Futuro

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Octubre 25, 2021.






HeeSeung guardó sus pertenencias en su mochila de la secundaria una vez la vació, se aseguró de llevar repelente para mosquitos, algunas mantas y comida. SungHoon estaba en la habitación del mayor subiendo las escaleras y doblaba prendas de ropa de ambos mientras las acomodaba ordenadamente dentro de, esta vez, su mochila.

Ambos chicos habían esperado ese día por más de un mes, el día en que irían a acampar.

Para su desgracia, no podrían tener una fogata para asar bombones puesto que ni siquiera sabían cómo hacer una, pero las habilidades de HeeSeung saldrían a la luz mientras preparaba unos apetitosos fideos instantáneos y guardándolos en botes de plástico, para conservar su calor en lo que los consumían.

Cuando ambos se reunieron en la planta baja de la casa de los Lee, el padre de HeeSeung los llevó a un área de camping segura. Se mantuvo al tanto de que estuvieran bien y salió del lugar no sin antes recordarles que ante cualquier cosa que pasara, podrían llamarle.

SungHoon saltaba emocionado, el lugar no estaba nada mal. Había muchos árboles, el lugar sobre tierra era perfecto para su casa de campaña la cual era lo suficientemente grande para los dos y, además, HeeSeung estaba con él. Eso le hacía más feliz que nada.

— ¿Te gusta? — preguntó el chico mayor con una dulce sonrisa, de esas que ponían nervioso a SungHoon.

— ¡Me encanta! ¡Incluso hay un lago! Podemos nadar un rato, jugar, luego comeremos, armaremos la casa de campaña, ¡contaremos historias antes de dormir!

La felicidad de SungHoon tenía satisfecho a HeeSeung. Por cuestiones escolares no podían pasar mucho tiempo juntos; Park era alguien muy difícil de convencer y aunque HeeSeung lo persuadiera para saltarse un par de clases y escapar de la escuela, este no cedía. Entonces era cuando llegaba la hora del almuerzo, regularmente se reunían en el césped afuera de su edificio a comer un poco y veinte minutos después, volvían a sus respectivos salones.

Lee estaba contento de que al menos una noche podrían estar juntos, además a SungHoon le agradaban ese tipo de actividades como armar una casa de campaña o recoger flores, sería como matar dos pájaros de un tiro.



[...]


El tiempo pasaba, los minutos de consumían y los segundos se esfumaban en cuestión de un abrir y cerrar de ojos.

HeeSeung estiró la mano para ayudar a SungHoon a salir del agua. Este usaba un traje de baño que le hacía sentir frío una vez salió del lago. Lee los envolvió a ambos en una toalla y corrieron al interior de la casa de campaña evitando el viento que les golpeó.

Se sentaron frente a frente en el pequeño espacio y HeeSeung tomó otra toalla.

— Acércate, secaré tu pelo.

SungHoon asintió y se movió un poco hacia el frente, sus rodillas flexionadas chocaron entre sí y el menor cerró los ojos cuando Lee colocó la toalla sobre la cabeza del menor.

— ¿HeeSeung?

— ¿Sí?

— ¿Tú... De verdad me amas?

Lee volteó la toalla e incitó a Park para que girara un poco la cabeza, luego siguió pasando la tela por los aún húmedos cabellos del menor, aún esperando una respuesta ante el silencio de su mayor.

— Lo hago — SungHoon hizo un ruidito para dar a entender que le escuchó —. ¿Por qué la pregunta, Hoon?

El menor suspiró. A veces se reprendía a sí mismo por pensar tanto las cosas, era evidente que él y HeeSeung se amaban pero... Había algo en su cabeza que le molestaba, un pensamiento reflejado por su —muy poco evidente— inseguridad.

No era del tipo de persona que soñaba con estar al lado de una persona por toda su vida, creía fielmente en que todos podían ser libres de conocer tantas personas en su vida como se les permitiera, sin embargo, con HeeSeung pasaba algo que era nuevo.

Hacía meses salían, se conocieron en la escuela ya que realmente no frecuentaban otros lugares donde pudieran conocer más personas. HeeSeung le ponía nervioso, hacía que su corazón se acelerara y esos típicos síntomas de un enamoramiento. Cuando se dio cuenta que era correspondido, fue algo raro, pero lindo.

Nunca habían tenido algún problema entre ellos, no había peleas tontas ni distanciamientos, incluso sus padres los apoyaban. Tenían solo diecisiete y dieciocho, apreciaban mucho su felicidad.

Pero algún momento crecería, y eso aterraba a SungHoon.

— Estos días he pensado mucho en nosotros, ¿sabes?

— ¿Sí?

— Sí. Y bueno, es inevitable pensar que, ya sabes, ambos creceremos y tendremos otras... Prioridades. 

Park tragó duro cuando HeeSeung por fin terminó con su cabello y comenzó a doblar la toalla en silencio. Era algo que nunca le gustó, que Lee era tan callado a veces, en los momentos que más necesitaba que hablara, que le expresara lo que sentía.

La noche llegó poco a poco y el mayor le indicó a SungHoon que ya se debían resguardar en la casa de campaña, este asintió.

HeeSeung los acomodó a ambos entre las cobijas y se recostaron sobre la no muy suave área, puesto que había pequeñas piedras. Ninguno se quejó. Después, pasó su brazo por debajo de la cabeza de SungHoon, permitiéndole estar más cerca y teniendo libertad de acariciar a su menor.

— SungHoon...

Los ojos de Park presenciaron la plena oscuridad del momento, escuchó el sonido de algunos grillos a las afueras de donde se encontraban y sintió la suave respiración de Lee sobre él.

— Dime.

— Aunque... — hizo una pausa —. Aunque tú y yo en algún momento nos separemos, encontremos otras prioridades, nos enfoquemos en otras personas... Ten por seguro que te seguiré amando. Cuando tengamos 80 años, mi corazón seguirá latiendo por ti.

HeeSeung siempre se aseguró a si mismo que si algún día él y SungHoon ya no estuvieran juntos, la falta de amor sería la última razón por la que esto sucediera.

Porque, si en el futuro el lazo que los unía en aquel momento llegaba a romperse, él mismo se encargaría de repararlo.

imperfecto extraño ☆ heehoon [flufftober 2021]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora