Era día de San Valentín, pero nada especial sucedía. Yo no tenía muy en claro que era lo que estaba pasando entre Chloe y yo, así que no le compré nada. Ella tampoco lo hizo, y se sintió realmente bien. Al menos yo no había quedado como la idiota de la relación.
Si es que lo nuestro era una relación.
A la hora de nuestro descanso Chloe había ido a almorzar junto a Aubrey, quien a menos de un mes de su fecha de parto ya no podía ni mover un musculo sin quejarse. No las acompañé porque Stacie insistía en hablar conmigo, y aunque los últimos días solo me miraba con desprecio ella seguía siendo mi mejor amiga.
Ese día le di una oportunidad.
Nos sentamos en la mesa con nuestros almuerzos, y realmente me sorprendí al ver que Emily se nos unía. Digamos que últimamente mi jefa prefería salir a esas horas con Matthew, el nuevo profesor de música de la escuela cercana.
Adam, por su parte, no había dejado de asistir al lugar. Tal vez, a pesar de su corta edad y el hecho de que Emily solo lo veía como a un hermano menor, aún tenía esperanzas.
Ese día observaba a mi amiga a la distancia mientras se comía un emparedado cuya jalea le estaba ensuciando los pantalones.
—Sé que te extrañará mi interés por el tema —Comenzó Stacie, e incluso con estas primaras nueve palabras yo ya sabía hacia donde planeaba llegar—, pero necesito que nos expliques qué es lo que está sucediendo entre Chloe y tú.
Me rasqué el cuello bastante nerviosa, porque ni yo misma lo sabía. Es decir, obviamente éramos algo, pero no encontraba palabras para definir nuestro “algo”.
—Se besan todos los días, tienen citas, sujetan sus manos, se miran como idiotas y, no somos estúpidas, sabemos que tienen sexo al menos tres días a la semana —Continúo Emily, y no pude evitar sentirme algo incomoda. Hablar con mi mejor amiga sobre estos temas era un poco más sencillo, pero hacerlo con mi jefa era algo extraño.
—Pero cuando hablamos no te refieres a ella como “mi novia” o algo parecido. Es solo Chloe —Era la primera vez que Stacie hablaba sobre ella sin mostrar odio o desprecio, lo cual me alegró solo un poco—… Además, no se han regalado nada por San Valentín y cada vez que un cliente pregunta por tu novia te alejas diciendo que no tienes una.
Todo lo que decía era cierto, y es que no quería comprometerme demasiado con ella cuando en cualquier momento podía marcharse. El trabajo de mesera le daba mejores ingresos, y eso significaba que reuniría la suma indicada en cualquier momento.
Aceptar lo que éramos, pensaba yo, solo le habría dado entrada libre para que rompiera mi corazón.
—Yo solo. Solo. Solo… —Treinta y cuatro veces intenté continuar, pero nunca parecía ser la repetición adecuada para hacerlo.
—¿Estás segura de que tu lengua no sufre daños cuando haces eso? Es decir, necesitas usarla con Chloe y… —Stacie era así la mayoría del tiempo. No media sus palabras y decía lo primero que se le venía a la mente, lo cual podía ser gracioso o incómodo. La amaba por eso.
—¡Stacie! —Exclamó nuestra jefa antes de dar un ligero golpe en su brazo.
La diferencia de altura entre ambas, debo admitirlo, se me hacía gracioso al ver lo mucho que mi mejor amiga le temía a las advertencias de la pequeña.
—Sé que estás enamorada de ella, Beca. Jamás te había visto así por nadie. Si ella te dijera que debes parar de contar lo harías, de eso estoy segura —Stacie decía esto mientras sujetaba mis manos y me miraba a los ojos, cosa que hacíamos desde pequeñas.
Siempre nos contábamos lo que sucedía y hablábamos con franqueza. Aceptábamos a la otra tal cual era y juramos una amistad eterna.
No entiendo que nos sucedió
—Y si, Chloe está loca, pero…
—¡Stacie! —Esa volvía a ser Emily, y mi mejor amiga se disculpó aunque no parecía querer hacerlo.
De todas formas, no me ofendió su último comentario. Ella estaba loca, no podía negarlo, pero este detalle solo la hacía más especial para mi
—El punto es que ella está tan enamorada de ti como tú de ella. Si, la vi conversar con las paredes, los cubiertos, las servilletas y su comida, pero ella solo habla de ti —Sus palabras me hicieron sonreír ampliamente.
—¿Qué sientes por ella exactamente? —Me interrogó Emily con cautela. Algo me dice que realmente no le importaba saberlo, sino el que yo misma lo hiciera. Quería que me diera cuenta de lo muy enamorada que estaba.
Respiré hondo seis veces antes de hablar. También golpeé mi plato con los cubiertos en diez oportunidades y reacomodé mi cabello en tres.
No entendía por qué se me hacía tan difícil hablar de ella. Muchas veces habíamos discutido sobre Jesse y otros chicos que llegaban a atraerme, pero con Chloe me sudaban las manos.
Y era difícil porque sabía que, por más que lo intentara, no podría encontrar palabras para describir exactamente mis sentimientos.
—Chloe es… —Pero no me salían las palabras.
—¡Vamos, Beca! ¡Debería ser fácil! —Stacie comenzaba a impacientarse, y es que yo también lo estaba haciendo. Una voz en mi cabeza me decía que debía seguir contando, pero yo no quería seguir haciéndolo. Aun así, golpeé la mesa seis veces buscando callarla— Estoy segura de que una vez que empieces no podrás parar.
—Es perfecta ¿Bien? —Puntualicé finalmente— Es decir, nadie sabe exactamente que es la perfección. La palabra se adapta a cada individuo… Y ella es mi definición de perfección.
—Puedes continuar —Sonrió Emily al verme tomar tres bocanadas de aire, y es que mi voz amenazaba con traicionarme.
—Me gusta cuando sonríe, porque al hacerlo me olvido de todos los números a mi alrededor. También me gusta mirar sus ojos porque ella hace al color más típico el más hermoso para mí —Continué, y Stacie tenía razón. Yo ya no sabía cuándo debía detenerme—. Cuando parpadea el movimiento es tan delicado como el de las alas de una libélula, y cuando ríe tengo que contenerme para grabar el sonido, porque su risa es más hermosa que cualquier canción —Una simple lágrima se escapó por mi ojo derecho y Stacie la limpió por mí, tal vez porque mis manos temblaban y yo no podría haberlo hecho sola— Me gusta todo de ella ¿Bien? Cuando me abraza, cuando me besa, cuando me hace el amor, cuando simplemente me sujeta la mano o está a mi lado…
No sabía por qué me dolía hablar de ella, pero pensé que era debido al hecho de que, por primera vez, había encontrado a una persona que se adueñaba de mi corazón completamente.
—Ella es el sol. Ahora lo entiendo. Es cálida, brillante, sofocante y quiero creer que estará junto a mí todos los días, porque sin ella me sentiría perdida.
Ahora yo sí que estaba llorando, y eran tantas mis lágrimas que no podía contarlas. Stacie me abrazó dos veces, pues sabía que odiaba hacer las cosas una vez. La mano de Emily se posó sobre mi espalda, dándome consuelo.
—¿Por qué lloras, idiota? Me harás llorar a mí también —Preguntó en medio de aquel abrazo, y no pude evitar soltar una risita.
—Sé que estoy jodida. Estoy muy enamorada de ella, Stacie —Sollocé, y mi corazón dolía al reconocerlo—… Pero ella va a marcharse. Voy a perderla. Perderla. Perderla… —Pero, aunque lo repetí veintitrés veces, nunca dejó de doler.
—Beca…
—Solo puedo pensar en números, Stacie. Todo a mi alrededor implica cantidades, pero ella no se maneja según ellas. Chloe ignora el tiempo. Hoy puede estar aquí y mañana en algún lugar de Europa —Treinta y cuatro palabras jamás se me habían hecho tan difíciles de decir—. Sé que está enamorada de mí, pero también sé que no se quedaría junto a mí…
—No puedes pedirle que lo haga, Beca —Esa era Emily, quien seguía acariciando mi espalda. Conté dos de mis respiraciones antes de que ella volviera a hablar—. Son sus sueños. No puedes alejarla de sus sueños… Y estoy segura de que ella no te pediría que dejaras de contar, Beca, ni tampoco el mudarte con ella. Sabe que odias los cambios.
Asentí, pues tenía razón. En todo el tiempo que llevábamos conociéndonos Chloe jamás me había pedido cambiar algo en mí. Ni mis cuentas, ni mi rutina.
En realidad, ella parecía disfrutar de mí en plenitud, sin ignorar nada. Ella estaba enamorada de mis cualidades y mis defectos. Chloe estaba enamorada de mí.
Yo era perfecta para ella de la misma forma en la que ella lo era para mí.
—No quiero que lo nuestro tenga un título porque eso me dolería más… —Conté al separarme de mi mejor amiga, quien limpió mis lágrimas.
Sus dedos frotaron mis mejillas seis veces, y puedo jurar que las últimas dos no eran necesarias. Aun así, ella lo hizo porque sabía que el número seis siempre me mantenía bajo control.
—De todas formas va a dolerte, idiota —Me dijo Stacie, pero en sus palabras no había dureza, sino entendimiento—… Si va a dolerte entonces has que valga la pena.
—Pero…
—Stacie tiene razón, Beca. Cuando ella se marche no querrás arrepentirte de nada ¿O sí?
—No, pero… pero… pero… —Lo dije diez veces, pero no logré seguir.
Stacie cubrió mi boca con sus manos, pues sabía que yo estaba trabada y no me detendría.
-Si no se lo pides tú lo haré por ti…
De inmediato negué doce veces, su número favorito, pero ella me miró con malicia en cuanto se escuchó la campanilla de entrada.
Supe que era ella porque abrió la puerta seis veces. Chloe sabía que yo amaba ese número junto a ese sonido.
—¡Mira, Beca! ¡Encontré un novio para la señora Roca! —Se había acercado a mí y ahora me enseñaba un mohoso trozo de tabla con una expresión repleta de felicidad, lo cual me obligó a dibujar una sonrisa en mi rostro. Es una lástima que Chloe no la viera, pues Stacie seguía cubriendo mi boca— Se llama señor Tabla y… ¿Por qué estás llorando? ¿Stacie te lastimó?
Negué, por supuesto, porque ahora que las cosas parecían haberse solucionado entre nosotras no quería que Chloe se alejara solo porque pensaba que Stacie me había herido.
-Tranquila. No soy de las que hieren a las personas —Eran las primeras palabras que Stacie le dirigía sin desprecio alguno, y no pude evitar sentir que finalmente las cosas estaban en su lugar.
—¿Entonces por qué está así? —Ahora ella se veía realmente preocupada por mí y estaba acariciando mis mejillas aun algo húmedas. Besó mi nariz, y habría resultado tierno si Stacie, Emily y Adam no hubieran estado mirándonos.
En realidad, no sé si Adam nos miraba a nosotras o a mi jefa.
—Está llorando porque te quiere mucho, Chloe —Contestó mi mejor amiga, y una gran parte de lo que decía era cierto.
—Yo también te quiero mucho, Beca —Me dijo con sinceridad mientras me miraba a los ojos y me abrazaba fuertemente. Stacie finalmente apartó sus manos de mi boca, lo cual me hizo suspirar.
Le devolví el abrazó, pero al separarnos no se sentía bien, así que la abracé dos veces más.
—Beca necesita saber si quieres ser su novia —Soltó Stacie repentinamente.
Me aparté rápidamente de nuestro último abrazo y miré a mi mejor amiga con deseos de asesinarla, pero de inmediato los eliminé diciéndome tres veces que no quería hacerlo realmente. Si ella moría habría sido mi culpa por pensar ese tipo de cosas, y yo no quería perder a esa idiota.
—¡Stacie! —Escuché a Emily reprenderla desde la caja registradora, lugar en el cual preparaba las cosas para continuar con nuestro arduo día de trabajo.
-¿Quieres, Chloe? —La interrogó nuevamente sin importarle la mirada enfurecida de Emily. Yo tragué dos veces, pues ya no había vuelta atrás.
—Chlo, no…
Me quedé paralizada cuando sentí sus brazos envolverme la cintura y un beso en mi mandíbula.
—La señora Luna y yo somos novias desde antes de conocernos, Stacie. No tiene que pedirlo.
Dicho esto se marchó, pues el señor Tabla necesitaba dormir, y yoo me quedé en medio del café sonriendo como idiota.
Stacie me golpeó el brazo, pero aun así no reaccioné. Me sentía en el paraíso.
Y es que mi mejor amiga tenía razón. Valía la pena sufrir por ella.
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Seguirte O Perderte | Bechloe
FanfictionBeca amaba la rutina. Chloe amaba lo desconocido. Beca amaba la perfección. Chloe era completamente imperfecta. Beca no tenía grandes sueños. Chloe vivía en uno. Beca odiaba las despedidas. Chloe vivía de ellas. Beca no quería seguirla. Chloe no que...