TYLER
Hay un par de cosas que sé desde que empecé a sentir cosas por Laura: era inalcanzable. Cada vez que cerraba los ojos ella estaba en mi mente y cada vez iba complicando más estar lejos de su presencia. Era increíble, era ese tipo de mujer tan segura que me dejaba sin habla, completamente entregado a sus brazos. La deseaba tanto que pasaba todo el tiempo pensando en nuestros encuentros, fantaseando por nuevos y delirando con ella. Me tenía loco y me desconcentraba de cualquier otro tipo de cosa que tenía que hacer.
No es que hiciera mucho, pero todavía seguía teniendo mi trabajo como encargado de la tienda de un amigo. No hacía mucho, atendía a gente que compraba vinilos y se sentían más superiores por escuchar música de una forma anticuada. Yo en cambio ponía hip hop a máximo volumen e ignoraba por completo sus preguntas extrañas. Y sí, ya sé que están pensando y están en lo cierto. Por supuesto que todavía me dedicaba a ciertos recados ilegales. Me había dedicado demasiado tiempo a eso y tenía demasiados contactos para ignorar lo obvio. Seguía siendo un traficante.
Me dedicaba poco a nada, pero lo hacía y me importaba poco y nada lo que la gente podría pensar de mi. Sin embargo, esa era una de las razones por las que no podía estar con Laura. No porque mi trabajo me diera vergüenza, sino porque no quería ponerla en riesgo. Y eso me traía a mi problema principal: el motivo por el cual no podía engañar a Joel.
Voy a contarles de manera rápida y que no suene de manera trágica, pero Joel me salvó la vida en más de una oportunidad. Fue una noche oscura cuando yo llegué a mi casa, nuestro departamento, bañado en mi propia sangre y pidiendo ayuda a gritos silenciosos. Joel fue quien salió de su cama calentita y me curó las heridas limpiandolas todas para finalmente quedarse a mi lado mientras deliraba de fiebre por algún motivo que desconocía. Al día siguiente me gritó horas y horas demostrando que mal trabajo era el que tenía.
Me hizo notar que tenía razón, que estaba cometiendo un error al seguir en aquel mercado y me mantuvo encerrado cada vez que yo quería salir de la casa para hacer de las mías. Yo estaba perdido, realmente perdido y no estaba listo para comprender que tenía una vida y valía la pena. Pero Joel me hizo recordarle aquello y no podía fallarle de ese modo.
En mi mundo, una cosa era estar con Laura frente a las cámaras, en donde se suponía que todo era una mentira y que ninguno de los dos estaba sintiendo de verdad. Pero la realidad es que se notaba todo lo contrario. La noche siguiente a nuestra última "pelea", leí los comentarios de las personas y todos decían lo mismo: "se notaba que teníamos algo más que piel". Ya no éramos solamente la pareja que al tocarse quemaba, sino que se notaba algo más. Algo que ni ella ni yo sabíamos explicar. Era una locura, pero una locura hermosa.
Laura estaba decidida a conquistarme, de unos modos que a cualquiera le parecerían terribles. Me provocaba a cada momento, de modos que yo ya no podía soportar más. Me volvía loco y me quitaba el aire, teniendo que recurrir a otros medios para quitarme todas esas ganas que tenía de ella.
No volvimos a estar en la sala, porque yo le había dicho que necesitaba un poco de tiempo para recapacitar un par de cosas. Laura se mostró bastante enfadada con ello, pero no dijo nada porque a fin de cuentas era mi decisión y me necesitaba a pesar de todo. Sin embargo, una tarde estaba sentado en mi sillón tratando de mirar un partido cuando Laura se sentó a mi lado.
—Hace mucho calor, ¿no? —me dijo con su tono seductor que me ponía mal al instante. En mi entrepierna había una fiesta a la que no había sido invitado y estaba en su mejor momento. Se quitó la camiseta blanca, que le hacía un cuerpo impresionante, y se quedó en bikini, aunque con el short de jean abierto. No solo me gustaba su cuerpo y lo típico que le gusta a un hombre, sino también sus piernas. Eran larguísimas y quería perderme en ellas.
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La sala caliente +18 [Editorial Scott #1.2]
Literatura FemininaLaura no está ganando tanto dinero como cree en la editorial y cuando le comenta a su compañero de departamento (a quien odia con toda su alma) juntos deciden entrar a una página de cámaras hot en donde los usuarios les proponen hacer todo tipo de c...