Capítulo 8

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El día de la Primera Tarea amaneció finalmente en los terrenos de Hogwarts, y cuando los ocupantes del castillo se levantaron de su sueño, una ola de excitación aprensiva se extendió por todas las habitaciones, rincones y grietas. En el Gran Comedor, el tema general de conversación era el de los campeones que se enfrentarían a la Primera Tarea.

Aunque si uno se fijara bien, se daría cuenta de que faltaba la mitad de los campeones.

En efecto, Harry y Viktor estaban ausentes en el salón, junto con Luna, aunque su desaparición no parecía registrar del todo a los excitados estudiantes.

El trío en cuestión estaba en la Sala de Menesteres, desayunando con Klaus, Uliana, Nicolae y Anastazja. Como faltaban menos de dos horas para la primera tarea, Harry había pedido evitar estar cerca de los demás estudiantes. Todo el ruido habría echado por tierra sus esfuerzos por mantener los nervios a raya y evitar perder la cabeza.

La conversación intentaba fluir con naturalidad, pero el aire seguía siendo tenso. Todos sabían a qué se iban a enfrentar Viktor y Harry muy pronto, y ninguna charla podía distraerlos del todo de lo que iba a ocurrir. Sólo Luna, al parecer, parecía no estar nerviosa en absoluto, tarareando para sí misma con serenidad mientras aplicaba mantequilla y mermelada de arándanos en un bollo.

-Estás muy tranquila con esto, Luna-, comentó Anastazja, -¿No estás nerviosa por Harry y Viktor?-.

-¿Por qué habría de estarlo?- preguntó la rubia, dando un mordisco a su bollo, -Harry y Viktor lo harán de maravilla en la tarea, sé que lo harán-.

-¿Incluso enfrentándose a dragones?- preguntó Nicolae.

-Mhm-, asintió Luna, -Sobre todo Harry, tengo el presentimiento de que nos va a sorprender a todos después-.

Tanto si Harry tenía una sorpresa bajo la manga como si no, llegó el momento de que él y Viktor se dirigieran a la Primera Tarea

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Tanto si Harry tenía una sorpresa bajo la manga como si no, llegó el momento de que él y Viktor se dirigieran a la Primera Tarea.

Como campeones, debían dirigirse al lugar donde vieron a los dragones por primera vez. Se había construido una arena parecida al Coliseo de Roma. Tuvieron que esperar en una carpa de espera mientras los espectadores llenaban los asientos alrededor del recinto, que se había hecho más grande para la tarea. Sin embargo, lo que ocurrió después, Harry no tenía ni idea, y estaba seguro de que Viktor tampoco tenía ni idea.

El hecho de que fueran los primeros en la carpa no significaba nada para los dos buscadores. Encontraron un lugar cerca de una de las paredes de la tienda y esperaron. En cualquier momento llegarían Fleur y Cedric, y también todos los espectadores.

El silencio... se sentía pesado. Opresivo, sofocante... tantas palabras y sinónimos pasaban por la mente de Harry mientras los minutos parecían arrastrarse. No muy lejos, había cuatro dragones esperando a ser liberados en la arena, y tenían que enfrentarse a ellos, uno para cada uno. Aunque suene a tópico, Harry se sentía realmente como un gladiador mal entrenado a punto de luchar por su vida contra un león.

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