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—Draco… —caturreó Harry en su oído.

—Cinco minutos más, amor.

—¡Hoy es la graduación!

El alfa estaba notablemente emocionado. Durante la noche no había parado de dar vueltas y susurrar cada cierto tiempo para estar seguro de no despertar a su omega debido a su inquietud.

Draco gruñó— Me puedo arreglar en veinte. Déjame dormir.

El peso del colchón disminuyó y hubo un delicioso silencio, hasta que Freddie Mercury comenzó a cantar.

—¿¡Qué mierda!? —Soltó Theodore.

—¡Draco, calla esa cosa del demonio!

Ooh, love, ooh, loverboy
What're you doin' tonight, hey, boy?

El omega lloriqueo contra la almohada, pero se despabiló con rapidez para salir de la cama.

No tuvo el corazón de quitar la música. Harry estaba dando vuelta mientras cantaba a todo pulmón el coro de la canción. En cuanto lo vio, lo tomó de las manos y lo movió para bailar.

I'd like for you and I to go romancing.

Draco le besó repetidamente la mejilla antes de reír y dar vueltas a su lado.

—¡Malfoy!

Fue una sorpresa que Blaise fuera quien corrió las cortinas de la cama de Theo. Ambos estaban con la peor expresión y sin camiseta.

Nott miró mal a Potter— No pongas esa cara, bien sabes que nos traíamos ganas.

Por su lado, Draco alzó ambos pulgares— Buena esa, Zabini.

Hubo un más gritos y la música cambió al grupo favorito de Theo, Spice Girls.

Más tarde en la ceremonia. Draco estaba nervioso. Algo le sentaba mal en el estómago con el mero pensamiento de no tener el mismo entusiasmo cuando el pase al frente.

Bien sabe que sus padres no gritarán su nombre como el resto de las familias. Ellos se pondrán de pie y aplaudirán elegantemente. No lágrimas, ni chillidos.

Cuando fue su turno, por el rabillo del ojo notó el inmediato movimiento de Harry por ponerse de pie y aplaudir.

—¡Excelente, mi amor! ¡Hermoso! ¡Mi orgullo!

Draco se sonrojó cuando la familia de su alfa también se levantó y soltó gritos emocionados. Se veían genuinamente felices por él.

En Gryffindor, Hermione agitaba emocionada el brazo de Ronald, quién embobado, la dejaba ser.

Recibió el premio del promedio más alto, lo cual se festejó con más gritos y aplausos de todos los presentes.

Luego, cuando fue el turno de Harry, el sector lateral del jardín se alzó en gritos de júbilo.

Lily Potter fue la primera en ponerse de pie —¡Mi niño, mi niño!

—¡Igualito a su padrino!

—¡Vamos, cornamentita!

El alfa sonrió en grande cuando se encontró con los ojos llorosos de su omega que cubría su boca para retener sus sollozos. Sin importarle un bledo, bajó dando saltos y se dirigió hasta el lugar de Draco.

Se besaron con ternura y lágrimas de amor puro, siendo vitoreados por sus compañeros.

Draco respiró profundamente el olor de Harry. No le importaban los malentendidos, peleas, celos, gruñidos y dramas que vivieron hasta llegar a ese momento. Estar entre los brazos de Harry, rodeado de su aroma único e indispensable, hacía que todo valiera la pena. Siempre lo escogería a él; aquí, en Irlanda o en otro cualquier otro lugar del mundo, él es su alfa y Draco lo ama con todo su corazón.

Fin.

GruñidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora