SEUNGKWAN

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El Club Synz estaba lleno con cientos de cuerpos calientes, todos bailando, besándose, rozándose unos contra otros, una promesa de lo que vendría mientras la noche concluía y las comodidades de casa te llamaban.

Me senté en el bar tomando un mojito.

Música ácida bombeaba a través de los altavoces, tan fuerte que podía sentir el bajo vibrando a través de mi pecho.

Mirando el líquido claro de mi bebida, giré el sorbete y vi la ramita de dos hojas de menta balancearse en el embudo que había creado. Luego, estaba la solitaria rodaja de lima persiguiendo a las, unidas y emparejadas, hojas de menta hasta el fondo del vaso.

Nunca las atrapó, flotando justo por encima como si estuviera viéndolas tener toda la diversión. No pude evitar pensar, que era una metáfora de mi vida.

Siempre viendo a otras personas enamorarse.

Siempre encontrando al amor fuera de mi alcance.

Entonces el rostro de 221 apareció en mi mente, una vez más.

Su cabello negro.

Sus ojos verdes.

Ese cabello corto y negro, su mano sosteniendo la mía, la sensación de su longitud bajo mi palma...

¡Mierda!

De repente, la silla junto a mí se movió, haciéndome saltar.

Mi mano voló hacia mi pecho y mi corazón dio un vuelco.

Miré a un lado para ver a un hombre joven, de cabello oscuro usando gafas negras y un costoso traje de tres piezas, deslizarse en el asiento de cuero vecino.

Levantando la mano para llamar al cantinero, movió sus ojos azules en mi dirección con una sonrisa lenta, al instante, tirando de sus labios definidos.

Obligándome a devolverle la sonrisa, vi con mucha atención cuando sus ojos cayeron a mis hombros al descubierto, por encima de mi playera de los red hot  y hasta mis ceñidos vaqueros de Armani.

Sus fosas nasales se ensancharon mientras miraba mis botas y mi cabello rubio. Unos segundos más tarde, sus ojos, una vez más, se encontraron con los míos, y sabiendo que había sido atrapado, rápidamente se aclaró la garganta avergonzado. La sonrisa que llevaba, inmediatamente se extendió en una amplia sonrisa, que mostró sus dientes perfectamente blancos.

Era condenadamente guapo para mirar, alto, fornido... atractivo.

Parecía un abogado o alguien que acababa de salir del trabajo. O un profesor... Sí, un profesor sexy.

Era lindo.

Mi tipo antes de... ¡Seungkwan, necesitas sacar a 221 de tu mente! Me advertí, haciéndome mirar al Sr. Profesor, una vez más.

—Hola -gritó sobre la música.

—Hola -le contesté mientras el cantinero sacudía la barbilla al Sr. Profesor, claramente impaciente por tomar su orden.

Volviéndose, el Sr. Profesor pidió un vodka Grey Goose doble en las rocas.

Deteniéndose un momento, movió su mirada hacia mi bebida y sonriendo añadió:

—Y otro mojito para esta hermoso caballero.

El camarero se alejó para hacer las bebidas y el Sr. Profesor se volvió hacia mí.

—No escuché tu nombre -gritó mientras la música cambiaba a un ritmo de baile intenso.

Obligándome a responder, dije:

¿TÚ ERES PARA MÍ ? - VERKWANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora