SabiGiyū - Parte 3: Segundo acto.

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AVISO ESTA PARTE CONTIENE - SOLO MAYORES DE 18 AÑOS
*LENGUAJE GROSERO
*ACCIONES DE CONSENTIMIENTO EXTREMADAMENTE DUDOSO
*VIOLENCIA FISICA, VIOLENCIA PSICOLÓGICA
*COMPORTAMIENTOS KINK
*ACCIONES SIN SU RESPECTIVO CONSENTIMIENTO
*POSIBLEMENTE ACTITUDES RELACIONADAS AL SINDROME DE ESTOCOLMO
*COMPORTAMIENTO DOM-SUB
*SABITO ESTÁ UN POCO DESQUICIADO
*HAY COSAS TAN EXPLICITAS QUE ME DA VERGÜENZA REPETIRLAS :v

SI NO ESTAS PREPARADO PARA COSAS ASÍ, TE RECOMIENDO NO LEER (: YA HABRÁ HISTORIAS BONITAS DE AMOR QUE ESCRIBIRÉ PRÓXIMAMENTE :3

NO APOYO EL SEXO NO CONSENSUADO OK, TODO ESTO ES FICTICIO.

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Aprovechando el estado de confusión en que se encontraba le desató las piernas y los tobillos, después liberó el extremo enrollado en la argolla la cual sostenía la cuerda que mantenía prisioneros sus brazos. Levantó a Giyū con extrema facilidad y lo ayudó a ponerse de pie unos segundos mientras pasaba la misma cuerda larga sobre una de las vigas del techo de la habitación, elevando así otra vez sus brazos por encima de su cabeza, sus pies apenas tocaban el tatami. Después amarró su pierna derecha a la altura de la rodilla y la levantó hasta dejarlo lo suficientemente expuesto, uniendo el cabo de esa cuerda en el nudo en la viga de la que le sujetaba los brazos.

—Que flexible eres —arqueó la ceja asombrado —. Vamos a ver omega —gruñó con enfado —¿Has sido anudado antes?

—¿Tanta es tu urgencia por tenerme, perra? —respondió entre risas, todo por el efecto de la mezcla de aquellas drogas y la resistencia que aún intentaba poner.

—¡Omega estúpido! —se acercó y lo abofeteo, pero el otro ni se inmutó, solo seguía riendo —me divertiré contigo hasta que caigas igual que los demás.

El alfa ahora tenía a Giyū a su total merced, desnudo e inmóvil frente a sus ojos. Comenzó a acariciarle el torso con la yema de sus dedos, veía con suma atención como esa aterciopelada piel se erizaba. De un segundo a otro, unas sutiles uñas alargadas surgieron de sus dedos y ahora dejaba diminutos rasguños a su paso, excitando aún más al omega que cada vez dejaba salir gemidos más claros y fuertes.

—Alfa... alfa —musitó entre susurros —yo quiero... alfa —. El instinto de apareamiento brotaba.

—Eso es, buen chico —le regaló una caricia descarada en el cabello —en unos minutos lo estarás deseando aún más.

Usabi se puso en cuclillas frente a Giyū, el pene de este le quedó a la altura de los ojos, lo analizó con detenimiento, era grande, más grande que el de los otros omegas que había follado anteriormente. Estaba completamente erecto y de la punta se asomaba líquido preseminal cuyo aroma mezclado con las feromonas impregnaban poco a poco la habitación.

Ahora se levantó y colocó atrás del omega, abrazándole con ambos brazos por el dorso y uniendo sus manos en ese pene lagrimeante, el cual acarició con brusquedad, apretándolo y haciendo que Giyū soltara un quejido.

—¡Oh! No no no, dejémoslo en su lugar —se acercó al oído, pero no pudo evitar impregnarse con el golpe de feromonas que estaban siendo liberadas de la glándula de olor del omega —sentir tu aroma está resultando adictivo —susurró jadeante —pero ningún omega vale lo suficiente ni me vuelve tan loco como para marcarlo y quedar unidos de por vida.

—Yo solo necesito... nnn yo... —la última gota de sensatez que le quedaba aún lo hacía resistirse y dejar incompleta la petición.

—Te daré una pequeña muestra de lo que quieres.

Permaneciendo aún a espaldas de Giyū, bajó los dedos hacia la entrada que ya estaba más que lista, recogió el lubricante que había escurrido sobre la entrepierna del omega, devolviéndolo hasta el punto del cual salía. Frotó despacio en forma circular sobre el orificio.

Dime por mi nombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora