Parte sin título 7

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X

Luego de que mi tía Ann se marchara, Dante también salió sin decirme a donde iba. Quede en casa algo confundida por todo lo que había pasado, las palabras de mi tía me parecieron bastante extrañas como si hubiera algo que me ocultaba. Comencé a pensar que quizás ella supiese lo que estaba pasando y eso me lleno más de dudas. Una hora después oigo que tocan la puerta, al abrir se encontraba un hombre que aparentaba tener más de 40 años, llevaba puesto una campera negra y pantalones de jeans. Me miro con una sonrisa y dijo:

_ Hola lamento molestarla, mi nombre es Jack Green, ¿es usted Darla Bennet?

_ Así es, ¿puedo ayudarlo?

_ Oh que gusto conocerte, no creo que me recuerdes, soy un viejo amigo de tus padres. Estuve viviendo en Asia y Europa por un tiempo, acabo de llegar y quise venir a verlos pero me entere de que fallecieron hace mucho –asentí con la cabeza- es una pena, me gustaría saber lo que paso si no te importa ¿podría pasar para poder hablar? -me pregunto.

Por alguna razón no me inspiraba confianza y su sonrisa parecía ser muy falsa:

_ Lo lamento, mi casa está poco desordenada porque estoy cambiando de lugar los muebles.

_ ¿A sí? Bueno, no importa, puedo venir otro día si no te molesta.

_ Si claro, no hay problema.

_ Ok adiós –se despidió, se giró para marchase pero se detuvo y me miro –solo una pregunta más ¿Dónde se encuentra el libro? –su sonrisa había desaparecido completamente, su ojos se volvieron fríos y sin vida, su rostro no mostraba ninguna expresión. Retrocedí un paso por la sorpresa de su súbito cambio.

_ Disculpe ¿de qué está hablando? –pregunte extrañada.

_ Oh querida, no te hagas la tonta conmigo –dijo acercándose a mí.

_ Lo siento, no sé de qué habla -respondí y trate de cerrar la puerta lo más rápido posible pero este la empujo con su mano con una fuerza sobrehumana. La puerta se abrió de par en par tirándome al suelo por el impulso. El hombre dio un paso al interior de la casa, fue cuando una pared invisible impidió que pasara mandándolo a volar una gran distancia. Me levante apresuradamente para cerrar la puerta de nuevo pero lo que vi me dejo paralizada, del otro lado de la calle había un grupo de sujetos que se dirigían hacia la casa a gran velocidad.

Cerré la puerta de un golpe y subí por las escaleras corriendo hasta llegar a mi cuarto, buscando algo para usar fui donde estaba la cortina y la removí de su lugar para quitar de barra de metal que la sostenía. Escuche como intentaban entrar a la casa sin éxito, luego de repente todo quedo en silencio. Miré por la ventana, no había nadie, camine cautelosamente hasta la planta baja con la barra en mis manos.

Toda esa situación me recordaba a una muy mala película de terror o una pesadilla de la que en verdad quería despertar. Trate de mantenerme lo más calmada posible aunque mi corazón latía tan rápido y estaba casi conteniendo la respiración. Observe con cuidado por la ventana del living, note que en la otra vereda se encontraba Jack que parecía estar diciendo algo, de repente los vidrios comenzaron a vibrar bruscamente como si hubiera un terremoto. Me retiré unos pasos hacia atrás fue cuando estallaron las ventanas lanzando pedacitos de vidrio por todos lados; intenté cubrirme lo más rápido posible tirándome al piso pero aun así recibí algunas cortaduras en mis manos, brazos y cara.

Al intentar reincorporarme, siento un fuerte estirón de cabello que provoca que me eleve, desesperadamente trato de zafarme del agarre pero sin suerte. Fue entonces que mi cuerpo se movió por sí solo, gire hacia la izquierda levantando mi brazo izquierdo para sujetar el suyo y trabarlo para inmovilizarlo, esto provocó que me suelte el cabello, yo aun aferrándolo a su brazo uso mi mano libre y repito el hechizo que aprendí:

Las Crónicas de una Bruja: El Grimorio de AmersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora