♡᎒ cita

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Yeonjun aspiró el aroma de SooBin, intentando no verse muy obvio pues no quería hacerlo sentir incómodo. Se permitió presentarlo como el aroma más agradable que jamás haya olido, porque era tan diferente al suyo, al de alguien más, era un aroma muy nuevo, muy suyo.

Era el olor de su piel blanca y suave, podía percibirlo mezclado con algo más, no era el suave toque del jabón de su ropa o la fragancia del shampoo, era algo más que sólo él podía sentir, y le gustaba, le gustaba mucho porque lo sentía como una caricia que se propagaba por todo su cuerpo cálidamente.

SooBin lo recibió en sus brazos. Estaba ligeramente sorprendido de lo fácil que fue, pero no sabía porqué aún tenía el sentimiento de culpa, aún cuando las manos cálidas de Yeonjun se aferraron a él con la intención de demostrar que lo perdonaba de todo, y que le gustaba tenerlo así de cerca. Puso su mano sobre la cabeza de Yeonjun, y acarició con lentitud. En realidad no sabía si eso estaba bien por hacer, quizá era diferente al ser un híbrido, pero no se apartó, porque Yeonjun no se quejó.

Yeonjun abrió sus ojos sorprendido de sentir el gesto de SooBin. Estaba acariciando sus orejas, y eso hacía latir su corazón increíblemente rápido. Tan rápido que su cuerpo le dispuso unas inexplicables ganas de llorar nuevamente, pero no de tristeza está vez, sino de felicidad.

—Perdón por el desastre, por haberte tirado, por golpear tu ojo... — Yeonjun empezó a hablar, quiso alzar su mirada para ver el rostro de SooBin pero se contuvo porque eso implicaría dejar de abrazarlo, y por consecuencia apartar las caricias de SooBin, y no quería eso. Además, el sonido de la respiración de SooBin, el de sus latidos contra su oreja era demasiado agradable de escuchar y sentir.

—Eso no importa... me enojé mucho por algo demasiado simple y sin importancia, además te insulté, el único que debe pedir perdón soy yo.

—Ya lo hiciste, no importa... — Yeonjun en realidad quería quitarle importancia a las cosas en su cabeza. Porque a pesar de que le había dolido mucho, no quería hacer sentir culpable a SooBin.

Ese era probablemente el gran problema de  Yeonjun, cualquier cosa, cualquier situación, todo sobresalto o acontecimiento, se volvía en un callejón sin salido y una interrogante difícil sin opciones de respuesta, su mente trabajaba rápidamente de forma fatal, siempre pensando lo peor y enredándolo en una maraña de pensamiento que terminaban por consumirlo en su miedo, era un gato muy miedoso. Cuando algo se le salía de las manos o se dificultaba, su instinto le sugería huir, escapar de las malas circunstancias para estar s salvo, pero no podía hacer eso. Era entonces que su mente lo atrapaba. De ahí la fama de los híbridos, el ser considerados débiles, o inocentes, no era eso, era el hecho de que se dejan llevar por lo que después de todo son.

Se separó un poco porque quería mirar a SooBin, estaba serio, y podía notar que se sentía avergonzado, pero aún así estaba haciendo un esfuerzo por enmendarse. Bajó su mirada por su rostro, para detallar con su mirada su nariz, y detenerse hasta sus labios. Siempre había pensado que SooBin era atractivo, pero una vez que lo puedes contemplar tan de cerca, te das cuenta de que lo que creías era solo una ligera sospecha, porque de cerca, de cerca era en realidad hermoso. Y Yeonjun lo sabia mejor que nadie ahora.

SooBin dejó de acariciar, y Yeonjun se movió un poco, pensando si habría hecho algo mal. Las manos del mayor tocaron sus hombres suavemente, y Yeonjun lo interpretó rápidamente, separándose del abrazo para mirarlo. SooBin le sonreía, con sus labios levemente fruncidos. Yeonjun concluyó que debía ser por incomodidad, así que se apartó unos pasos, regresándole su espacio personal.

—Busca algo con qué cubrirte.

— ¿Por qué?... — Yeonjun preguntó curioso, bajó la vista y miró su atuendo. Tenía lo que se había puesto después del baño desastroso, un pantalón azul y una camiseta de manga larga holgada.

—Te llevaré a cenar fuera de casa — SooBin sonrió ante la expresión de sorpresa de Yeonjun, con sus orejas bien levantadas y boca entreabierta.

— ¿Cenaremos? — Yeonjun sonrió y se dio media vuelta para correr hasta la ventana de la habitación. Abrió un poco la cortina y miró el cielo oscuro. — ¿saldremos de noche? ¿cómo una cita?...

—Ah... — SooBin pensó un momento su respuesta, Yeonjun lo miraba volteado desde la ventana, con su cola balanceándose un poco. —ajá... como una cita.

—Buscaré un suéter, uno que me compró Beomgyu... está por aquí — Yeonjun había empezado a buscar entra sus cosas, con una gran sonrisa en sus labios.

SooBin suspiró, pero también sonrió. Era sólo una cita con un chico gato. No estaría tan mal.

꒰Gato malo꒱˖ ᎒ ©SoojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora