XVI

3.9K 380 103
                                    

Katsuki le pidió a Denki que se fuera y que tomara un taxi para que llegara rápido a su casa. El rubio menor no reprochó nada y aceptando cada palabra dicha por su amigo, se marchó.

Al encontrarse sólo en la fiesta, fue directo a un chico que estaba allí en ese lugar vendiendo drogas y sustancias estupefacientes, algunas píldoras para dormir y hasta alcohol soluto para tratar heridas infectadas. Con una idea en mente llegó y pagó por unas cuantas pastillas para dormir, también compró material para sanar heridas.

Se fue de la fiesta a paso muy rápido, y entró al apartamento donde se encontraba Izuku. Al llegar a la puerta, escuchó desde afuera un golpeteo constante, casi como un martillo clavando un clavo en madera. Quiso oír un poco más pero la puerta se vino abajo, y consigo el cuerpo en un peso muerto de aquel peliverde.

Katsuki por un momento entró en pánico pero se tranquilizó cuando vio que aquellos ojos aún brillaban y se mantenían volátiles. Lo tomó por los brazos para llevarlo nuevamente a la cama, y con toda la bestialidad que lo conformaba rasgó todas sus prendas superiores.

Izuku estaba nervioso e iba a oponerse pero no tenía ni siquiera la fuerza para sacar su voz. Cerró sus ojos y con miedo intentaba quedarse tranquilo, no sabía que le haría esta vez Katsuki. Sintió un pinchazo en su pecho y se sobresaltó muchísimo, cuando abrió los ojos su respiración se volvió irregular y su corazón empezó a golpear su caja torácica con rapidez.

Bakugo estaba sanando sus heridas.

Tal vez Izuku se estaba volviendo loco y su lado masoquista empezaba a salir a flote, pero el rostro de aquel rubio no denotaba más que aflicción, preocupación y arrepentimiento. El menor no entendía muy bien cómo sentirse al respecto. Katsuki lo había humillado y pisoteado, de la forma más literal y figurativa posible, y ahora estaba allí, cuidando y sanando todo lo que le había hecho.

Como sí quisiera remendar todo lo que hizo con un papel. Eso sería un trueque injusto, según Izuku.

Vio como pasaba una gasa con una crema por todo su tronco y luego parte de sus hombros y brazos. Sentía la suavidad y calidez de algo cuando se hacía con paciencia y, tal vez amor, aunque esa no era la situación. Quiso llorar, llorar y destruir todos los sentimientos que ese hombre le hacía sentir.

— D-Déjame ir.. — dijo apenas. — P-por fa-favor.. prometo no volver a molest-

El rubio tapó su boca mientras le dedicaba una mirada llena de odio y amargura. Izuku tembló como hoja y solo se dedicó a llorar en silencio. Katsuki subió hasta su rostro y con parsimonia limpiaba la nariz del contrario, quien inútilmente intentaba quitar las manos del mayor.

Mientras Izuku lloraba todos su fluidos nasales empezaban a hacerse notar, y el mayor agradeció internamente por eso, ya que así la sangre y todo lo sucio allí dentro podría fluir y así saldría más fácil. Pasaba un paño mojado por toda la cara del pecoso limpiando y tirando toda la sangre seca.

— Acuéstate. — fue la orden que el más joven acató inmediatamente. No pasó mucho tiempo cuando todas las heridas de su cuerpo ya se encontraban tratadas y bien cuidadas.

Izuku estaba algo desorientado y muy asustado, debido a las acciones que hacía el rubio con tanto cuidado después de haber sido una bestia salvaje sin ataduras. Era totalmente ilógico tener que aceptar el pequeño afecto casi pidiendo disculpas por un acto muy significativo y cruel, llendo aún más lejos de lo que podía haber pasado en una situación de odio mezclado con el rencor, que poco a poco se iba desenvolviendo y adentrándose más en el pecho del incomprensible rubio.

El peliverde se mantenía con la mirada fija, viendo lo que parecía ser manchas en la marchita y destruida pared que le daba la pequeña habitación en donde compartía sitio con el estoico Bakugo, quién olímpicamente ignoraba sus acciones y movimientos, como si no existiese.

No entendía porqué no le permitía irse pero no quería preguntar. No debía ni quería arriesgarse a hacer tontas preguntas que lo pondrían en otra situación de riesgo, mucho menos con él, con su antiguo amigo. Su avivaz mente solo le podía dar una pequeña respuesta a todo y podría ser simplemente una pequeña abertura a un clarísimo signo de alerta para que se alejara de allí y no volver a la ciudad.

Izuku quizás solo estaba siendo amenazado indirectamente para que no pisara el mismo suelo que Katsuki. Tal vez, solo querían hacerle entender que no era bienvenido una vez de la peor manera. Posiblemente sólo no querían que se acercara nuevamente a Momo, pero eso era la última opción que tenía en su cabeza. Sabía que el problema había empezado desde antes, muchísimo antes.

Al amanecer, se despertó debido a que se sintió observado, inusualmente a la hora donde el sol apenas salía. Luego recordó que no se encontraba en su habitación y mucho menos en su casa, absurda mirada le dio a el rubio que se encontraba sentado en una sillita de madera descansado sus brazos sobre su pecho en forma de una equis.

— Quiero que te vayas y no vuelvas más. — soltó en un tono gélido y autoritario, no le importaba como se las arreglaría para irse de allí, así que sin más tomó su chaqueta para marcharse.

— ¡E-Espera! No puedo volver a la casa de tus padres a-así.. — el pecoso hacía un esfuerzo colosal por hablar debido a los dolores fuertes que sentía en todo su cuerpo.

El cenizo sólo pudo girar su rostro de medio lado para susurrar...

— La gente solo ayuda para joder, pero no después de ver que estás jodido.

Izuku se quedó inmóvil en la cama, mirando con desprecio todo lo que él mismo causó debido a su imprudencia. No, él no debía haber vuelto a Katsuki y constantemente se lo repetía.

























Estoy muriendo, lo siento.
Cuando me llegué la inspiración continuaré jsksk. Los quiero mucho ♡

¡DEKU ES DE KACCHAN! [BAKUDEKU | BNHA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora