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SEGUNDA PARTE DE EL TRÍO MIKEY X HAITANI
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Draken ya me estaba arrastrando por el pasillo, e hize todo lo posible para que no pareciera que no estaba siendo arrastrado; Ya que no éramos los únicos aquí, muchos de nuestros amigos estaban aquí con un montón de extraños con ellos, lo último que quería era que alguien fuera testigo de esto. Mire por encima del hombro para ver si Rindou o Ran nos estaba siguiendo, gracias a dios que no fue así, me sentí aliviado, pero también humillado por desear que Draken no nos hubiera descubierto.

-"Apestas". Ken gruño, mientras me arrastraba hacia la puerta principal. Soltó mi muñeca para tomar nuestros abrigos, empujando el mío contra mi pecho antes de salir.

El comenzó a caminar sin siquiera molestarse en ver hacia mi dirección, yo lo seguí silenciosamente unos pasos detrás de el. Durante el camino la nieve caía en picada, manchando mi abrigo y dejándolo húmeda, hubiera traído algo más apto para el clima frío, algunos guantes o gorro, trate de ignorar el frío que atravesaba mis huesos mientras caminaba.

Observando la nuca de Ken, supe que estaba furioso, estaba jodidamente hechando humo. Sinceramente no tenía muchas ganas de enfrentarme a el, sabía que estaba mal y aborrecía a los infieles...pero con que valor moral Ken tenía que reclamarle, el era un tramposo y bueno para nada. Por esa parte no se arrepentía de nada.

Cuando ambos llegamos a nuestro departamento, el me tomo de la muñeca y me arrastró por la grande sala de estar hasta el comedor. No es por presumir ni nada por el estilo, pero nuestro departamento era agradable y lujoso, 4 habitaciones con sus respectivos baños, aire acondicionado central y un balcón con una vista maravillosa, la sala de estar era enorme: dónde tendría que haber una pared exterior, era una ventana desde el piso al techo (mucha descripción). En la gran sala de estar, dónde me arrastró Draken había un gran sofá de cuero negro en forma de U, una mesa de café con una alfombra beige, y una pantalla plana, definitivamente, más grande que mis esperanzas. En la cocina había un comedor de vidrio con sillas alcochonas. Si, el lugar era como ensueño, jodidamente caro, lujoso, y me encantaba vivir en el.

Pero al final de cuentas era de Ken. No piensen mal, no soy un tipo mantenido, e interesando, viviendo de lujos sin importar nada, arrogante y caprichoso. Yo mismo me ofrecí ayudar a pagar el alquiler completo, pero sin importar cuántas veces le insistí en ayudarlo, el no quiso. No es como si ganará el premio mayor, el casero le cobra poco más de $10,000, y el ganaba $18,000 al puto mes. Tenía estudios, dos especializaciones en negocios y economía, un trabajo bien pagado, cotizado por más agencias, una familia, aunque adoptiva, pero era una familia rica, viajo a sin fin de lugares, relojes, etc...

Envidiaba eso de él porque en comparación, yo no era nada.

Draken me agarró por la cintura y me alzó, estampando mi espalda sobre el comedor de vidrio, haciendo un crujido preocupante, instantáneamente me apresure a sentarme, observándolo mientras se levantaba su camisa por encima de su cabeza, dejando al descubierto su abdomen marcando, con una cicatriz de por medio. El lo tiró a un lado. Y me fulminó con la mirada mientras separaba mis piernas y se se metía entre ellas. -"Verte con dos hombres..." Gruño, "No podría estar más cabreado". Ken se desabrocho los jeans y se los quito junto con sus bóxers. Su pene estaba duro como una roca, y sinceramente me sorprendió el que estuviera tan exitado. La reacción que esperaba, después de engañarlo sería irá, pero está todo lo contrario, también lo puso cachondo. Que masoquista.

-"¿No crees que te vi, idiota?¿Acaso te olvidaste de que tenías un novio que estuvo en la fiesta?, Ni siquiera pudiste hacer el intento de localizarme".

7 minutos en el paraíso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora