Capitulo 2

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Todos pasaban, asi que entre. Me concentre en ver mi horario, según lo que tocaba ese día, empezaba con cálculo matemático. Nunca se me ha hecho difícil! Eso es bueno.
Me senté primera, todos los estudiantes entraban, habían chicas lindisimas , chicos altos, pero...
Entro un chico, rodeado de hermosas chicas, ellas lo alababan, y sobre todo... iba a estudiar conmigo.

—Hola —me dijo con una bella sonrisa, y se fue para las filas de atrás

Antes de que me de cuenta, una joven de cabello rojizo, empezó a hablarme.

—Hola me llamo Britney!!— dijo la chica — Hoy también es mi primer día.

—Hola, soy Amanda. Un gusto conocerte!

—Un gusto conocerte también! —dijo la joven llamada Britney

—¿Como te fue en la escuela? —pregunte sin más.

—Mmm... Bien, pero mis papas tuvieron que pagar para poder aprobar 2 cursos —contesto.

Y derrepente toco la campana de primera hora. Todos se quedaron en silencio. Entro la profesora...

—Buenos Dias universitarios— dijo la señora de mediana edad. — Me llamo Madeleine y voy a ser su profesora de calculo matemático.
Ahora quiero conocerlos. La primera...

Era yo. Realmente mis mejillas se sonrojaron y una oleada de nervios, recorrió mi cuerpo.

—Buenos Dias, me llamo Amanda James, vengo de Los Ángeles, tengo 17.

La siguiente...

—¿Que tal?, me llamo Britney Tomls, vengo de California, tengo 17.

Y asi fueron pasando todos, pero puse mayor atención al chico que me saludo.

—Hola, mi nombre es Matt Swarts. Tengo 17 pero en dos dias cumplo 18. Vengo de New York.

Toda la hora nos pasamos presentandonos. Hasta que tocó la campana. Y pudimos salir.
Estaba saliendo, hasta que Matt se puso en frente mío, y me dijo..

—Hola preciosa, me gustaría saber mas de ti—dijo con una hemosa sonrisa — Te llamas Amanda, no?.

—Si, me llamo Amanda, y no creo que haiga mucho que hablar de mí. — conteste tratando de evitarlo.

—Yo creo que si—me dijo, como si pudiera ver en mi interior . Quieres saber un secreto? — sus suaves labios rozaron, acercándose a mi oído—Me fascina tu sonrisa.

—Gracias— le dije sonrojada,pues nadie me habia dicho algo así.

—Denada, te veré luego — y me dio un beso en la mejilla.

Y sin darme cuenta estaba en el comedor, con todas las miradas posadas en nosotros y en silencio. No sabia porque, pero se suponía que él era popular.

No dejo de soñarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora