¡DEKU ES DE KACCHAN! [BAKUDEKU | BNHA]

XIX

Ochaco había estado hablando con su madre un rato después de la cena, estaba haciendo eso porque era la única manera en la que su madre dormiría tranquila y no iría a medianoche a revisar su habitación. Lo hacía por experiencia propia y ya conocía las tácticas de la señora, y justo en ese momento agradeció que Tsuyu se quedó parte de la tarde en su casa, así no sospecharía de nada de lo que estaba a punto de hacer.

Escapar por la ventana.

No lo hacía con malas intenciones, al menos, así lo veía ella. Solo quería hablar con Bakugo, desde hace un rato que quería hacerlo y sabía todo lo que su amiga había puesto y declarado en la comisaría, así que suponía que el rubio debería estar demasiado sensible o hasta preocupado, y ese era el mejor momento para "atacarlo".

Caminaba a paso rápido, y luego de un rato pasó un taxi y lo tomó para llegar hasta el otro lado del sector. Cuando llegó a la casa de los Bakugo, solo se limitó a ver por la ventana para ver si encontraba alguna señal del rubio. Dio varias vueltas varias veces y después de casi treinta minutos decidió caminar por ahí cerca mientras tanto. Y no pudo evitar asustarse al escuchar unos gemidos de dolor y uno que otro insulto no muy lejos de ahí, supuso que se trataba de alguna pelea entre borrachos.

Caminó despacio hasta llegar a una cerca de mallas que daba en el borde de la esquina para doblar hacía la izquierda, y frente a unos banquitos y con la luz enfocando directamente sus cuerpos, vio, efectivamente a dos hombres peleando. Pero no eran cualquiera, eran sus dos amigos que estaban matándose, literalmente, a golpes.

Por precaución se quedó quieta detrás de la cerca sin hacer ruido y con cuidado mandó un mensaje a algunos de sus amigos, como a Kirishima y a Tsuyu. Tenía miedo de lo que pudiera pasar, y al menos, habrían testigos de la horrible situación en la que estaba siendo presente sin involucrarse directamente. Mientras Ochaco escribía rápidamente un texto para Kaminari, un alarido o mejor dicho gruñido lleno de dolor se escuchó por parte de uno de ellos, y de repente su cuerpo se tensó.

Al parecer uno de ellos estaba siendo brutalmente golpeado, claro estaba, y parece estar en desventaja ya que... ¿S-Sero había apuñalado a Ka-Kasuki?

Ochaco veía como el pelinegro le reclamaba por unas cosas que ella no conseguía entender, y cuando vio aquella lámina plateada iluminarse con la luz del faro en manos del más alto, sabía con toda la certeza del mundo, que el rubio podía simplemente perecer allí. Y con toda el miedo y la adrenalina a millón, corrió con todas sus fuerzas hasta llegar a donde estaban los otros dos.

— ¡SERO-KUN, DETENTE!

Izuku estaba acostado al lado de Eijiro, intentaba conciliar el sueño después de tanto. Por muy vergonzoso que parecía, abrazaba al otro debido al miedo, y más allá de toda timidez se reflejaba la confianza que el pecoso estaba poniendo en aquel pelirrojo, que gustoso aceptaba los brazos pequeños y suaves del otro. De repente, una vibración proveniente del celular lo sacó de su momento pacífico, y lo que vio lo dejó helado.

— Midoriya-kun.. ¿no te molestaría que te dejara solo un rato? Necesito salir urgente, prometo no tardar. — ni loco el muchacho le iba a decir sobre la posible desenvoltura de aquella pelea donde uno de sus amigos llevaba una navaja. Nunca. Tampoco iba a tentar la suerte.

— Ah mmm... — Izuku no lo pensó mucho y con un asentimiento de cabeza permitió que su compañero saliera del cuarto a paso rápido. ¿Qué si le había extrañado esa actitud? Demasiado para ser sincero, pero no iba a protestar ni a exigir nada, porque primero y principal, eso no era de su incumbencia.

Por un momento recordó a Mitsuki-san y que en ningún momento le ha dado señales de vida, tampoco a su madre ni siquiera a su amiga Ochaco. No recordaba ni siquiera en donde estaba su celular y con cautela se bajó de la cama para empezar a buscar dicho aparato.

Ochaco había logrado, sí, detener a Sero a tiempo pero aún así Katsuki estaba muy malherido al igual que el pelinegro. Con desespero y los ojos bañados en lágrimas la castaña abrazó a Katsuki y miró parte de su costado llenó de sangre. Efectivamente, había sido puñalado  más arriba de la cintura por aquella hoja plateada y afilada.

— ¡¿Por qué lo hiciste?!, ¡¿Te volviste loco, Sero!? — los gritos casi afónicos de la bajita mujer lo hicieron rabiar más. ¿Todavía tenía el descaro de reprochar sus actitudes para con Katsuki? Debía ser una maldita broma, pensaba el pelinegro mientras tomaba sus cosas del suelo y se iba de allí deambulando con pasos pesados en la oscura noche.

Uraraka se quedó completamente estática al sentir la respiración irregular del rubio volverse más lenta y pausada, temía lo peor. Con sus nervios a flor de piel y sus manos temblorosas tomó su celular y llamó al amigo más cercano al malherido Bakugo.

Kirishima llegó volando al sitio y lo que vio lo dejó impactado. Al parecer uno de sus más grandes amigos iba a morir allí delante de él, y claramente, debía hacer algo al respecto o él cargo de consciencia y culpa lo comerían vivo por el resto de sus años. Consiguieron un taxi y ambos llevaron al blondo hasta un hospital particular, con la única esperanza de que se mantuviera aún con vida.

Ya valió barriga, señor verga.

Y.. ¡Holaaa! Ya he vuelto. Después de unos meses he regresado a mi zona de confort. Idk, perdonen por todo si. Los quiero mucho. ♡

Pd: perdonen por los separadores tan meh pero hay bajo presupuesto xd.