Los siguientes diez días fueron algo complicados para Chloe y para mí. Habíamos terminado, pero no parecíamos entender lo que eso significaba aunque lo hiciéramos dos veces al día.
Terminábamos, pero íbamos a mi departamento todas las noches a hacer el amor. Terminábamos, pero ella me invitaba a su departamento para ver alguna película. Terminábamos, pero todos los días nos decíamos que nos amábamos. Terminábamos, pero cuando Jesse me invitaba a salir ella lo golpeaba en el ojo. Terminábamos, pero cuando un cliente iba a buscarla yo lo insultaba sin importarme ni un poco la cantidad de veces.
Esa noche habíamos terminado, pero ella se encontraba a mi lado mientras yo escribía mi libro.
Chloe decía que amaba verme escribir.
—¿Entonces James y Lucy terminaron porque él no puede parar de contar aves?
—Sí —Afirmé mientras intentaba concentrarme en cada palabra que escribía. Cada párrafo debía tener un número par de palabras, mientras que en cada línea éstas debían ser impares. No era algo sencillo.
—Eso es estúpido —Me dijo Chloe, pero yo no lo creí así— Nuestros motivos para terminar fueron mucho mejores, Señora Luna.
Puede que ella tuviera algo de razón.
Lucy había terminado con James por algo que podía ignorarse. Para nosotras, en cambio, la distancia era algo que no podríamos hacer a un lado.
—¿Ya terminaste? —Me interrogó luego de media hora durante la cual nunca paró de mirarme.
—Aun necesito escribir dos hojas más.
—¿Y ahora?
—Aún faltan dos hojas, Chlo —Me reí de ella.
—¿Y ahora?
—¡Chloe!
La amaba, pero en ese momento había comenzado a frustrarme. Ella hizo un puchero cuando escuchó mi alta exclamación repleta de molestia.
—¿Quieres algo? —Ella asintió, pero no le permití decirme que era eso exactamente— Bien. Aun debo terminar de escribir mis diez páginas diarias y no puedo hacerlo si tú contantemente me interrumpes, lo cual quiere decir que si sigues molestándome tardaré más tiempo aquí. Si quieres que hable contigo debes hacer silencio un momento…
—No te interrumpiré hasta que termines, Beca. Lo prometo —Afirmó mientras entrelazaba nuestras meñiques y besaba mi mejilla tres veces, haciéndome sonreír— ¿Puedo abrazarte? Sé que terminamos, pero quiero abrazarte.
Se lo permití, tal vez porque yo también necesitaba sentir sus brazos envolviéndose alrededor de mi cintura.
—La amo, señora Luna —Confesó antes de besar mis labios y apoyar su cabeza en mi pecho— Incluso aunque hayamos terminado.
—Y yo también te amo, Chlo.
No me lo esperaba, pero ella comenzó a llorar.
-No, Chlo. No. ¿Sucede algo? —Si había algo que odiaba en esta vida era hacerla llorar.
Le limpié las lágrimas con los pulgares, y ella me miró con la más dulce de todas las sonrisas.
—Es solo que era eso lo que necesitaba: saber que me amabas.
Me conmovió escucharla, así que cuando besé su frente se lo dije nuevamente solo porque quería hacerla feliz.
Ella besó mis labios antes de reacomodarse nuevamente en mi pecho y cerrar los ojos.
Comencé a escribir nuevamente cuando ella se durmió, y al terminar ella aún seguía allí, respirando pausadamente sobre mi pecho, soñando con lugares fantásticos que su mente soñaba con visitar.
La abracé, pues temía que en cualquier momento ella se fuera. Y me di cuenta de que momentos como esos eran mi parte favorita del todos los días, así que comencé a preguntarme como viviría sin ellos.
No obtuve una respuesta.
A la mañana siguiente me desperté porque sentí la ausencia de su cuerpo entre mis brazos. Por suerte, solo se había levantado para prepararme el desayuno, el cual no estuvo realmente bien pero aun así halagué.
Poco después tuvimos nuestra primera pelea del día, en la cual solo discutimos sobre el hecho de que habíamos terminado y no podíamos seguir haciendo cosas como aquellas. Tal y como todos los días, ella se fue llorando. Yo no estaba mejor.
Nos estábamos hiriendo, eso lo sé, pero al parecer a ambas nos gustaba.
Cumplí mi rutina diaria para ir al trabajo, y cuando llegué Chloe me recibió con un beso. Me pidió que no discutiéramos de nuevo, propuesta ante la cual acepté, pero no logramos cumplir esto.
Peleamos quince minutos después mientras decíamos que nuestra relación no iba a funcionar.
Poco después el ambiente entre nosotras se tensó. Incluso creo que los clientes lo notaron, pues hacían más silencio que de costumbre.
Cuando Aubrey llegó junto al pequeño Ethan durante la hora de mi descanso y me ofreció almorzar junto a ella juro que casi comencé a llorar debido a mi felicidad, pues no esperaba compañía. La mayoría del tiempo comía sola, pues Stacie y Emily tenía citas con sus nuevos novios y Chloe prefería la compañía de las aves.
—¿Todo bien? —Me preguntó Aubrey al sentarse a mi lado. Me entregó mi almuerzo, el cual ella había comprado gracias al dinero que ganaba en el trabajo de mesera que Chloe le había encontradp. Estuve por devolvérselo, pues yo había llevado el mío, pero al ver la sonrisa repleta de humildad en su rostro me dije dos veces en mi mente que no podía hacerlo.
—No realmente —Necesitaba ser honesta con alguien, y Aubrey fue la opción del momento para desahogarme.
—¿Chloe y tú siguen comportándose como adolescentes idiotas? —Interrogó esta vez mientras me ayudaba a alzar al pequeño Ethan, quien miraba el lugar intentando comprender el loco mundo en el que había nacido.
Besé dos veces cada una de sus mejillas, y a cambio él me regaló la sombra de una pequeña sonrisa de bebé.
—La amo, pero no puedo hacer esto. Para ambas es mejor alejarnos porque lo decidimos y no por las obligaciones de sus viajes. Queremos terminar las cosas bien.
—¿Realmente a eso le llaman ustedes “terminar las cosas”? No sé si te has dado cuenta, pero hace tres días fueron a nuestro departamento a ver películas y no creo que lo sucedido en ese sofá pueda ser contado como “terminar”.
—Aub…
—No, Beca. Esta vez vas a escucharme —Dijo con firmeza. La miré y asentí tres veces, pues lo que iba a decirme parecía ser algo serio— Chloe no confía en los bancos, así que tiene su dinero guardado en una mochila. Siempre la ayudo a contar, pues ella es mala en eso…
No sabía hacia donde iba esa conversación, pero algo me decía que me haría sentir bastante mal..
—Beca, Chloe tiene dinero. Más del que crees. Ella ha podido irse de este lugar desde el mismo día en el que llegó.
Su confesión me dejó sorprendida.
—¿Y por qué no lo hizo?
—¡Por ti, Beca! —Exclamó como si fuera obvio, y tuve que contar hasta doce para regular mi respiración nuevamente— Ella planeaba marcharse el día en el que te conoció. Lo tenía todo listo, lo juro. En realidad, Chloe solo vino a este lugar para visitar a su familia… Ese día apareciste tú, y al llegar a casa me dijo que se quedaría hasta que Ethan naciera. Pensé que era ese su verdadero motivo, pero luego supe de ti y lo entendí todo.
—¿Entonces estás diciéndome que…?
Había escuchado cada una de sus palabras, pero no podía entenderlas.
—Ella ha pospuesto meses de viaje solo por ti, incluso desde el principio. Ella no sabía si tu corresponderías a sus sentimientos, pero tenerte cerca era suficiente… Beca, cuando conocí a Chloe su único sueño era viajar, pero luego de verte por primera vez tú fuiste su único sueño.
—Pero ahora va a irse… —Solo estaba pensando en mí, lo admito, pero el dolor en mi corazón no me permitía razonar correctamente.
—Ya no puede más, Beca. Tú eres el amor de su vida, pero los viajes son su vida. No puedes pedirle que renuncie a su vida por ti.
Dolía admitirlo, pero ella tenía razón.
—Pero la amo, Aubrey.
—Lo sé, y es por eso que debes dejar que se vaya. Es decir, supongo que amas saber que es feliz —Asentí tres veces—, pero ella no será feliz aquí. Chloe estará contigo, pero su mente estará en los lugares que no pudo conocer. Pasarás de ser su amor a una carga, y no creo que quieras eso.
De nuevo, ella tenía razón.
—¿Entonces estuvo bien terminar con ella?
—No lo sé. Nunca he estado en una relación a distancia —Contestó simplemente con una risita mientras jugaba con su hijo.
—Pero…
—Si van a terminar háganlo, pero no se mantengan en esta idiotez de seguir comportándose como si fueran una pareja.
—El punto es que no puedo, Aub. No puedo. No puedo. No puedo… —Lo repetí seis veces, pero la frase nunca dejó de pesarme— Quiero seguir comportándome como su novia. Quiero seguir siendo su novia.
—¿Aunque duela al final?
Asentí siete veces.
—Entonces vive hasta el último minuto junto a ella y deja de comportarte como una inmadura.
Luego de eso no hablamos más. Yo tenía cosas en las cuales pensar y ella un hijo bastante glotón.
Cuando se fue le di las gracias por el almuerzo seis veces para que supiera que realmente lo había apreciado.
Al volver a trabajar la tensión se había marchado. Los clientes hablaban con normalidad, Chloe y yo nos sonreíamos e incluso llegué a tomar el pedido del señor Cheng, que resultó no ser tan molesto como lo recordaba.
—Señora Luna… —Escuché a Chloe llamarme en cuanto nuestros turnos terminaron. Me sorprendí, pues yo había estado cerca de hacer lo mismo— Estuve hablando con los pajarillos y me he dado cuenta de que realmente no hemos terminado. Aun hacemos cosas de novias y…
—¿Has decidido que quieres terminar conmigo realmente?
Un nudo se había formado en mi garganta.
—¡No! —Exclamó aterrada. Negó tres veces, y conté dos de sus parpadeos antes de que volviera a hablar— En realidad, creo que debemos seguir haciendo cosas de novias mientras nos llamamos novias. Es decir, no quiero terminar contigo porque te amo y me gusta amarte como a una novia, no como a alguien que no lo es.
Había tanta ternura en su declaración que no pude evitar sonreír y besar su mejilla, a lo que ella respondió con un beso más. Y como yo odiaba hacer las cosas solo una vez, repetimos la acción en cinco oportunidades.
—¿Eso ha sido un sí?
Le dije que sí seis veces en menos de diez segundos.
—¿Entonces ya podemos parar de discutir? Odio discutir con el amor de mi vida.
Creo que incluso el más aislado órgano en mi cuerpo se sentía feliz por lo que acababa de escuchar.
—Está bien. Dejaremos de discutir —Prometí antes de besar sus labios seis veces. Ella lo hizo dieciséis veces más, su número favorito del día.
—No quiero interrumpirlas, pero Emily tiene una cita y debemos cerrar ya si no queremos que… —Esa era Stacie, quien había colocado su mano justo frente a nuestros rostros para que no pudiéramos continuar.
—Déjalas, Stacie. Han tenido días complicados —Pidió mi jefa mientras alejaba a mi mejor amiga de nosotras.
Si de algo estoy segura es de que ella era la mejor jefa del mundo.
—No te preocupes. La señora Luna y yo tendremos una cita pronto…
—¿Una cita? —Ahora yo estaba realmente confundida. Ella jamás me había pedido tener una y yo tampoco, pero debo admitir que no iba a negarme ante la idea.
—¡Si! ¡Iremos a ver las estrellas!
De nuevo la confusión.
—Pero Chlo, aun no anochece…
Ella se rio de mí, lo cual encontré molesto pero adorable. En compensación golpeé su hombro suavemente para luego besar dieciséis veces su mejilla.
—¿Quién conducirá? —Me interrogó ella cruzándose de brazos.
—¿Yo?
—¡Exacto! —Exclamó ella con un par de divertidos aplausos en los cuales sus uñas, cada una pintada de un color diferente, eran las únicas que hacían sonidos— Si no salimos ahora tardaremos demasiado en llegar, así que debes apresurarte. Usualmente das muchas vueltas mientras conduces.
Reí, pues era cierto, y salimos del lugar tomadas de la mano.
No volvimos a discutir en mucho tiempo.
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Seguirte O Perderte | Bechloe
FanfictionBeca amaba la rutina. Chloe amaba lo desconocido. Beca amaba la perfección. Chloe era completamente imperfecta. Beca no tenía grandes sueños. Chloe vivía en uno. Beca odiaba las despedidas. Chloe vivía de ellas. Beca no quería seguirla. Chloe no que...