↳ ੈ‧₊ CAPÍTULO 19

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Ouma se levantó temprano para comenzar su ritual de la mañana, haciendo siempre un esfuerzo por conservar su imagen física a pesar de que le causaba fatiga hacerlo a diario.

No era un chico de rutinas, pero se propuso al menos tomar un baño, cepillarse el cabello y los dientes, cambiarse de ropa y lavarse el rostro. Suponía que esto podría ayudarle a desarrollar un sentido de lo que experimentaba una persona normal.

Sin embargo, esa mañana iba a tener que prepararse más, pues era un día relativamente importante.

Se puso en contacto con los dos hombres el día anterior y decidieron que aquella mañana sería el mejor momento para conversar. Le proporcionaron una dirección, una hora y palabras de despedida antes de colgar.

Iba a salir a la ciudad con el objeto de uno de sus más grandes miedos.

Pero no había vuelta atrás u oportunidad alguna de cambiar de opinión. Sus cabellos estaban cepillados, su rostro lavado, y su cuerpo se encontraba adornado por las ropas que entre sus compañeros de cuarto le compraron poco tiempo atrás.

Pantalones negros pegados que hacían resaltar sus delgadas piernas y un suéter holgado color lavanda, pues este color combinaba con sus mechones violeta, sus ojos amatista y sus uñas púrpura, las cuales habían crecido bastante desde la última vez que las pintó.

También tomó prestado un poco del perfume de la fémina, pues era a lo que estaba acostumbrado y le gustaba desprender esencias frutales sobre cualquier otro tipo de aroma.

Antes de salir de la casa, tomó un pequeño bolso negro, uno de mujer. Lo había sacado del almacén donde Saihara y Akamatsu ponían la ropa fuera de temporada además de algunas cosas de la casa, por lo que sabía que la rubia no estaba haciendo uso de él en esos momentos.

Esto era mayormente para mantener todas sus cosas en un mismo lugar, en un lugar que no perdería de vista. Su memoria solía fallar de vez en cuando y no quería perder nada de lo que se llevara, por lo que sus bolsillos no eran exactamente una opción. Sabía que si guardaba sus pertenencias ahí, se le iban a caer o las iba a olvidar.

Adicionalmente, tomó un monedero que Shuichi dejó en la cocina y les dio un vistazo a los contenidos.

Tragó saliva al darse cuenta de que era más de lo que esperaba.

No podía llevarse todo eso... si se le llegaba a olvidar, era esfuerzo perdido. Solo tomó ¥3,000 y lo demás lo dejó en la casa, debajo de una pequeña maceta que se encontraba cercana. Luego lo puso dentro del bolso recientemente adquirido.

También tomó un par de cosas menos importantes, pero que podrían ayudarle mientras se encontraba fuera de su hogar, del cual trataba de no salir a menos que fuera por asuntos como el presente.

Un pequeño papel con los números de Shuichi y Kaede en caso de que ocupara llamarles en algún teléfono público y no los recordara; Una nota con la dirección del lugar; un cepillo para peinar sus rebeldes mechones, los cuales solían alborotarse de vez en cuando; el llavero con las copias de las llaves que abrirían la casa; una pequeña foto que había conseguido del cuarto de la pareja de compañeros de cuarto, para poder verlo en caso de que lo extrañara en el poco tiempo que estaría afuera. En ella estaba el estudiante de criminología y la fémina.

Una vez tuvo todo esto reunido, agarró rápidamente un bolígrafo y papel e hizo una nota para notificar a Saihara que estaría fuera. Después de todo, ese muchacho había llamado días antes para ponerlo al corriente y decirle que pronto le visitaría. No sabía si ese finalmente sería el día, aunque era poco probable.

Miró el reloj una última vez y salió presuroso del departamento, pues llegaría tarde si no se apuraba.

Podía caminar hasta el lugar o tomar el transporte público, aunque sabía que eso resultaría inconveniente, dado que no estaba tan lejos y no quería gastar el monto que guardó para su consumo.

↳ 💵₊˚. ··· Some Secrets Are Better Left Untold  »-Saiouma-«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora