Para muchos Mitsuya era un hermano mayor ejemplar, pues el fue que se encargó de Luna y mana actuando como su padre y madre en la ausencia de su madre real que rara vez se encontraba en casa debido al trabajo.
El se encargó perfectamente bien de las mujeres más importantes de su vida, que no les faltará atención ni cuidados que necesitarán. Pero la realidad era que ellas merecían a sus padres, no a un niño cuidando a otro niño, el hacia lo que él creía que era correcto, cuando claramente aún no sabía.
Cuando las niñas en ocasiones lloraban por su madre, Mitsuya las consolaba comprándoles dulces o distrayendolas con juguetes que el mismo hacia.
En una ocasión se volvió imposible de manejar la situación, pero el siempre puso su mejor cara y nunca se desquitó con ellas. Claro que el también quiso tener su espacio y tiempo para ser el mismo, pero realmente no lo tuvo en su totalidad, las notas a veces bajaban y eso lo estresaba, llegar a su casa era hacer la limpieza, cocinar y cuidar a sus hermanas y en ocasiones a sus padres cansados.
Mitsuya si peleó un par de veces con sus padres, el también merecía disfrutar su niñez y al fin quedaron en un acuerdo en cuánto ofrecerle tiempo, en las noches el pudo reunirse con sus amigos sin limitarse y eso lo ponía feliz.
Siempre tuvo presente que estaba perdiendo su juventud y eso no significa que no ame a sus hermanas, por ello era una realidad cruel.
Eso no importa ahora, como sea lograron salir adelante, el pudo hacer lo que más le gustaba que era dedicarse a ser diseñador. Y a pesar de la situación apurada sus padres demostraron que lo amaban y apoyaban categóricamente.
De entrada sus padres sabían que lo que hizo su hijo mayor era un extraordinario favor, prácticamente crío a sus hermanas e intervenir en su vida de adulto era algo hipócrita, al fin y al cabo ellos lo hicieron crecer demasiado rápido, por ello el solo podía estar con ellos cuando lo necesitarán. . . . . . . Mitsuya soltó un bufido molesto, de nuevo se encontraba perdido en sus pensamientos, en una reflexión de su vida por así decirlo. Ya no tenía que preocuparse, sus hermanas están seguras en su casa, mientras que el estaba con sus amigos pasándola bien.
"Quizás ahora puedes céntrate en tu vida... romántica", dijo Yuzuha guiñandole el ojo a Mitsuya.
Mitsuya se sonrojo, fue una mala idea contarle a Yuzuha sobre su enamoramiento por Hakkai.
"Algún día se lo diré", murmuro Mitsuya apenado. . . . . . . Hakkai tiene 15 años cuando reúne la suficiente confianza y coraje para confesarle su amor y lealtad hacia Mitsuya.
Un Hakkai rojo como una remolacha, sus mejillas ardiendo, su corazón martillado dentro de el, se acerca lentamente a Mitsuya. "Se mi novio".
Lo que no se esperaba fue un rechazo, diciéndole que no le gustaba de esa manera romántica.
Fue un sentimiento horrible, sintió como se le partía en dos su corazón, fue desilusionante.
"¿Puedo seguir cortejandote?", pregunta en voz bajita, dando a conocer que no aceptará la derrota.
"Si", dijo Mitsuya en acuerdo, dándole una sonrisa.
Hakkai lo tomo como un desafío en ese momento. . . . . . . . . Pasaron muchas cosas juntos, como su primer beso, su primera vez, entre otras cosas maravillosas, incluso su suegra lo apreciaba, eso si es un avance.
En este momento quiere devorarlo entero.
Así que no se hizo esperar, el más alto tomo suavemente la barbilla de Mitsuya y le planto un beso que pronto se volvió errático y hambriento, tanto que el peliplateado gimió ruidosamente en la boca del moreno, cuendo este movió su lengua dentro de el otro.
"¿Estás tan desesperado que te folle ahora?", Dijo Hakkai contento, tomando la libertad de tomarlo de la cintura.
"SÍ, si quiero", gimió Mitsuya aún en la boca del otro.
Hakkai se rió, le fascina la confianza entre los dos, así que juntó sus labios de nuevo y comenzó a frotarse contra el al notar un bulto.
"Mira lo duro que estás y apenas te he tocado", se burló Hakkai.
A Mitsuya no le importa la degradación y la charla sucia a la hora de tener intimidad, siempre y cuándo se Hakkai.
"Me encanta cómo se siente tu grande polla dentro de mi", gimió Mitsuya.
La sonrisa del moreno se hizo más grande.
"Date la vuelta y abre esas piernas para mí"
Mitsuya obedeció, se bajó los pantalones junto con con los boxers y recargo sus manos en la pared con el culo al aire.
A Hakkai le agrada la vista, tener a un Mitsuya sumiso esperando por su gorda polla para follarlo. El moreno rápidamente busca en sus pantalones un condón, abriéndolo y bajandolo por su pene.
Luego Hakkai uso las dos manos para abrir su trasero exponiendolo.
Mitsuya lo ve por detrás del hombro cuando Hakkai se inclina y deja caer una gran cantidad de saliva sobre su polla deslizando su longitud hacia arriba. La vista es suficiente para que Mitsuya tiemble de anticipación.
Hakkai frota su pene sobre sus mejillas pasando por su agujero, sabe que Hakkai se está burlando de el, pero cuando esa polla entra en el con fuerza no pudo evitar liberar un gemido gutural lo suficiente fuerte para que los de afuera escucharán.
En respuesta Hakkai pone una mano en la boca de Mitsuya atenuando el volumen de sus gemidos.
Las embestidas fueron fuertes y constantes. Mientras que una mano en la boca de Mitsuya evita ser bullicioso, la otra toma un puñado de cabello plateado.
Los gemidos surgen amortiguandos cuando Hakkai empuja con fuerza rozando la próstata.
"Deberías dejarte crecer el cabello", dijo Hakkai jalando con fuerza su cabello.
Mitsuya taradea en respuesta.
Mitsuya toma esa polla lo mejor que puede cuando Hakkai hace un ritmo errático y sin coordinación, eso significa que estaba cerca.
"Ya voy..." Hakkai se inclina para morder el hombro de su amante, tratando de callar sus propios gemidos.
Hakkai suelta chorros blancos dentro del condón y Mitsuya en la pared.
Hakkai ayuda a Mitsuya a enderezarse y vestirse.
El peliplateado se inclinó para darle un beso dominante y a la vez tierno, Hakkai le devolvió el beso.
La puerta fue golpeada.
"Oigan ya salgan", se burló Manjiro.
Mientras Mitsuya tenía las mejillas rojas, en seguida ambos salieron del armario ignorando las miradas curiosos de los demás.
