CAPITULO 6: °Conociendo un poco a los Moore°

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Era sábado por la mañana, en realidad no tenía mucho que hacer, las tareas de la escuela ya las había terminado el día de ayer viernes junto con Leonora asi que decidí permanecer acostada en mi cama hasta que diera la hora del almuerzo.

Pero recordé lo que había hablado con Leo, el asunto de terminar lo que había comenzado con Rodrigo, asi que para terminar con "esto" que no sé qué era, me dispuse a buscar la dichosa camisa que le había manchado.

Al día siguiente de lo sucedido en la feria me encontraba lavando la maldita camisa, debo de admitir que la mancha no se le quería quitar, la talle y la talle hasta que por fin quedo como si no la hubiera manchado.

"te quejas de haberle manchado su camisa, pero no te quejas del buen besote que se plantaron ¿verdad?... pecadora" Tú cállate

Como siempre mi puta conciencia estaba de entrometida en lo que no le importa, pero en el fondo sabía que tenía razón, pero soy orgullosa asi que no le iba a dar la razón esta vez.

Encontré la dichosa camisa, la había guardado en mi closet hasta el fondo, digo por precaución, que tal si Raquel se metía a arreglar mis casas y la encontraba, digo no es que esté poniendo a mi madrastra de chismosa pero a veces ella era la que me arreglaba mi ropa y no quería que me preguntara algo sin importancia, como por ejemplo ¿de quién era esa camisa?

"entonces si no es de gran importancia, porque la escondiste hasta el fondo, ¿he?"

Cuando la hora del almuerzo llego fui hasta la cocina, ahí ya se encontraban mis dos hermanos Marcelo el ya antes mencionado que por cierto ya estaba próximo a cumplir 22 años, y Fernando de 20 que era el de en medio.

No lo voy a negar mis hermanos eran guapos, tenían lo suyo.

Marcelo era el mayor de los tres, él contaba con unos ojos color café claro, su cabello castaño lacio, su piel era bronceada, la nariz no era muy perfilada, era alto aproximadamente de uno ochenta y cinco, era de buen porte, le gustaba hacer ejercicio asi que ya se imaginaran los buenos músculos que tenía.

Por otro lado está mi hermano Fernando, ese era casi idéntico a mama, su cabello era medio ondulado negro oscuro, sus ojos eran color café claro, él era un poco menos alto que Marcelo y al contrario de él, a Nando casi no le gustaba hacer deporte, en cambio le encantaba estar jugando videojuegos en línea todo el tiempo, sobre su orientación sexual... pues mi hermano es bisexual, le gustan tanto los hombres como las mujeres-cuando nos dijo sobre su sexualidad papá se encontraba tomado una cerveza y al momento de escucharlo decir aquello escupió el líquido que tenía en la boca y le empapo la cara a Marcelo, de solo recordarlo me da risa-al principio estaba en shock pero después lo acepto.

Y por último estoy yo, la menor de tres hermanos; que les puedo decir, también estoy por cumplir los 18, al mes siguiente del cumpleaños de Marcelo me toca a mí, Olivia Moore, una chica adolescente que casi no le gusta socializar, que solo cuenta con dos mejores amigos, me encanta leer, observar el mundo a mi alrededor, aun con traumas y sin un poco de estabilidad emocional a causa de los libros, no soy delgada como las demas chicas, ni tampoco estoy gorda-Leonora me dice que estoy gordibuena-en fin.

Por otro lado está mi padre Aníbal, de hecho mis hermanos y yo sacamos sus ojos color café claros, es castaño al igual que Marcelo y yo, su nariz es perfilada, es alto, su apariencia es presentable e imponente.

Mi padre es el dueño de una empacadora de mariscos, esa industria se encarga de pescar el marisco para la empacadora, comercializarlo a las diferentes regiones del lugar que se extiende de norte a sur aquí en San Lorenzo.

Cuando se encontraba arreglando unos asuntos del trabajo con sus proveedores, fue cuando conoció a Raquel su actual pareja, ya llevan muchos años juntos, pensé que con el tiempo ambos tendrían un hijo pero eso no podría ser posible porque Raquel es estéril.

EL PLACER DEL AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora