¹ Especial

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Este especial estará hecho en el invierno del primer año, es decir, todavía no se han casado sólo serán novios.

Este especial estará hecho en el invierno del primer año, es decir, todavía no se han casado sólo serán novios

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-Humo de corazones-

—Ah... —suspiré. Llevaba un día muy cansado y el frío del invierno no mejoraba el día.

Los animales tenían calefacción, pero yo todavía no, estaba ahorrando para mejorar la casa. Vamos, que con una manta me tenía que aguantar.

Nadie quería salir de sus casas con este helado día, pero yo no quería quedarme en la mía por el frío. Sebastian nos invitó a su habitación que si tenía buena calefacción gracias a Robin.

—Vale ____, una sudadera y un abrigo y te vas donde Sebastian —miraba fijamente la puerta de la casa y luego correr por el camino del norte que me pillaba mejor para ir donde Sebastian.

—A la de una... A la de dos y... ¡A la de tres! —agarré fuerte mi abrigo y empecé a correr como una loca hacia la carpintería.

La helada brisa cortaba la tez petrificada por el frío, a veces no entraba el suficiente aire a mis pulmones haciendo que parase a ratos y mi única salvación para no resfriarme era la bufanda que me hizo Evelyn y los guantes que me regaló Jodi —Tan calentitos.

Al llegar a la carpintería di varios golpes a la puerta con la aldaba.

—¡Pasa! —era la voz de Robin.

—Ay querida, me alegra que vinieses, en tu casa aun no hay calefacción? —me ayudó a quetarme el abrigo y lo dejo en el perchero.

—Gracias, ¿los demás ya están aquí? — pregunté.

—Si, hasta Sam ya está aquí. Suele llegar tarde, pero creo que oyó que también venías y llegó antes por ti —rio y yo solo me sonroje por todos lados.

—Aw, tranquila —me guió hacia la habitación de su hijo —Tu solo ve. Se nota que os queréis, que lindos —musito mientras se iba de nuevo al mostrador.

Me dejo delante de la puerta de la habitación. Me quedé unos segundo estática, pero tampoco podía quedarme hay a vivir así que toque un poco la puerta y alguien la abrió.

—¡___! _Abigail abrió la puerta entrando todo el calentito dándome placer.

—Oh, pareces que vienes del polo norte, ya te iras acostumbrando a este frío —levantó el pulgar y me tomó del brazo para que entrase y no me quedase en medio de la puerta adorando la calefacción de Sebastian.

—Ey, ven —dijo Sam que estaba encima del sofa, sentado como un indio dando palmaditas en sus piernas cruzadas para que me sentase.

Me senté dándole la espalda y me giró noventa grados, puso su mano en mi nariz —Tienes la nariz helada —me acercó más a él para quitarme el frío.

-𝐍𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐨 𝐫𝐞𝐦𝐨𝐭𝐨 𝐬𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭𝐨- (Sam/Stardew Valley) EN CORRECCIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora