Parte sin título 3

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IV

“¿Cómo llegue a esta situación?” pregunte para mis adentros. Estaba en mi casa, paraba en la puerta del living mientras veía sentado en el sillón al hombre que hace unos momentos me había salvado.

_ Siéntate, no voy a lastimarte –dijo indicándome el sillón que estaba frente a él- responderé a tus preguntas.

Me acerqué despacio hasta el sillón y mirándole aún con duda me senté. Respire profundamente intentando calmar mis latidos del corazón, que no sabía si se producían por miedo o porque en verdad era guapo. Me relaje lo mejor que pude y hable:

_ ¿Quién eres?

_ Puedes llamarme Dante y soy un demonio –dijo calmadamente

_ Un… un demonio –repetí mientras me pare de golpe de mi asiento. Un sudor frío comenzó a recorrer por mi frente y me paralice.

_ Si, un demonio pero no voy a dañarte, mi trabajo es protegerte porque ese es el contrato que tenemos tú y yo.

_ Yo no hice ningún contrato y menos con un demonio –lo contradije rápidamente.

_ ¡Que si lo hiciste! -dijo levantando la voz, haciéndome estremecer- Perdón, lo menos que es quiero es asustarte. Por favor, siéntate –su voz sonó más relajada. Obedecí y luego continúe:

_ Bien, digamos que hicimos ese contrato...¿por qué razón lo hice?

_ Una bruja me había vuelto su prisionero para que la sirviera y tú me liberaste, así que, como muestra de mi agradecimiento, te di mi lealtad.

Me quede pensando un momento y luego dije:

_ Tengo una duda ¿por qué estabas en la casa de mis padres la noche que murieron?

Me miro por momento como buscando las palabras para hablar, luego se inclinó hacia adelante, apoyando sus brazos sobre las piernas.

_ Darla, tus padres no fueron víctimas de un robo, sino que fueron asesinados por la bruja que me tenía como esclavo. –me levante de nuevo del sillón. Sentía que me estaba dando taquicardia y mi respiración se agitaba. Él también se levantó para quedar casi a mí mismo nivel- Antes de que ella pudiera subir a buscarte, tú bajaste con un arma y la descargaste sobre ella –me estaba mareando, tenía ganas de vomitar y de desmayarme al mismo tiempo- Una de las balas le dio en su brazo, donde estaba el sello que me mantenía atrapado. Fue así que me libre y la mate -ya no podía escuchar más.

Corrí hasta la cocina y me apoye sobre la mesada. Mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas. No sabía que pasaba, un demonio vino y me dijo que todo lo que yo creía que le había pasado a mis padres era una farsa. Lo peor de todo es que, por alguna razón, yo sabía que no mentía. Mi mundo se estaba desmoronando a mis pies, temblaba y me daba vueltas la cabeza. Sentí como Dante me había seguido hasta la cocina, estaba parado en la puerta detrás de mí sin decir ni una palabra. Tome un vaso para llenarlo con agua, en ese momento en verdad deseaba que sea alcohol y no agua. Sequé mis lágrimas y me giré.

Acababa de decirle a Darla lo que en verdad paso hace 13 años y lo tomo tan mal como creí que lo haría. Salió corriendo a la cocina, se quedó parada con las manos sobre la mesada mientras que lloraba. La seguí y me quede recostado en la puerta hasta que se calmara un poco. Bebió un vaso con agua, secó sus lágrimas y luego se dio vuelta para verme:

_ Si eso en verdad pasó ¿cómo es qué no recuerdo nada? –me dijo conteniendo las ganas de llorar.

_ Porque alguien reprimió tus memorias dentro de tu mente.

Las Crónicas de una Bruja: El Grimorio de AmersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora