II

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Katsuki lloraba enojado. Se había quedado en su cuarto gritando y golpeando todo lo que se le cruzaba por el medio. Rompió algunas cosas, sabiendo claramente que su mamá le daría tremenda reprimenda por eso, pero poco le importaba.

Su cama, mojada debido a sus lágrimas, estaba hecha un desastre debido a un montón de cartas y fotos. Todas de Deku para su persona. Tenía cada una de ellas, en buen estado y conservadas pese al tiempo que tienen algunas. Leía detenidamente cada una de ellas, respirando entrecortado debido al llanto y tocaba cada foto como si fuese realmente el pecoso en persona, besando y restregando su cara en ella como gato.

Sentía poco a poco como su interior quemaba. Esta hirviendo debido a los celos, y como si fuera para tanto, la fiebre llegó a su sistema para que de algún modo su rabia fuese expuesta. Se durmió, aún deprimido, sin hambre. El día apenas comenzaba y ya quería que se acabara para siempre.


































Inko preparaba la comida favorita de su hijo. Katsudon. La noble mujer aún no quería presionar a su hijo a hablar, así que optó por consentirlo un poco y cuidar de él. Preparaba cuidadosamente la comida mientras tarareaba una canción. La peliverde sintió como su hijo bajaba de su habitación, sonriendo tímido. Le extrañó en demasía, no sabía que el pecoso era bipolar.

Izuku se sentó en la mesa, mordiendo levemente su labio inferior y agarraba sus dos manos para entrelazarlas entre sí. Signo de nerviosismo. Su madre notó que el niño quería decir algo. La mujer tardó un poco en terminar y fue directo a la mesa. Colocó el plato hecho y miró fijamente a su hijo con una sonrisa.

Izuku, maravillado por tener enfrente su exquisito plato favorito, no le prestó tanta atención a su madre. Comió algo rápido, no sabía si era la ansiedad que presentaba o porque realmente estaba delicioso y tenía hambre. Levantó su mirada, viendo la cara angelical de su madre sonriendole. El niño también sonrió.

- Mamá, quiero decirte algo..- habló pausadamente con un tono bajo.

- Sí? Dime, bebé.- su madre le miraba atentamente.

- Te-Tengo una nov...

La puerta fue tocada bruscamente, y el timbre de la casa sonó tres veces seguida. Ambos se miraron con terror. Conocían esa manera de actuar. Hisashi Midoriya.

Inko caminó rápidamente al encuentro de su esposo, mientras miraba a su hijo con miedo e indicándole que subiera a su habitación. El niño se quedó estático en su lugar, pero reaccionó cuando escuchó la voz ronca de su padre gritar al otro lado de la puerta. Corrió a su habitación, escondiéndose debajo de las sábanas. Escuchó sus padres discutir abajo y se puso a llorar. Eso era algo de todos los días.




...


Inko estaba sentada en su cama llorando amargamente mientras se abrazaba a si misma, sintiendo el dolor de los golpes que le propinó aquel cruel hombre. Sintió como su piel fue lastimada. Abusó de ella físicamente, verbalmente y sexualmente. No podía hacer nada al respecto, sólo quería tener a su hijo salvo y "en familia".

La mujer se levantó de aquella cama, fue al baño a tomar una ducha. Mientras tanto, aprovechó y llamó a su vecina y amiga, Mitsuki. Le contó todo con lujos y detalles, la rubia le dio un plan de escape a ese infierno e Inko no tuvo otra opción que aceptarlo.








































¡DEKU ES DE KACCHAN! [BAKUDEKU | BNHA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora