problemas....que hermoso

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- ¿Quién te crees que eres para hablarme así?, da las gracias que no le dije a mi prometida que no te mate- le echo unas cucharadas a mi café- a, y dile a tu hacker que no va a poder rastrearme, compre un satélite especialmente para eso- escuche unas maldiciones- nos vemos hombre, cuídate la espalda y nos vemos en la reunión- le corte y deje el teléfono a un lado para seguir comiendo.

Una ves lista, subí a mi habitación para cambiarme ropa, elegí un top negro y unos chores deportivo, hoy voy a entrenar con mis hombres y no me refiero a los holgazanes que tengo como amigos. No, hace poco ellos me descubrieron y dijeron que mantendrían el secreto cueste lo que cueste y empezaron a trabajar para mi.

Tome las llaves de mi casa, teléfono y una navaja que deje en mi muslo que los sujetaba una venda, Salí de casa y empecé a correr hacia el almacén. No estaba tan cerca pero tampoco muy lejos, solo lo prudente.

Cuando entre abrí la puerta de golpe, todos ellos me apuntaron con las armas y con solo una mirada todos las bajaron un poco nerviosos. Roger se podría que es mi mano derecha se me acerco.

- Buenos días jefa, tenemos buenas y malas noticias- reí

- Tan directo como siempre- me acerque a el ring de entrenamiento- habla.

- La mala es que en nuestro ultimo transporte de drogas de Japón, unos chicos hicieron explotar el lugar y con ello toda la mercancía- aprete la mandíbula y lo mire directamente- y la buena es que atrapamos a 5 de ellos

- Llévame con ellos, mas les vale que estén rezando para que mueran mas rápido- el asiento y se dirigió a las salas de tortura, en la puerta 8 se encontraban ellos- ¿Quién esta adentro?

- Jack y Dimitri- asiento y entro abriendo la puerta de una patada. Mire a mis hombres y les hice una seña con la cabeza para que se vayan, lo hicieron y cuando nos quedamos solo Roger, yo y los chicos. Los mire detalladamente, todos usaban venda en los ojos y una cinta en la boca para que no hablen 3 de ellos tenían el cabello café y 2 el cabello negro, solo uno de ellos parecía como de 17 años, ¿Qué hace un pequeñajo aquí?

- Quítales las vendas y las cintas -Roger asintió y yo me fui a la mesa por un poco de limón y sal, tenían un par de heridas en la espalda, supongo que ya los maltrataron un poco para la información.

- ¿una mujer?, esto se va a poner intenso- dijo el mas viejo de todos, el de cabello castaño.

- Silencio- dijo Roger, camine hasta ellos y les tire el agua en la espalda.

- ¡maldita sea! -dijeron algunos y otros se aguantaron el dolor, yo mire al mas joven, me había equivocado parece como de 15 años a lo mucho.

- Llévate al niño, hablare con el después- asintió y se lo llevo- ahora si, bien, ¿Quién empieza por decirme que carajos hacían explotando mi mercancía? -agarre una silla y me gane frente a ellos con las piernas abiertas y mis codos sobre mis rodillas.

- Con gusto te lo diríamos pero...-mire al chico que estaba hablando- creo que hablaríamos mejor si nos dieras una lección- dijo con doble sentido, sonreí de lado

- Bien, les daré una "lección" -fui a la mesita y tome 4 clavos oxidados- me encanta hacer esto, lo descubrí hace poco y desde ese dia me enamore- me acerque hasta el mas viejo que no quitaba su mirada de mis senos.

- Cariño, si me desatas podríamos tener una lección ambos- dijo con vos ronca y un intento en vano de ser seductor.

- ¿y por que lo haría?, así pierdo mas la emoción- sonreí y le enterré el primer clavo justo en la rodilla.

la mafia de un ruso [SEGUNDO LIBRO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora