Parte sin título 12

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XV

_ Esta arma se llama "Atenea" –dijo sacando de un cofre una katana- posee dos formas: la forma de espada y la forma de látigo –agitó en el aire la katana que se transformó automáticamente en un látigo de 2 metros de largo, la hoja de la espada estaba fragmentada en varias secciones que cubrían todo el látigo- se la nombro así por su gran poder en el campo de batalla y por ser un arma tan fina y versátil, se creía que la hoja fragmentada de la espada simulaba ser las espinas de una rosa.

Mi madre se alejó pocos metros para luego lanzar el látigo hasta un muñeco de madera para prácticas, una vez que estuvo enlazado firmemente ella estiro con fuerza, inmediatamente el tronco se partió en dos. Haciendo otro movimiento con su mano, el arma volvió a su forma de katana e invistió contra el pedazo de madera que aún se mantenía en pie y con un corte perfecto había destruido completamente lo que quedaba del muñeco.

_ Esta es un arma usada tanto para combate de cerca como de lejos. Para usarla deberás dominar el combate con espada y látigo, que es lo que comenzaras a practicar desde hoy pero no con esta arma, aún es peligroso que la uses –dijo volviéndola a guardar en su funda y luego en el cofre.

Entonces sentí que algo pesado aplastaba mi pecho y me desperté para encontrarme que Dante estaba acostado sobre mí en forma de gato. Suspiré tratando de retomar mi aliento que lo había perdido por la pesadilla que había tenido. Mientras miraba a Dante comencé que pensar que nuevamente había soñado con mi pasado y a pesar de que no era la primera vez que lo había hecho, aún me costaba asumir que en verdad pasó todo eso.

Mis recuerdos eran confusos, ya no sabía que era verdadero y que era falso, sentía que caminaba sobre un frágil cristal que en cualquier momento se rompería y caería a la merced de la locura. Tenía muchos sentimientos encontrados: quería conocer la verdad pero a la vez tenía miedo de lo que me encontraría; tenía el deseo de pelear por mi vida pero a la vez estaba insegura si lo lograría; ya no sabía si podía confiar en lo que veía o no. Pero por alguna razón, muy dentro de mí, sentía que este era mi destino y que siempre lo fue.

De repente oigo que golpean la puerta, era mi tía que venía a buscarme para desayunar. Después de tomar un café con galletas, Luke nos llevó hasta una biblioteca.

_ Que hermosa colección de libros –dijo mi tía muy entusiasmada mientras corrió hasta uno de los estantes- no puede ser, no puedo creerlo. Miren chicos tiene el Libro de los Monstruos de Aldheim, escrito entre el siglo VII y VIII. En él está descripto toda clase de criaturas incluyendo a la mujer pez o mejor conocida como sirena –al terminar de decir esto, tomo otro libro y dijo- ¡Increíble! Es el Libro de los Espíritus escrito en el siglo XIX, también es conocido por el nombre...

_ Chilam Balam –interrumpió Luke mientras se acercaba a ella

_ Claro o también conocido como el Libro de los Sacerdotes Tigres

_ Vaya, vaya parece que tenemos a una hermosa conocedora de lo sobrenatural aquí –agregó Luke mientras besaba la mano de mi tía, esta se puso colorada- me gustaría invitarla a cenar si no le molesta joven dama, así podríamos hablar un poco más.

_ No diga eso, no estoy tan joven –comenzó a reír nerviosamente

_ Créame cuando le digo que a su lado soy todo un anciano, pero no me molesta cortejar a tan bella doncella como usted, ah pero no es que sea por el mito ese que dice que tengo preferencia por las jóvenes, por favor no se deje llevar por eso y piense cualquier cosa. Aunque si es verdad que me gustan las joyas y también es de verdad cuando digo que usted señorita a atrapado mi interés.

Las Crónicas de una Bruja: El Grimorio de AmersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora