Parte sin título 14

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XVII

Durante todo el tiempo que estuvimos en bote, no cruzamos palabras entre Peter y yo. La verdad es que me tomo de sorpresa lo que me había enterado, jamás había esperado algo así y menos de él. "Ya nada más me puede sorprender" pensé. Mientras él remaba, decidí concentrar mi atención en el libro que me había traído del cuarto secreto. Se podía ver que era un libro rojizo hecho de cuero y sus hojas estaban bastantes amarillentas por el paso de los años; algunas hojas estaban bastante dañadas y en otras las letras no eran muy legible. El libro en realidad se trataba de un diario que, al principio, pensé que le pertenecía a Aubert pero al leer la primeras hojas estaba escrito un nombre completamente distinto, no era muy legible la letra pero pude distinguir la palabra "Benedictus".

Remando, tardamos unos 30 o 40 minutos en llegar hasta la orilla. Aproveche que tocamos tierra para sacar mi celular y llamar a mi tía, estaba a punto de hacerlo cuando me quitan el celular, era Peter.

_ ¿Qué estás haciendo? –pregunte molesta.

_ Será mejor que no los llames.

_ ¿Por qué?

_ No es seguro que estés con ese demonio. Ven conmigo, puedo ayudarte –dijo mientras extendía su mano hacia mí como esperando que la tomara. No es que confiara mucho en Dante pero era con el único que me sentía segura, y aunque Peter me oculto el hecho de que era un Caballero, sentía que seguía siendo el mismo que conocía. Aun así di un paso hacia atrás. Fue entonces cuando Peter se abalanzo sobre mí tirándome al suelo, lo siguiente que escuche fue un estallido; el bote fue destruido y una lluvia de madera caía por nosotros, Peter me habia protegido con su cuerpo.

_ ¡Wow! Esa fue una gran explosión –escuché una voz.

_ ¿Estás bien Darla? ¿Puedes levantarte?

_ Sí, eso creo –respondí intentando ponerme de pie.

_ Díganme que vieron eso porque estuvo genial –volví a escuchar a alguien decir entre risas, mire a mi alrededor pero no vi a nada- hey tú, la guardiana, vine a llevarte con mi amo y si quieres resistirte mejor, así tendré una excusa para lastimarte.

Note que la voz provenía de arriba así que levante la cabeza y descubrí a una chica vestida con un vestido corto completamente negro volando sobre lo que parecía ser una escoba.

_ No dejare que la lleves –dijo Peter poniéndose enfrente de mí.

_ Cierra la boca niño bonito, contigo no estoy hablando –expresó enojada, para luego dirigirse a mí- bien guardiana ¿Qué dices? ¿Empiezas tú o empiezo yo con el primer golpe? Al menos que estés demasiado asustada como para moverte.

_ Darla no dejes que te provoque, pelear con una bacularia es muy peligroso.

_ ¿Bacularia?

_ Así se llaman a las brujas que vuelan en escoba, sus poderes se basan en crear ilusiones que pueden matarte o volverte loco.

_ Ya me estoy aburriendo, haremos esto más divertido

De repente todo nuestro alrededor se transformó, el suelo se convirtió en un desierto y el cielo estaba completamente rojo; la bruja había desaparecido pero se podía escuchar su risa por todos lados. Entonces, la superficie comenzó a moverse y de la arena salieron picos en distintas direcciones.

_ ¡Corre! –dijo Peter tomando mi mano. Esquivamos varios picos que por poco nos atraviesan, la bacularia nos había atrapado completamente en su ilusión e intentaba matarnos. No podíamos correr para siempre, lo único que nos sacaría de ahí era enfrentarnos a ella.

Las Crónicas de una Bruja: El Grimorio de AmersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora