Dulce regreso

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Había llegado tarde de un viaje de negocios por lo que no pude estar con mi familia en este día, una vez al mes nos juntábamos un fin de semana para realizar una actividad familiar, ya sea que vayamos al parque de diversiones o al cine, no importaba donde pues a mi querido esposo le encantaba que pasáramos al menos un día en familia.

Al momento de prender las luces de la sala note globos de animales y en la mesa del centro se encontraban algunas hojas y colores por todas partes al acercarme para ver su contenido vi que eran dibujos del día de hoy, representaba a seis personas Boun, Phuwin, Fluke, Saint, Cheng  y Yim cada uno de ellos con una sonrisa y atrás de ellos se leía la palabra zoológico, al parecer Yim había escogido el lugar este mes. Subí al segundo piso, y antes me dirigirme a mí habitación quise ver a mis hijos, había pasado dos semanas desde que no los veía.

Primero me asome al cuarto de Phuwin, ¿Cuántas veces le tengo que decir que no se duerma arriba del cobertor? Pensé al ver que estaba durmiendo encima del cobertor, busque algo, para poder taparlo. Mi segundo destino, fue el cuarto de Boun quien se había quedado dormido con sus audífonos, se los quite y los acompañe en la mesa que tenía a lado de su cama, después me dirigí hacia la puerta antes de salir trómpese con uno de sus balones de no ser porque tiene el sueño pesado ya estuviera despierto. Mi tercer destino fue el cuarto de Fluke, quién estaba durmiendo tranquilamente, mi pequeño niño sé que ya tiene 16 años, pero no puedo evitar tratar de protegerlo. En especial de ese amigo de Boun cree que no me doy cuenta como mira a mi pequeño, pero un día de estos ese chico y yo tendremos una charla que no le gustara.

Fui al último cuarto, donde estaban mis pequeños angelitos Yim y Cheng al asomarme noté que ambos estaban durmiendo con nuevos peluches, Yim tenía una jirafa mientras el pequeño Cheng tenía un panda. Me acerque para darles un beso en la frente, esperaba no despertarlos porque si no ya no se iban a dormir. Finalmente fui a ver al dueño de mi corazón, mi sol, mi todo. Mi hermoso dragón. Al abrir la puerta pude ver un libro a su lado tal vez quiso esperarme, pero el sueño pudo con él con cinco hijos cualquiera caería dormido. Lo observé un momento y después me dirigí al baño, para tomar una ducha.

Al salir de bañarme volví a bajar al primer piso necesitaba un bocadillo nocturno estaba en la cocina preparando un sándwich cuando de repente sentí unos brazos alrededor de mí. Mi dragoncito acababa de despertar. — ¿acabas de llegar? — me dijo con su dulce voz que me llenaba de paz — hace como una hora, no quería despertarte, perdón por no haber llegado a tiempo. El vuelo se retrasó. — Te extrañe. —  me decía mientras me abrazaba con mas fuerza y me daba un beso en mi espalda — igual yo — me di la vuelta para poder ver su rostro, al voltear  mire sus hermosos ojos miel y su hermosa sonrisa que me hacia enamorarme de el todos los días, por lo que inmediatamente comencé a besarlo.

Nuestro beso empezó lento, pero poco a poco fue aumentando. Mis manos rodearon su cintura, Saint se aferró más a mí ocasionando que mi mano entrara entre su pijama, amaba sentir su piel tan suave. Deje sus labios mientras iba haciendo un camino de besos hasta su cuello. Comenzó a soltar pequeños gemidos, era música para mis oídos. Deje de hacerlo ocasionándole un pequeño puchero que lo hacía ver tan tierno le di una sonrisa — ¿Te parece si continuamos esto en la habitación, no querrás que alguno de nuestros hijos nos encuentre aquí ¿o sí? — Me sonrió pícaramente y se acercó para susurrarme — solo si me recompensas por dejarme hoy —  Después de eso mordió mi oreja y comenzó a besar mi cuello.

Inmediatamente sus piernas se acomodaron alrededor de mis caderas, lo lleve así hasta nuestra habitación tenía que hacer el menos ruido posible no quería despertar a los niños. Tuve que controlar al animal que llevaba dentro, pero el sentir los besos de Saint sobre mi cuello y sus dedos sobre mi espalda me estaban matando. Al entrar a la habitación ya no pude soportarlo, lo llevé a la cama y lo coloque con delicadeza, la forma que me miraba era tan intensa, comencé a quitarle el pijama lentamente mientras hacia un camino de besos por su pecho hasta llegas a sus lindos pezones, me dedique a morder y lamer uno mientras que con mi mano comenzaba a acariciar su miembro.

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