Capitulo 39

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-¡Porfin estamos de nuevo en esta bendita ciudad!.- exclamo Brit.

-Si... y ademas volvemos de nuevo a clases. - resople

Todos bufeamos con tristeza y decepción.

-¡Que aburrido! - añadió Matt.

Caminamos hacia la puerta de salida del aeropuerto internacional y ninguno hablaba, ya que estabamos concentrados con el celular.

-Chicos, mañana nos vemos en la universidad... - me despedi con un beso en la mejilla a todos, excepto a Matt, ya que le di en los labios. -Nos vemos mañana amor, te quiamo. - susurre en su oído.

(...)

Al abrir la puerta de mi casa, encontre a mi mamá viendo una película y con un bote de canchita en sus manos.

-¡Hola mamá! - corrí a abrazarla.

-Preciosa, ¿cómo estás? - me beso la mejilla. -¿Qué tal estuvo el viaje?

-Bien, muy bien. -sonrei. - Pero.. te cuento luego porque estoy un poco cansada.

-Ok, estoy viendo Mamma Mía.- me pasó la cancha. -Antes de que me olvidé... a venido varias veces a buscarte un tal chico... ¿como se llamaba? A creo que un tal Patch.

Tirenme ahora mismo un balde de agua fria.

-¿Patch? - tartamudee.

-Si... ¿Lo conoces? ¿Sois amigos?

¿Lo eramos?

-Mmm...estudia conmingo.

La pelicula me empezo a aburrir, y no era porque a si lo era, sino es que, tenia un sabor amargo en la boca al escuchar de nuevo el nombre de Patch.
Me había olvidado de él completamente.
Pero ahora vivo con el temor de que le cuente a Matt lo que pasó.

Subí hasta mi habitación y corrí hacia la ventana, esperando ver su cara amenazadora.

Que masoquista soy...

Pero lo unico que presencie, fué un carro rojo y una casa blanca.

Intenté dormir, y para eso hize el mejor esfuerzo, ya que la culpa me estaba matando.

(...)

¡Trrrrr...!

Maldito despertador.

Me levanté con ese horrible timbrido y fui a ver que hora era.

¡son las 7:15!

No puede ser verdad, tan sólo me quedan quince minutos para estar en el aula y aún sigo sin arreglarme.

Corrí hacia el baño y sólo pude enjuagarme la cara y lavarme los dientes.

Me puse lo primero que encontré.

Y nisiquiera tuve tiempo para desayunar.

Sali desesperada de la casa.

—¿Te llevo? — dijo alguien.

Voltee a ver quién era. Y era Patch en su auto rojo, con una sonrisa.

—No voy en tu carro así estuviera muerta. — segui mi camino.

—Llegarás tarde.

—No lo haré.

—¿No quieres ayuda?

—De ti no.

—Bueno... lo intente. Asi que si no quieres me voy.

Miré mi reloj y tan sólo quedaban 8 minutos.
No queria ir con él. Pero... ¿que otra cosa haría?

—¡Patch, espera! — grite.

Su carro paró en seco.


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No dejo de soñarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora