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Narrador omnisciente
Albedo pintaba en su habitación tranquilamente, últimamente estaba muy animado y eso solo se debía a aquella chica.
Años atrás
Cuando Albedo tenía trece años conoció a la menor de los Lee en persona, en ese tiempo Hannah tenía alrededor de once años. Se habían conocido en la sede bueno el la había conocido, el rubio visitaba demasiado la biblioteca y más por que le gustaba leer mientras escuchaba el misterioso piano que resonaba por toda la sede algunos días en la semana.
Ese día cuando se dejó de escuchar el piano el chico sonrió levemente y siguió leyendo pero minutos después una niña castaña entro a la biblioteca, aquella niña vestía un vestido azul cielo con decoraciones de flores dulces, sus zapatos negros tenían un lindo moño al frente y sus calcetas eran blancas con el borde de encaje. Su cabello estaba peinado por una coleta alta y un moño azul.
Para Albedo aquella niña le pareció demasiado linda, sus ojos le llamaron la atención pues a pesar de traer lentes se podía notar que sus ojos tenían diferentes tonos.
- Papá no esta Lisa -dijo la niña volteando hacía atrás y fue cuando entro Harry, el padre de los Lee-
- Tal vez salió cariño, ¿Quieres quedarte a esperarla? -el señor entró y tomó de la mano a su hija-
- No me apetece, ¿Podemos irnos a casa? -ella volteó hacía arriba para verlo-
- Claro Hannah, después te traeré para que veas a Lisa -ambos salieron de la biblioteca-
Albedo seguía pensando en lo linda que era la niña llamada "Hannah" pero pensó que no tendría oportunidad al ver que era la hija del compañero del gran Varka.
Ese día el rubio se quedó a leer hasta tarde y cuando se iba fue a preguntarle a Lisa quien había vuelto horas antes.
- Señorita Lisa amm ¿Quién es Hannah? -pregunto el rubio con su rostro curioso-
