Capítulo 6

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Sobre las cinco de la mañana me entraron ganas de ir al baño, a si que cogí mi móvil y con la linterna me fui hasta el baño, el caso es que al llegar me llevé un susto tremendo cuando me encontré con mi madre haciendo pis, no la había visto en todo el día y encontrármela ahí tampoco me lo esperaba.

Mi padre llegó corriendo hasta nosotras para ver por qué había pegado un grito a lo que yo contesté.

-¿¿Os habéis pasado todo el día ignorándome y ahora pretendéis que no me asuste??-

-Lo siento cariño, yo me quedé sin batería.- Responde mi madre mientras sale de baño.

-¿Y tú papá? ¿Cuál es tu excusa?- Sigo preguntando indignada.

-Sin cobertura.- Responde él.

-Pues muy bien, que sepáis que voy a salir de fiesta el sábado, y si me pasa alguna de esas dos cosas y se os ocurre montar un drama pienso mataros.- Y dicho esto me encerré en el baño.

Cuando salí ellos ya estaban en su habitación y yo volví para la mía a intentar volver a dormirme, cosa que me fue casi imposible y me pasé el resto de la noche dormitando hasta que dieron las ocho que ya no aguantaba más y me levanté de la cama.

Me arrastro hasta la cocina y cojo un zumo de naranja y unos cereales y me voy directa al sofá, allí cojo una manta y me tamo como si fuera una ermitaña y desayuno en silencio y en soledad, como mejor se desayuna cuando aún es temprano y te duele la cabeza como si te fuera a estallar en cualquier momento.

Miro por la ventana, hoy esta el día nublado, y por lo que puedo sentir hace frío, a si que hoy no se sale de casa, dado que también las chicas están ocupadas puedo quedarme en casa con mis padres y ver una película o cualquier otra cosa.

Después de un buen rato aquí tirada mirando para la televisión sin prestar atención oigo como unos pasos se acercan detrás de mí.

-Buenos días cariño.- Dice mi madre.

-Arg... Buenos días.- Le respondo yo.

-¿No dormiste bien o que?- Pregunta mi padre.

-No.- Respondo seca.

-Bueno, tenemos una buena noticia.- Dice mamá.

-Os escucho.-

-Verás, hoy papá tiene que ir a hacer unas cosas fuera, pero tú y yo si quieres nos podemos dar un día de chicas, ahora si quieres te puedes duchar y vamos al centro comercial de compras, y por la tarde podemos ver una película aquí las dos juntas.- Como si me hubiera leído la mente.

-Mmmmm... Me parece bien.- Le respondo mientras me levanto del sofá y voy a la cocina donde ellos se encuentran desayunando.

-Pues venga, vete a darte una ducha y ponte algo bonito, que en un rato nos vamos.-

Asiento y voy directa a hacer lo que ella dice, en cambio no me pongo nada ''bonito'' como ella quiere, seguro que ella se esperaba un vestido o algo así, pero haciendo viento y algo de frío solo se me ocurren ponerme unos vaqueros, una camiseta y una sudadera larga, cojo mis tenis y me hago una coleta alta. Salgo de mi habitación y cojo mi chaqueta y mi mochila, son las 9:30 y el centro comercial y sus tiendas abren a las 10, aún tenemos que coger el coche y encontrar sitio allí a si que mejor sería ir saliendo ya, si no fuera que mi madre aún no está lista.

Le meto prisa a gritos y en menos de cinco minutos está a mi lado poniéndose la chaqueta y cogiendo las llaves del coche, yo la miro con una gran sonrisa.

-No Sofía hoy no, o no llegaremos nunca.- Sabía que diría eso y hago pucheros, pero no funcionan.

El viaje en coche fue tranquilo, no hubo tráfico, como normalmente hay a estas horas, y el parking estaba vacío, por otro lado el centro comercial estaba bastante lleno, la gente también había madrugado para ir de compras. A las 10 mi madre ya empezaba la típica ruta de tiendas, parando en cada una que veía que le gustaba algo. Paramos como en 7 tiendas distintas y me hizo probarme de todo, desde cosas que me horrorizaban hasta cosas que me encantaban, el principal problema siempre era el dinero, a mi no me gusta gastar, nada de nada, en cambio para mi madre nunca hay problema para gastar el dinero.

Entre aullidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora