Parte sin título 4

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VI

Darla había caído inconsciente después de que Luke usara la piedra “Dovahkiin” en ella. La tomé en mis brazos:

_ Aun no entiendo como una persona tan pura como ella, tiene un contrato con un demonio como tú –dijo Luke encendiendo un cigarrillo.

_ Por mi propio interés egoísta –le respondí sonriendo.

_Bueno, señor demonio, te advierto, los recuerdos de esa niña no volverán de una vez sino que vendrá de a poco. Ahora sí, sal de mi local antes de que apeste a demonio.

Llegamos a su casa y la acosté en su cama. En su rostro reflejaba una expresión de tristeza y dolor, esto solía pasarle cuando tenía pesadillas. Pero esta vez no era una pesadilla, eran sus propios recuerdos que estaban siendo revividos una vez más. No había mucho que pudiera hacer yo, así que me quedé en sentado en su cama viéndola, esperando a que despertara.

Cuando me desperté ya había amanecido, estaba acostada en mi cama y a un lado mío dormía Dante en forma de gato, sin darme cuenta comencé a acariciarle detrás de la oreja como siempre lo hacía, este empezó a ronronear suavemente abriendo los ojos. Fue cuando recordé que este no era un animal común y corriente, quité mi mano rápidamente y me senté en la cama. Sentía un fuerte dolor de cabeza, entonces baje para tomar un calmante; durante todo el trayecto, Dante me había seguido aun en forma de gato.

Después de tomar la aspirina, repasé todo lo que había recordado y comencé a llorar; me abrace a mí misma quedándome así por un rato. Cuando logré calmarme, me di cuenta de que Dante ya estaba en su forma humana, parado detrás de mí:

_ Gracias –le dije con un nudo en la voz, creía que debería decírselo después de todo.

_ ¿Por qué?

_ Por cumplir tu promesa de quedarte a mí lado y por ayudarme a recuperar mi memoria, en verdad te lo agradezco –sabía que no era el caballero de blanca armadura pero, a pesar de que era un demonio, me había cuidado por mucho tiempo. Sonrió levemente haciendo una reverencia con su cabeza.

Nos quedamos en silencio por un momento antes de percatarme de que hora era y debía ir a trabajar, pero en el estado que me encontraba preferí quedarme en casa, así que le mandé un mensaje a Peter de que no iría. Luego fui a darme un baño, me prepare un chocolate caliente y me senté en el living. Dante me acompañaba así que creí un buen momento para despejar mis dudas:

_ Me gustaría preguntarte algo ¿por qué ese tal Luke me llamó bruja? Y no es la primera vez que lo escucho, la mujer que me atacó la otra noche me dijo lo mismo.

_ Porque eres una.

_ ¡Claro que no! –exclamé

_ Si lo eres. Una bruja es aquella persona, hombre o mujer, que hace un pacto con un demonio, en este caso tú. –me quedé con la boca abierta, no podía creerlo. Suspiré.

_En ese caso, es momento de decirme exactamente en qué consiste ese trato que tenemos porque no quiero llevarme ninguna sorpresa más.

_ Existen varios contratos que se pueden hacer con un humano. El que tenemos se llama Pactio Ambactus Se basa en que yo, como demonio, te obedezca sin poder oponerme y además te ceda parte de mis poderes. Al humano que tiene este trato se lo llama Bruja o Brujo y al demonio se lo llama Sirviente. 

_ ¡¿Qué? ¿Tengo poderes?! –dije casi atragantándome con el chocolate.

_ Si, también es una de las razones por la que se cree que las brujas o brujos, poseen poderes pero muchas veces lo confundían con otro tipo de contrato –me levanté, camine de un lado a otro por el living pensando que todo estaba sucediendo muy rápido; estaba tratando de acostumbrarme a la muerte de mis padres, a que alguien se había metido en mi cabeza cambiando mis recuerdos, además de que tengo un demonio guardaespaldas y ahora me encuentro que tengo poderes. De seguro el destino era un sádico por jugarme estas malas pasadas unas tras otra. Quería gritar y romper algo para descargarme, pero elegí sentarme de nuevo, respirar profundo y tratar de tomarlo con tanta calma como sea posible. Ya había tomado la decisión de que seguiría adelante y así sería.

Las Crónicas de una Bruja: El Grimorio de AmersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora