La segunda princesa del reino Obeliano Athanasia Day de Alger Obelia, era una bastarda siendo despreciada por su propio padre, luego de ser ejecutada por haber envenenado a su media hermana Jannette Day de Alger Obelia, quien apareció en el dia de s...
Soy una persona muy fría, no voy por la vida diciendo te quiero y derrochando cariño con todo el mundo, pero cuando alguien me gana, cuando alguien encuentra un pequeño lugar en mi corazón, soy la persona más noble que podrás conocer.
____________________________________________ . . . (Segunda línea temporal)
*Recuerdos*
Era una tarde en dónde las puestas del sol eran tan hermosas qué parece casi como si estuviera mirándo a través de las puertas del cielo.
Estába reposando en cama mirándo mi teléfono, para así buscar información del paradero de mis verdaderos padres.
Anteriormente no sabía si estaban vivos, o si eso fuera el caso por lo menos tendría familiares relacionados con ellos o simplemente amigos.
Busqué muchos informes, noticias de todos los acontecimientos que pasaron justo el día de mi nacimiento como también el día que me abandonaron.
Cuándo por fin pude encontrar algo que me sirviera, anoté la dirección correctamente para ir al día siguiente, estaba emocionada fijandome que por fin conocería a mis padres y salir de esa mansión perturbadora.
Creí que estarían arrepentidos por haberme dejado.
Consideré que los perdonaría por todo hasta el momento, eso no me importaba con tal de verlos y vivir con ellos.
Cuán equivocada estaba.
Llegué a creer que mi verdadera familia me recibiría con los brazos abiertos.
Después de todo solo era una niña que buscaba el amor de sus seres cercanos, solo podía ver en las calles a aquellas lindas familias unidas con un atmósfera cálida rodeandolos.
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Me encontraba afuera de aquella grande puerta, parecía pertenecer a una gran familia adinerada, tomé un suspiro relajante para después tocar con un cierto nerviosismo en mi rostro.
Toc Toc
Al poco tiempo se abrió el acceso mostrando a un señor alto con gafas negras que estaba con una mirada sutil, o eso quisiera creer, pues era el moyordomo de esa gran mansión.
- ¿Se le ofrece algo?
Preguntó educadamente.
- Di.. Disculpé.. ¿Se encuentra la Sr. Sun-Hee ?
- Mi señora está tomando el sol en éste momento.
- Yo quisiera hablar con ella.
- ¿Acaso no entiende que está en su tiempo de descanso?
