Capítulo 16

17 1 0
                                    

A las nueve de la mañana suena el despertador, tan fuerte que no me lo creo. Aún con los ojos cerrados trato de apagarlo dando manotazos a todo lo que me encuentro encima de la mesilla, al final acabo tirándolo al suelo y se apaga solo. Me incorporo de la cama y miro para todos lados, aún sigo aquí, a veces todavía pienso que todo esto puede ser un sueño. Por la ventana entra algún que otro rayo de sol, debe de haber amainado la tormenta, o por lo menos parado para que se pueda divisar el sol. Me levanto poco a poco de la cama y voy hacia la ventana, la verdad es que no me había dado cuenta, pero las repararon cuando me fui, tienen marcos nuevos, y cristales que parecen más fuertes. Suspiro pesadamente y me asomo un poco, el cielo sigue encapotado, pero al menos ahora no está lloviendo. Vuelvo para la cama, es cierto que no hace frío, se está muy bien, habrán dejado las chimeneas con fuego por la noche para calentarlo todo, pero aún así sigo reventada.

-Buenos días.- Oigo que alguien llama desde la puerta.- ¿Se puede?- Preguntan.

-Adelante.- Digo sin moverme de cama.

Al instante la puerta se abre y Axel entra en la habitación, él también está en pijama.

-¿Qué tal has pasado la noche?- Pregunta.

-Bien.- Respondo sin más, no quiero andar a contar lo de mi sueño, aún no.

-Me alegro, porque como te comenté ayer hoy empezamos, parece que se ha calmado el tiempo pero debido a que aún puedes estar enferma nos quedaremos en casa.-

Yo simplemente asiento, ha sido demasiada información para la hora que es, aún no he desayunado y sigo medio dormida.

-¿Alguna pregunta?- Dice este.

-Sí.- Respondo yo.- ¿Qué hay de desayunar?-

Este se echa a reír y me indica que le siga. La verdad es que al principio me da mucha pereza levantarme de cama, pero Axel acaba casi arrastrándome fuera de esta, me pasa una bata y unas zapatillas y juntos bajamos a la cocina. Cuando llegamos me doy cuenta de que no hay nadie, y tampoco he oído ningún ruido por lo que asumo que el resto han debido de salir.

-Bien, puedes coger lo que quieras.- Dice Axel señalando la cocina.- Hay está el microondas por si quieres calentar algo, aquí cereales, leche...- Empieza a recitar donde se esconde cada alimento de la casa mientras que yo trato de concentrarme en lo que dice y acabo asintiendo.

Me acabo sirviendo medio tazón de leche con cereales y mientras desayuno Axel comienza a contarme todos los planes que tiene para nosotros hoy y yo de verdad que trato de escucharle pero mis pensamientos vuelan en otra dirección, siento que algo no va como debería ir y que Axel sea el único que esta en casa y no me haya comentado nada acerca de donde están el resto me hace dudar aún más.

-... bien, espero que no sea mucho para empezar hoy, pero tampoco es que tengamos mucho tiempo.- Dice después de un buen rato hablando sin parar.

Simplemente vuelvo a asentir. Recojo mi desayuno y Axel me indica la dirección que debemos seguir ahora, por lo visto nos vamos a poner manos a la obra ya mismo.

Axel camina con prisa por uno de los pasillos, en la misma dirección en la que fuimos ayer a la sala de cine, solo que esta vez paramos antes. Se para en frente de una puerta de madera, con un símbolo extraño, parece una planta, y tiene un extraño brillo lila, no sé como ayer no pude fijarme. Mientras él abre la puerta me fijo en el resto, todas tienen algo que las hace diferentes. En la de al lado hay una pizarra colgada de la puerta donde pone ''Gym'' a lo que asumo que debe de encontrarse ahí una especie de gimnasio.

-¿Vas a entrar?- Pregunta Axel mirándome, yo sonrío algo avergonzada y paso a la habitación.

Magia, es lo único que ahora mismo pasa por mi cabeza. La habitación desprende magia. Hay una especia de caldero en el centro, y alrededor lo que cualquiera diría que son pociones y libros. Axel me indica que me arrime a él.

Entre aullidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora