguien. Parece un circulo vicioso y ninguno de los dos se merece eso.

Nat se sienta sobre mis piernas y alza mi rostro para verme. Y es cuando me doy cuenta de las lágrimas que cubren sus mejillas y el falso intento de sonrisa.

—Yo también no extraño Sebas, no tienes idea de como lo hago. Estar en un país donde no conozco a nadie y solo tenerte a ti, y al final estar sola. Eres a la única persona a la cual me puedo aferrar —hace una pausa para intentar calmarse—. Muchas veces intentaste hablar conmigo y yo tenía miedo porque sabia lo que ibas a decir. Antes de entrar vi lo mucho que te divertías y sentí tanto enojo al ver que cuando estabas conmigo no era así. Fuimos muy tóxicos, bueno yo fui un poquito más.

Ambos sonreímos, le limpio las lágrimas de sus mejillas con mis pulgares.

—Yo también fui un asco de novio y de amigo, no solo fue tu culpa. Incluso puedo asegurar que el problema fui yo. Debí de darte más seguridad y lamento no haberlo hecho.

—Realmente eres un asco de novio —dice con burla—, pero como amigo eras él mejor.

—Podemos intentarlo, ya que nuestra relación no la pudimos salvar. Hay que salvar nuestra amistad, es algo por lo que vale la pena esforzarnos.

—Me encantaría hacerlo, pero necesito un tiempo para desintoxicarme de ti.

—Me parece bien, entonces ¿en dónde te estas quedando?

La ayude a ponerse de pie.

—No he conseguido lugar, llegue hace unas horas.

Noto como comienza a ponerse roja, de la vergüenza.

—Podemos ir a mi residencia, puedes dormir ahí.

—¿Me vas a dejar dormir contigo?

—Claro, no es la primera vez que lo hayamos hecho, incluso cuando éramos amigos dormíamos juntos. Y solo esta Harry, así que no tienes por qué preocuparte.

Nils.

—Deja de dar vueltas, me estás estresando.

—Es que no se si fue buena idea dejarlos solos.

A pesar de que es la tercera vez que se lo digo sigue sin hacerme caso, solo esta de un lado a otro, dando vueltas en mi habitación. Porque sí, prácticamente obligue a Cassandra a venir al apartamento que comparto con Nate y Blair.

—Teníamos que dejarlos solos, tienen cosas que resolver y no era correcto que nosotros estuviéramos de chismosos, no nos concierne Cassandra —me ignora—. Además, ella intento pegarte.

—Ni Sebastián, ni tú lo hubiesen permitido.

Y otra vez Sebas, es que en los últimos días no ha hecho otra cosa más que hablar de él. Me considero paciente, pero Cassandra está a punto de terminar con mi paciencia. Sigo sin entender porque ella no se da cuenta de que él no aporta nada bueno a su vida, solo la hace inestable y Cassandra necesita estar estable.

Ilusión a distanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora