↳ ੈ‧₊ CAPÍTULO 22

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Después de una corta interrogación, Harukawa concluyó que no iba a poder encontrar información útil en las memorias de Himiko.

Pregunta tras pregunta, no recibió ni una sola respuesta que pudiese servirle para descubrir los paraderos de Kokichi, a quien desesperadamente estaba buscando. Asumió que como ni Yumeno ni Angie tenían idea de lo que sucedía, Tenko muy probablemente tampoco lo hacía.

Es decir, según esto no se habían visto en un lustro, no había razón alguna para que supieran donde estaba ahora. Solo Rantaro y Kaito sabían dónde se encontraba. A este punto ya estaban al borde de contactar a las autoridades, en contra de uno de los tantos deseos que el pelimorado tenía.

Era necesario. Si no hacían algo al respecto, Ouma iba a morir.

Incluso estaba la posibilidad de que ese petite ya no estuviera acompañándolos en su mismo plano de existencia. Nadie podía decir con certeza si seguía vivo después de la semana que había concurrido desde su desaparición.

Era lamentable, pero Maki tenía una relación con la muerte desde hace bastante tiempo. Lo único que podría hacer en aquel caso era consolar a sus seres queridos, los cuales sabría que llorarían por su partida.

No podía meterle esa idea en la cabeza a Saihara más de lo que ya la tenía presente. De hacerlo, el muchacho no llegaría a calmarse nunca. Ya estaba bastante alterado.

Kaede ya estaba se encontraba físicamente mejor, así que podía atender a las necesidades del devastado joven. Aunque ciertamente ella también debía ser asistida por él.

Aunque eso era irrelevante. Estaba por irse, pues no parecía haber encontrado información útil, y tampoco creería encontrarla con la una chica que le faltaba interrogar. No sabía porque perdía su tiempo con ellas cuando podía seguir buscando por él, como un retorcido juego de las escondidas.

Trató de retirarse de la escena tan repentinamente como había llegado, pero fue interrumpida por la ansiosa voz de una de las féminas.

—¿Puedo decirte algo y no le dices a nadie, Maki? —Preguntó nerviosa la joven Chabashira, acercándose un poco más a la mencionada, quien seguía parada en la orilla de la tela celeste sobre el césped. Era un conversación algo privada la que estaba dispuesta a tener, pues de todas formas tenía planeado revelar el asunto algún día.

No era algo que pudiera cargar por mucho más tiempo.

La sugerencia despertó curiosidad en la ojizarca y en Yumeno, quienes parecieron más atentas a la conversación desde ese momento. Angie había sacado ya uno de sus cuadernos para comenzar a retratar el paisaje del lago, y la pelirroja comía amenamente su fruta, sin embargo, era imposible no encontrar emocionante la idea de aprender algo nuevo.

—¿Tiene que ver con lo que busco? Si no, no lo hagas —indicó estoica la de los orbes rubí, siendo consciente de que no tenía ni un solo minuto que perder ahora. Si una semana de búsqueda constante y sin descansos no había rendido fruto, quién le aseguraba que conversar con Tenko lo haría.

Siendo ella alguien con un trabajo tan arriesgado y poco común con lazos fuertes a la muerte, sabía que tarde o temprano Kokichi terminaría por ser asesinado si no lo sacaban de donde fuese que estaba.

Lo habían buscado por todas partes que tenía relación directa al incidente, parecía a ese punto imposible investigar cualquier otro lugar de la ciudad, pues tardarían años en hacerlo.

Es decir, que la más mínima pérdida de tiempo podía costar una vida.

Pero en vez de ser Chabashira la que respondiera, fue la dama de tez morena quien se decidió por hablar después de un largo tiempo de no hacerlo.

↳ 💵₊˚. ··· Some Secrets Are Better Left Untold  »-Saiouma-«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora