XV

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Lo arrastraba.

Lo llevaban a rastras hasta lo que parecía ser un cuarto debido al frío y liso piso que tocaba con su cara. Izuku con la vista cegada no conseguía encajar bien su mirada y reconocer perfectamente el lugar, no decía nada por miedo a ser golpeado y con dificultad intentaba respirar por la boca ya que su nariz sangraba a mares.

Sintió la suave superficie del colchón y con lentitud intentó limpiar su cara con las sábanas. No sé dio cuenta que al parecer Bakugo luego de tirarlo a la cama se había marchado, y con pesadez suspiró tranquilo.

No había luz, y no sabía dónde estaba. Tocó su cabeza para ver si sangraba pero extrañamente estaba intacta y solo pudo sentir los raspones en su mejilla izquierda, los dolores en sus músculos se hacían cada vez más molestos y su cuerpo cada vez se volvía más pesado.

Tocó su bolsillo y un alivio gigante llenó su alma cuando tanteó por arriba del teléfono. Rápidamente encendió el aparato y usó la linterna para iluminar el lugar, definitivamente estaba en un cuarto. Parecía no estar muy lejos de donde se situaba la fiesta, ya que al recomponerse en la cama pudo agudizar nuevamente sus sentidos y podía oír la música a alto volumen un poco lejos, pero lo importante era que se oía.

Supuso entonces, que el rubio había vuelto hasta el lugar de esa fiesta y con eso en mente, decidió levantarse de la cama para huir de ahí antes de que sus heridas dolieran más o quizás, volviera a ver a los matones de antes para ser masacrado y dejado muerto en ese vacío cuarto.

Vio la hora y se dio cuenta que apenas iba a ser medianoche, llamó a Ochaco pero no contestaba y después de tres intentos se dio cuenta que el celular de la castaña estaba apagado. No era sorpresa, quizás lo había desconectado para no recibir molestas llamadas de sus padres preocupados.




(...)




— ¿Ya se deshizo de la basurita en el ojo, patrón? — preguntó Denki a modo broma cuando vio llegar a Katsuki por la parte trasera.

— ¿Dónde mierda está Kirishima? — preguntó Bakugo directamente sin prestarle atención a Denki.

— No tengo idea, pero siento que nada bueno le debe estar pasando. — dijo esta vez Sero. — .. No suele desaparecer por tanto tiempo..

— Vamos a buscarlo en los cuartos de arriba.— propuso Denki.

Cuando el pelinegro asintió y se iba junto al menor, Katsuki los detuvo.

— Ahí viene..

Todos voltearon el rostro y fijaron su mirada en el pelirrojo, quien caminaba a duras penas con su vista perdida. Katsuki sin pensarlo dos veces lo golpeó directamente en el pómulo izquierdo haciéndole tambalearse en el proceso.

Sero y Denki estaban estupefactos y bien quietos. Todas las demás personas vieron por un momento la escena pero no le dieron tanta importancia, siguiendo en lo suyo.

— Espero tengas una maldita buena excusa, pedazo de mierda.— le recriminó y exigió el rubio ceniza al pelirrojo.

Kirishima se levantó un poco ido por el golpe. Miró al rubio neutral y con su boca en una línea recta, no pronunció ni una palabra y caminó hasta la salida del local, no tenía más nada que hacer ahí. Sero lo siguió a paso rápido y así ambos se fueron del lugar.

— Hey, ¿Dónde está...?

— En donde tiene que estar. — respondió en voz monótona sin mirarlo a la cara. Denki se sintió con miedo al ver el rostro tan sereno en su amigo, y sabía que algo nada bueno se tenía en mente.





(...)




Momo se encontraba en el cuarto de Ochaco llorando aún por la tristeza y amargura que le daba toda aquella ruptura. Sí, Momo estaba decidida en acabar con ese relacionamiento tan tóxico y olvidar todo lo bueno que vivió. No quería tener que pasar malos o peores momentos en su futuro, no necesitaba eso para su vida.

Ochaco estaba sentada a su lado, acariciando y calmando los terribles sollozos que emitía la pelinegra. Odiaba verla así, odiaba sentirse superior en ese momento tan trágico y vulnerable pero su mente cegada por el deseo y afán incontrolable de estar con aquel chico le traicionaban, vagamente pensó seriamente en contarle toda la verdad a su amiga.

Mina y Asui también estaban allí. Ellas miraban con cierta pena y rabia toda la escena. La pelirrosa siempre se consideró muy amiga del grupo de Bakugo pero en este momento lo único que pensaba era en molerlos a palos a cada uno de ellos. Asui también pensaba lo mismo. Odiaba a Katsuki y tener que aceptar el maltrato emocional, psicológico y hasta físico que le causó a su amiga le llenaba de una ira descomunal.

— Te lo prohibimos.. — dijo a secas la peliverde.— .. Tienes prohibido completamente estar cerca de ese maldito pedazo de mierda.. — señalaba a Momo con su dedo índice avisando su posible destino y el de su ahora ex.

— Sé que va a ser un poco difícil pero nada imposible, Yaomomo.. — intentaba animar Ashido con una sonrisa. — ¡Nosotras estaremos para ti!

Momo las miraba atentamente con sus ojos hinchados y su cara totalmente roja debido al llanto. Abrazó fuertemente a sus amigas y nuevamente comenzó a soltar lágrimas pero esta vez, quizás, de felicidad y agradecimiento.

Ochaco también la abrazó, también la animó porque sabía que si ella misma hacía un paso en falso le perjudicaría toda la vida y sus planes futuro. Debía mantenerse con la cabeza fría y a sus amigas en guardia baja.





























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¡DEKU ES DE KACCHAN! [BAKUDEKU | BNHA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora