3

29.4K 3K 267
                                    

Sus manos fueron apartadas por un golpe seco de Draco.

—Aún no. —Jadeó sobre su boca.

Asintió y apretó las manos sobre las sábanas de la cama.

Un poco más arriba, un poco más rápido. Draco seguía meciéndose sobre el regazo de Harry como si quisiera llevarlo al extremo.

Estaban sin camisa, pero la parte inferior de sus cuerpos seguía cubierta. Harry inhaló audiblemente para despejar un poco su mente.

No funcionó, Draco estaba haciendo maravillas con su boca sobre la clavícula de Harry. Su mente volvió a estar nublosa y sólo podía pensar en él.

No podía tocarlo, el omega gruñía cada que sus manos trataban de tomarlo de las caderas para ayudarlo a moverse. No iba a quejarse en lo absoluto. Draco tendrá sus razones para torturarlo de esa manera.

Se elevó un poco con sus rodillas y sus bonitas manos delgadas tomaron el borde del pantalón de pijama de Harry.

Lo miró con ojos brillantes.

—¿Puedo, alfa?

Suspiró sobre sus labios —Todo tuyo.

Le desvistió con rapidez y cuando la polla de Harry golpeó su mano, Draco gimió quedito.

El omega fracasó un par de veces antes de encontrar su voz, se esforzó en oírse lo suficiente coherente para que Harry le preste atención —Se acerca mi celo.

Harry suspiró cuando su mano envolvió su erección. Subía y bajaba, apretaba la base y acariciaba sus bolas.

—Quiero pasarlo contigo, mi amor.

Parpadeó varias veces para concentrarse en lo que había dicho.

Él y Draco. Celo. Ellos. Guau.

—Mierda. Sí. Te quiero.

Draco sonrió lloroso y se inclinó para besarle con fuerza el cuello, alejó sus manos para bajar su propia ropa y sentarse sobre los muslos de su novio.

Piel rozando, sus erecciones sensibles y los corazones acelerados. Siempre se sentía como la primera vez.

—Quiero la mordida.

—Te la daré. Lo que tú quieras, omega.

Harry acercó sus caderas para encontrar algo de fricción, pero el chico en su regazo tenía el control, le sujetó las caderas con la fuerza para mantenerlo un poco en su lugar.

—Pero primero, quiero ver que tanto te puedes controlar. Por hoy, no me puedes tocar.

Gruñó y asintió de acuerdo. Podía sentir el lubricante de su novio escurrir hasta sus piernas.

Complacido, Draco le lamió los labios y continuó con las caricias.

—Si vieras que guapo y apetecible eres debajo de mí. Tengo ganas de comerte entero.

El alfa gimió alto. La dominación natural de Draco fue una de las muchas cualidades que le atrajo. No porque fuera omega tenía que ser sumiso y dócil, a Draco le gustaba hacer las cosas a su modo, tener el control sobre Harry en la cama era excitante para ambos.

—Te amo.

Sonrojado y sin aliento, el omega se alzó un poco para acomodarse sobre él. Bajo de poquito para encontrar el punto exacto donde gozaría.

—Te amo más, oh Harry, te amo muchísimo.

GruñidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora